Cuadro UNO. Alrededor de las 15:30 del miércoles, empecé a ver en la televisión las imágenes de lo que parecía un grupo de soldaditos de la Policía Militar apuñuscándose sus espaldas contra un vehículo blindado (no sé si tanqueta, cocodrilo, caimán u otro lagartijo, cascabel o urutú) incrustado en las puertas del viejo Palacio Quemado y ahí puse atención a lo que decía apresurado el periodista: no era una mala película de las que a veces parodian nuestras repúblicas —bananeras las piensan, claro, aunque no exportemos plátanos y sí coca… procesada— en las producciones pobres de Hollywood: ¡el periodista (sin casco ni chaleco antibalas como correspondería a tamaña noticia) anunciaba Golpe de Estado, el fin de 42 años seguidos de democracia! (las balaceras entre policías y militares cuando Bánzer y cuando Goni eran escarceos, peccatas minutas con muertos pero sin golpe).
Cuadro DOS. Una transmisión directa de la Ministra de la Presidencia (turbante en ristre pero un poco pálida) desde lo alto de la Torre del Evo (dizque Casa Grande ¿del Pueblo?) hablaba sotto voce —no entendí por qué el sigilo— de irrupción militar mientras ella miraba y el camarógrafo registraba —¿o era selfie?— lo que pasaba en la Plaza Murillo, el Kilómetro Cero del País (aunque La Paz no es la capital ni ese KM 0 está en el centro del país pero ya sabemos que las cosas y las etiquetas no son lo que son): dos o tres vehículos blindados, algunos militares (supongo que los soldaditos PM que vi en la imágenes emitidas desde la calle, pero veintitantos pisos arriba con la Ministra era difícil precisar), un pucho de humo lacrimógeno y algunas personas alrededor de los soldaditos, el viejo edificio de la Asamblea y las casas adyacentes…
Cuadro TRES. El General Zúñiga —en medio de todo, se dijo que era el perpetrador de tamaña osadía—, jefe del Ejército, el mismo que en vísperas revistó tropas con el Presidente en un vehículo parecido (¿o no?) al lagartijo de antes, su compañero de basquetbol “para medianas edades” en fin de semana, aquél mismo que el día anterior en un discurso (cargado de medallas y cintas, oropeles) arremetió contra el expresidente Morales —del mismo partido del actual pero en congeladora, reducido a sus cocales y tambaquís despeinados (para quien no los conozca, como yo tampoco que googleé, son peces de agua dulce que “cultiva” el expresidente, aquel de los pies ligeros) mientras se retuerce y angustia enfrentado al actual (delfín suyo) después de que regresó (con aspiraciones de mayorazgo y recuperar “heredad”) de su muy apurada huida cuando el NO-golpe de 2019—, al rato salió del Palacio Quemado (dízquese que discutió con el Presidente), se subió al blindado (tanqueta, cocodrilo, caimán u otro lagartijo, cascabel o urutú) mascando coca o chicle (esto último bastaría para algunos connotar influencia “de la Embajada”) y se fue. Como Pedro por su casa.
Antes (como dicho en off), en la mañana de ese miércoles se anunció que había sido destituido por sus dichos “atrevidos” y al rato el General declaró que no le habían dicho nada: ¿dimes y diretes de un descontrol (desorganizado) o de una pulseta?
INTERMEZZO. Bolivia fue “premiada” por el Centro Cline de Investigación Social Avanzada de la Universidad de Illinois como El País con Más Golpes de Estado, Intentos de Derrocamiento y Conspiraciones en el Mundo: 39 desde 1946 calculaban para el “Premio” (“Bolivia: El país con más golpes de Estado y conspiraciones en el mundo”. El Deber, 27/06/24) pero, en verdad, Cline no hizo justicia a estas tierras: Ya Salvador de Madariaga y Rojo en sus libros sobre la América Hispana narró que «ya bajo gobierno español el territorio no estuvo exento de violencia y altercados por las rencillas entre facciones de criollos y españoles peninsulares» (bastaría más recordar las guerras potosinas entre vicuñas y vascóngados que narró Arzáns de Orzúa y Vela), aunque aclaró que, «como en el resto de América, la Corona española mantuvo en general la paz durante tres siglos» (Álvarez Palomino, J.: “Bolivia, el país que cuenta los golpes de Estado casi por decenas”, El Debate, 28/06) aunque según otros recuentos, han sido más de 190 desde la fundación de la República de Bolívar en 1825, comenzando con el de 1828 a su primer Presidente, el General Antonio José de Sucre y Alcalá, incluyendo el asesinato del victorioso Presidente (y general) Belzu por el también general Melgarejo, Presidente luego de folclórica y nefasta memoria (y después también asesinado).
