Ir al contenido principal
 

Opinión

«¿Cómo estamos todos?»

3 de Febrero, 2024
Compartir en:
JOSÉ RAFAEL VILAR

La inocente pregunta de Elmo —la marioneta roja y peluda con ojos fijos y nariz anaranjada del conocido programa Sesame Street— «¿Cómo están todos?» («How is everybody doing?») el 29 de enero en X (exTwitter: https://twitter.com/elmo/status/1751995117366296904) despertó cerca de 205 millones de Reproducciones, 150 mil Me Gusta (likes), casi 60 mil reenvíos y casi 20 mil respuestas. 

¿Y por qué todas esas reacciones? (sobre todo porque, según Statista.com, X tiene 354 millones de usuarios y casi todos hemos visitado el posteo de @Elmo) ¡Por cómo sufre nuestra salud emocional en estos días, aquí y allá y acullá más! O lo que es lo mismo: cómo se afecta nuestra estabilidad mental, un resultado de la vida en la que nos toca existir.

Vayamos un momento para particularizar en Bolivia: Escasez de dólares porque nuestras exportaciones han bajado significativamente porque ya no producimos suficiente gas —consecuencia de un modelo derrochador y de una política torpe y soberbia—; en consecuencia, el “precio” local del dólar se dispara, la economía basada en dólar barato y mercado interno munido de importaciones baratas es una pesadilla ahora; ¿acaso la circulación de los narcodólares no sigue actualmente como una base económica? El fantasma terrorífico de los 80 de una crisis económica con una inflación desbocada ronda a la mayoría de los habitantes de Bolivia (a no ser que esté enroscado en el Poder o en la narcoeconomía). Motivo suficiente de inestabilidad mental, insania emocional.

Por la tele o los medios digitales nos llegan continuamente las peleas entre las facciones masistas entre los exteriores de la Vicepresidencia y la Asamblea, extendidas a la Plaza Murillo: evistas y arcistas, ceñidos sin discurtirlo los segundos vendiéndonos la idea que lo mejor para el país sería convocarlas pausadamente (no olvidamos que “mejor malo conocido que bueno por conocer” y que al Ejecutivo le convenían las tensiones entre facciones en la Asamblea para tener estancadas las decisiones de la Convocatoria para mantener a sus magistrados “ya conocidos”); a la vez, los primeros propugnando ¡Elecciones Judiciales Ya! (no olvidemos que éstas fueron un engendro de la Constituyente digitada) pero realmente buscando una pulseta donde la presunta vigencia de la fuerza le reconvalidaría al Evo su postulación ya descartada por el Constitucional...

Y los bloqueos de carreteras: La última muestra de fuerzas remanentes de Morales Ayma —los bloqueos de carreteras— nos precisan dos cosas: el método de obligar a rendirse a sus contrarios —en este caso el arcismo y el Constitucional— sacrificando por hambre a la población —su víctima final—, tal como hizo en el 2000 cortando violentamente la intercomunicación Occidente-Oriente e intentó hacer en 2019 (como hicieron antes y después su Maestro el Mallku contra La Paz y, mucho antes, Túpac Katari) para lograr —como en 2019— su único objetivo de vida: Volver al Poder al costo que sea necesario. La segunda es, paradójicamente, que esa fortaleza también muestra tanto su debilidad al tener que llevar a sus huestes cocaleras chapareñas para bloquear en otros lugares —obviemos los pagos por bloqueador— como que muy pocos otros sectores se han sumado a sus cierres —en realidad, no recuerdo de ningún otro, sobre todo ahora que la debilitada billetera del Estado ya no la tiene el exJefazo.

Y una tercera, entre muchas argüibles: ¿Qué sucederá en 2025? ¿Llegarán Morales Ayma y Arce Catacora a discutir el Poder? ¿Le darán al Señor de Orinoca sus bloqueos la inclusión en la boleta electoral? Y, desde la vereda opuesta: ¿tendremos una candidatura opositora potente (no digo unitaria porque parece una fantasía)? ¿Habrá un liderazgo opositor indiscutido y renovador o será más de lo mismo: los mismos candidatos fracasados, las mismas propuestas desgastada y demostradas inútiles? 

Ahora mi pregunta para Usted, amigo lector que se debe haber preguntado la pertinencia por mi mención de Elmo: Viviendo el día a día de mi recuento, ¿no ha sufrido diariamente su salud emocional! ¿Su estabilidad mental no se ha afectado?

Y aún faltan casi dos años…

El autor es analista y consultor político

Etiquetas