La Paz, 14 de julio (ANF).- Inversiones de Capital Inversoja S.A., de Juan Valdivia Almanza, la empresa que compró la gigante soyera Gravetal en 2008, y de quien es accionista en un 99%, se encuentra endeudada y prácticamente quebrada, según los estados financieros de 2009 a 2018 a los que accedió ANF.
Durante todos estos años Inversoja nunca generó utilidades, y por el contrario se fue endeudando hasta llegar a tener un pasivo de 942,8 millones de bolivianos y un patrimonio neto negativo de -2,3 millones en la gestión 2018.
Según el criterio de un contador que pidió la reserva en su nombre, el propósito de crear Inversoja fue para evitar que el verdadero comprador de Gravetal no aparezca en los papeles, y la empresa solo sirvió para hacer un “puenteo de capital” y “solapamiento” del dinero, lo cual constituye un delito.
En la revisión de los estados financieros se advierten muchas irregularidades y “errores” contables que ya fueron denunciados por el exdiputado, Bernardo Montenegro, quien inició una denuncia penal en contra el principal accionista - de Inversoja y Gravetal, y presidente de directorio de ambas empresas-, el exdiputado del Movimiento Al Socialismo (MAS), Juan Valdivia Almanza, por los delitos de enriquecimiento ilícito, enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado, legitimación de ganancias ilícitas, investigación de fortuna y falsedad en la declaración jurada de bienes y rentas.
El súbito incremento patrimonial de Valdivia Almanza en 2009, tras adquirir Gravetal, puso en sobre aviso a Montenegro para investigar e iniciar una denuncia penal contra el exlegislador y explique de dónde obtuvo los recursos para comprar la empresa agroindustrial más importante del oriente del país, valorada en más de 80 millones de dólares, cuando en 2010 registró ante la Contraloría del Estado un patrimonio de 8 millones de bolivianos ($us 1,1 millones).
A siete meses de la denuncia, Montenegro se queja de que no hubo avance en el caso. Lamenta la pasividad del Ministerio Público y la falta de voluntad del gobierno para impulsar la investigación. Incluso se dirigió a la presidenta del Estado, Jeanine Añez, para solicitar apoyo, sin resultados.
ANF solicitó mediante Inversoja y Gravetal una entrevista con Valdivia Almanza y sus socios accionistas para conocer sus descargos al respecto, pero hasta la fecha de publicación de esta nota no obtuvo respuesta.
En julio de 2008 Inversoja, con un capital accionario de Bs 100.000 compra el 99% de acciones de Gravetal y los pignora en calidad de garantía a la empresa Monómeros colombo venezolanos, una filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La información se encuentra en la Bolsa Boliviana de Valores.
Desde entonces Inversoja toma control de Gravetal, como accionista mayoritario, mediante funcionarios colombianos de Monómeros, y en 2009 ya con Valdivia Almanza y Sebastián Rivero Guzmán, hermano de una ministra del gobierno de Evo Morales, y funcionarios del gobierno venezolano. Desde 2018 figura en el directorio Katarina Gumucio Stambuk, quien fue la delegada presidencial de Evo Morales y gerente del canal Abya Yala, de la fundación del exjefe de Estado.
Inversoja: estados financieros muestran irregularidades
El exdiputado, Bernardo Montenegro, dentro de la denuncia que presentó en contra de Valdivia Almanza también pide investigar “un gran número de irregularidades que se pueden evidenciar en la propia documentación publica” presentada por Inversoja a Fundempresa: memorias anuales y balances auditados de las gestiones 2009 a 2018.
Según Montenegro, también se debe investigar una posible defraudación impositiva al Estado, debido a que la compra del 99% de Gravetal fue en 2008, pero dicha compra aparece en los balances de Inversoja hasta 2013.
Además, cuestiona cómo una empresa como Inversoja que en varios de sus balances de gestión presenta pérdidas, de pronto el año 2013 figura como nueva propietaria de Gravetal por un monto de compra de acuerdo a sus propios balances de Bs 575.044.156, es decir $us 82.621.286.
Según la revisión de los estados financieros de Inversoja, la empresa registra en su balance de 2013 un préstamo a largo plazo de 298 millones de bolivianos con un interés de 276,7 millones de bolivianos -no se sabe si pagó por ese interés año tras año RC-IVA-, lo que hace un total de 575 millones en deuda. En el balance no se registra quién otorga el crédito, en qué fecha ni por qué medio. No existe ninguna transacción bancaria.