Cuadro CUATRO. La Fiscalía declara rebelde y contumaz al General Zúñiga y el Viceministro de Gobierno (Interior) sale presto para detenerlo en la sede del Estado Mayor, un edificio céntrico a unas decenas de cuadras del Palacio Quemado. No hay resistencia (a pesar de la tropa presente de guardia), sale el General y tiene tiempo de decirle a la multitud de prensa allí (en vivo la transmisión además): «El presidente [Arce] me dijo: “la situación está muy jodida, muy crítica. Es necesario preparar algo para levantar mi popularidad”», «¿Sacamos los blindados?» le habría preguntado el General al Presidente y éste le respondió: «¡Sacá!» (En aplicación del Libreto del Socialismo 21 como hizo Chávez). Y sigue el General, gritando desde el blindado que se lo lleva con el Viceministro: «Entonces el domingo en la noche [esto sucedió el miércoles], los blindados empiezan a bajar». (Molina Rea, L.: El Deber, 26/06).
INTERMEZZO DOS. La noche del jueves el Presidente Arce declaró que «nunca estuvimos informados» de los aprestos militares y «denunció “encubrimiento” de Inteligencia Militar, unidad que afirmó el mandatario le “ocultó” información y también al Ministerio de Defensa» (Brújula Digital, 27/06:1) pero luego aseguró esa misma noche del jueves «que el ministro de Defensa Edmundo Novillo le informó del movimiento de tropas entre las 11:30 y las 11:45 del miércoles» aunque ese Ministro afirmó el miércoles que «se enteró a las 09:00 y entonces se comunicó con […] Zúñiga» (Brújula Digital, 27/06:2).
CUADRO CINCO Y CIERRE. El Ministro de Gobierno anuncia que hay más detenidos (Condori, E.: “Sube a 17 el número de aprehendidos por el "golpe de Estado fallido", informa el Ministro de Gobierno”. El Deber, 27/06) —entre ellos Aníbal Aguilar, asesor del Ministro de Defensa, conceptuado como el “ideólogo del Golpe” (Lozano, D: “Detenido el "ideólogo central" del golpe, asesor de defensa y hermano de un ex ministro de Evo”, El Mundo, 27/06)— y el 28 el mismo Ministro anuncia más aprehendidos (“21 Detenidos por intento de golpe de Estado: Ministro de Gobierno presenta a presuntos implicados” ATB digital, 28/06), incluido el excomandante de la Fuerza Aérea y de la Armada.
POSFACIO. ¿Un “Golpe” de estado incruento —heridos de balines pero sin gravedad (Vega Muñoz, J.: “12 personas heridas fue el saldo de la toma militar en la Plaza Murillo en La Paz”, El Deber, 27/06)?; ¿un General golpista que sale mascando coca o chicle por sus propios pies (y llantas) del Palacio Quemado después de fracasar el “Golpe”?; ¿un “Golpe” con dos o tres —o quizás pocos más que no se vieron— de patéticos blindados (tanquetas, cocodrilos, caimanes u otros lagartijos, cascabeles o urutús), con patéticos soldaditos PM y sin tanques? («no llegaron», dijo Zúñiga en la noche a los medios en una conferencia de prensa improvisada el miércoles fuera del Estado Mayor, aprehendido pero no esposado que el Viceministro del Interior abortó cuando se dio cuenta de qué decía el General); ¿un “Golpe” sin coordinar tropas de todo el país, sólo con los tres Comandantes?; ¿un “Golpe” sin Presidente (Goni salió del garaje escapando en ambulancia) ni Ministros ni, al menos, secuestrados ni montados en helicópteros? ¿Un “Golpe” ¡ideologizado! por el hermano de un muy cercano a Morales? Por último: ¿un “Golpe” contra el viejo Palacio Presidencial (se llama “Quemado” por una intentona real que lo quemó en 1875) cuando desde hace años (2018 se mudó Evo a su nuevo Palacio/Casa del Pueblo y Arce lo continuó; sólo la Presidente Añez ejerció desde el viejo) es cascarón y patio vacío del Presidente y Ministros?
¡Vaya, que Golpes en Las Bolivias sí eran LOS DE ANTES!
El autor es analista y consultor político