JOSÉ RAFAEL VILAR
¿Recuerda de su infancia —aunque sea lejana como la mía—montar un subeibaja —balancín, cachumbambé o sube y baja— en algún parque vecino? Esa experiencia guardada de “estar arriba”, luego descender y seguido subir… y seguir.
Si de niños era una feliz alegría, hoy en Argentina no lo es para los electores —que sufren una economía “danzante”— y menos para los precandidatos a las primarias de agosto. (¿Se ha percatado cuán “creativos” somos?: acá damos nueve meses entre primarias y elección y los argentinos se dan sólo uno.)
Argentina hoy sufre su enésima crisis económica: los pobres subieron 6% —a 32%, como al final del kirchnerismo— después de haber descendido en los tres años anteriores (para la Universidad Católica, es estructural y su piso es 24%). Sin quitar su parte de culpa al macrismo —el “políticamente correcto” gradualismo fue malo en economía—, la dosis principal de crisis viene de las tres gestiones K con su alto populismo “sociata 21” y su gigantesca corrupción, sin olvidar el descalabro de las dictaduras y la “herencia” tóxica de Perón.
Hoy, aunque quedan meses y todo puede cambiar, las opciones principales —de cerca de 20 precandidatos— están en Macri (rechazo: 52%), CFK (54%) —a puertas de inhabilitarla— y Roberto Lavagna Serralta (45%) —aún sin decidirse, exministro Economía de Duhalde y de Néstor K. CFK aún ahora tiene 33% “voto duro” pero en contra tendría todo el oficialismo y el resto del peronismo no-K.
¿Qué pasará? Como en Bolivia, la economía será decisiva. Una novedad: debates obligatorios luego de las PASO, y una constatación: nadie sabe quién ganará. Quien logre llegar menos repudiado para octubre.
José Rafael Vilar es analista y consultor político.
Twitter: @jrvilar