La Paz, 12 de octubre (ANF).- La polarización es una estrategia de sobrevivencia para los partidos y los líderes situados en los extremos del espectro ideológico de la izquierda y la derecha por lo que a ellos no les interesa una verdadera reconciliación nacional. En cambio, se trata de un objetivo que requiere de la renovación política total y de la construcción de un centro fuerte político y social.
Esos dos temas fueron abordados por los analistas Ana Lucía Velasco, politóloga, Ivanna Torrico, comunicadora, y el periodista Andrés Gómez en el debate moderado por Estefani Tapia y el director de la Agencia de Noticias Fides (ANF), Sergio Montes S.J, sobre las tensiones sociales y políticas que vive el país.
Velasco sostuvo que la polarización “no ha caído del cielo” sino que es obra de la clase política tanto de la derecha como de la izquierda para mantener la confrontación social porque le resulta políticamente rentable.
“Si vamos a pensar en serio en reconciliación y en superar la polarización, de verdad tenemos que pensar en serio en sacar a esta clase política, en expulsarla o en castigarla bien castigada cuando apele a este tipo de estrategias porque no hay ninguna razón para creer que ellos van a cambiar el juego que les da poder”, sentenció Velasco.
Aunque la sociedad contribuye a escalar las tensiones en los debates en las redes sociales, “la salida a la polarización no está en que nosotros seamos buenos tipos, sino en que ellos dejen de manipularnos”, agregó la analista.
Según Velasco, a falta de ideas constructivas, la mayoría de los políticos se empeña en crear la crisis y en echar “leña al fuego” por lo que no cabe esperar de ellos un compromiso para la reconciliación real.
En ese contexto, a la sociedad le tocaría madurar y gritar “basta” para fijar límites a los políticos habituados a rentabilizar con la polarización, sostuvo.
“Vale la pena construir un buen centro, racional y propositivo”
Por su parte, Gómez afirmó que un efecto de la polarización es precisamente dejar de creer que los políticos pueden tener una solución y defendió que “una democracia sin partidos políticos es inexplicable porque sería caótico”.
Otro efecto, dijo, es que la gente ignora argumentos, razonamientos y propuestas si vienen de un adversario político al que se ha estigmatizado y encasillado, al margen de que lo propuesto tenga sentido y sea útil.
Además, el descreimiento de algunos sectores sociales respecto de la democracia implica riesgos como el de un gobierno dictatorial o autoritario que terminaría aplastando “al que polarizaba” y agravando la crisis, agregó.
En ese sentido, señaló que: “vale la pena construir un buen centro, racional, propositivo. Aguantar los golpes de este lado, del otro lado. No hay otra, porque lo otro es definirse por los extremos y si nos vamos a definir por uno de los extremos, creo que puede ser el fin del sistema político”.
Previamente, Gómez acusó al Movimiento al Socialismo (MAS) de “fomentar la polarización porque le da réditos políticos” al movilizar a sus bases duras y obligar a la gente del centro a inclinarse por los bandos.
Según el periodista, el oficialismo actúa así desde hace 15 años con el objetivo “de aplastar al rival” al tratarlo no como un “adversario político”, sino como un “enemigo existencial”, aunque, paradójicamente, no termina de eliminarlo porque lo necesita “para seguir manteniendo el discurso”.
“Nadie está listo para el centro”
A su turno, Torrico dijo que mucha gente está cansada de la polarización y coincidió en que se necesita construir un “centro sólido” llevando a las personas a un nuevo discurso y un nuevo debate porque en el que actúa el MAS con “la provocación” ese partido casi siempre gana.
Sin embargo, admitió que “nadie está listo para el centro, para la gente moderada”, tras relatar que ella misma ha sido objeto de ataques de la derecha y la izquierda cuando hace cuestionamientos políticos.
También reflexionó que si bien los líderes políticos y el Gobierno contribuyen a la polarización, los ciudadanos tampoco son receptores pasivos sino que amplifican los “discursos de odio” a través de las redes sociales.
Las burbujas de información y las “cámaras de eco” en las redes sociales refuerzan los “sesgos” y “radicalizan” las propias posiciones y, a la vez, excluyen a quien tiene opiniones diferentes, sostuvo.
Pero, además, nadie parece estar consciente, agregó, del papel de la tecnología y los algoritmos que escalan las tensiones al privilegiar la circulación de vídeos y publicaciones “amarillistas”.
“¿Los políticos quieren que nos reconciliemos? ¿Nosotros los ciudadanos estamos conscientes de que queremos reconciliarnos?”, cuestionó Torrico, tras lamentar que en las redes sea evidente que tanto gente de la derecha como de izquierda se expresen como “intolerantes” y “autoritarios”.
De su parte, el director de ANF sostuvo que el camino de la reconciliación “está lejos de llegar porque el mecanismo de la polarización es un serio impedimento”, por lo que ve necesario construir otros espacios que permitan “encontrar historias, con vidas, con verdades” de otras personas que tienen la capacidad de escuchar y de dialogar.
Dijo que con “los radicales enfermizos” obviamente no se puede trabajar, pero subrayó que hay mucha gente que está en el centro político y social, así como también en un horizonte común desde lo humano, quien solo espera que le vaya bien en su economía, al margen de qué partido o político esté al mando.
Concluyó con que precisamente de lo que se trata es de apoyar y dar a conocer aquello que se plantea hacer en aras del bien común, independientemente de si lo hace el MAS, la oposición u otro actor político, sino que responda efectivamente a ese bien común.
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