Además, en la misma gestión, la empresa registra ingresos por inversión por más de 92 millones de bolivianos, y ese mismo año destina el millonario monto a gastos de administración, pero no explica cómo gastó ese dinero. En 2013 Inversoja registra una utilidad operativa de -42 millones de bolivianos.
Algo similar ocurrió en la gestión 2018, cuando registró ingresos por 21,3 millones de bolivianos, pero tuvo gastos administrativos por 24 millones. El resultado operativo dela gestión fue de -2,7 millones de bolivianos. Son los únicos años que presenta ingresos.
En 2009, Inversoja registró un patrimonio total de 11.355 bolivianos y un pasivo total de 10.998 bolivianos; y estos indicadores pasan en 2018 a -2,3 millones de patrimonio total y 942,8 millones de bolivianos de pasivo total, que representa una deuda a un tercero, quien en realidad sería el dueño de Gravetal.
Las utilidades de la empresa siempre fueron negativas; en 2009 registró -66.953 bolivianos y en 2018 de -2,7 millones.
Inversoja, en una década de operaciones, según sus estados financieros, no generó valor ni maximizo sus ganancias ni elevó el valor de la empresa.
Según el criterio de un contador que pidió la reserva en su nombre, el propósito de crear inversoja fue para evitar que el verdadero comprador de Gravetal no aparezca en los papeles, y la empresa solo sirvió para hacer un “puenteo de capital” y “solapamiento” del dinero, lo que constituye un delito, y “esto se puede observar en que Inversoja tiene más pasivo que patrimonio”, y sus accionistas, entre ellos Valdivia Almanza, “solo se han ofrecido para esta operación, para capitalizar y hacer crecer el patrimonio para un tercero”.
En otras palabras, agregó, un tercero prestó a Inversoja 298 millones de bolivianos para que compre Gravetal, y ahora es dueño solo en papeles, pero como está en quiebra, de acuerdo a los datos, el prestatario podría reclamar el pasivo.
Pese a estas evidencias, la fiscalía no ha coadyuvado en absolutamente nada y peor todavía, ni siquiera las nuevas autoridades del actual gobierno apoyan esta investigación para que realmente corra en los tiempos que debería ser y se le dé la atención necesaria, lamentó Montenegro.
“Lo extraño de este señor (Valdivia Almanza), si bien ha desaparecido del ámbito público, en lo poco que ha hecho la fiscalía a través de mi denuncia, el señor se había presentado voluntariamente para acogerse al derecho al silencio y lamentablemente a partir de eso no avanzó” el caso, refirió.
Montenegro demanda que se investigue de dónde proviene el dinero para la compra de Gravetal, debido a que “el ilícito está haya sido dinero de él (Valdivia Almanza) o haya estado lavando fondos venezolanos, o es un palo blanco, un testaferro, o está lavando dinero; hay muchas cosas que se deben investigar”.
“El ilícito está en las declaraciones juradas falsas, está en el origen del dinero que hay de por medio, y varios otros delios más; yo creo que esto es solo la punta del iceberg para saber realmente de dónde es esta gran cantidad de recursos que manejaba este señor”, apuntó.
Desde la compra de Gravetal por Inversoja, Valdivia Almanza ha ido fundando empresas o siendo socio capitalista de varias de ellas, y en la actualidad es parte de 14, según registros de Fundempresa.
En una reciente acción, informó Montenegro, Valdivia Almanza “presentó un incidente de falta de legitimación activa y de incapacidad procesal del denunciante” para que sea tratado en una audiencia.
“Es tan grotesco este incidente que presentan que dice que no se lo puede juzgar a Juan Valdivia por esta declaración jurada que fue antes de la aprobación de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, pero quiero recordarle a Valdivia Almanza que es masista, y quién ha probado la ley, que la ley Quiroga Santa Cruz dice específicamente que hay retroactividad en este tipo de delitos y que no prescriben”, enfatizó.
Remarcó que para él este caso es solo la “punta del ovillo” de un tema muchísimo más grande “en cuanto a fondos realmente dudosos de dinero que han llegado al país y que se han adueñado de empresas sumamente importantes”.
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