Ir al contenido principal
 

Opinión

Nueva presidenta, vieja demagogia

29 de Septiembre, 2024
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Compartir en:

El próximo primero de octubre será un día muy especial en México, no solo habrá un cambio de presidente, sino que asumirá por primera vez en la historia, en el país más grande de Hispanoamérica, una mujer, que además es judía, algo inimaginable en la Nueva España de hace dos siglos y medio, o en el México machista de mediados del siglo XX. 

La señora Sheinbaum, académica de fuste de la Unam, la universidad que aunque fundada en 1910, es la heredera de la tradición académica de la creada por los españoles solo treinta años después de que Cortés conquistara Tenochtitlán, marca un importante hito. Está entrando por la puerta grande, con un 60% de electores que votaron por ella, y representa en su condición de mujer una ola de inclusión que solo se puede ver con muy buenos ojos. Su extracción cultural es un poco más compleja, sobre todo en estos tiempos de marcado antisemitismo, pero aclaremos, ese detalle, no significa bajo ninguna circunstancia un bemol, tan solo una curiosidad en un país machista y católico a pesar de su laicismo de la larga data.

Ahora bien, los festejos de la inauguración del nuevo periodo presidencial se han visto envueltos en una polémica, que aunque parece un tema francamente bizantino, no deja de tener una importancia muy grande, me refiero a la no invitación al rey de España al evento, y el consiguiente disgusto español que ha derivado en la no asistencia de cualquier representación de España al cambio de gobierno.

Que México puede vivir sin España, y viceversa, es una realidad de perogrullo, y es posible que las relaciones diplomáticas entre ambos países no se rompan, pero que hay un enfriamiento de dimensiones mayores, lo hay, no se desprecia gratis al jefe de estado de un país amigo.

Ahora bien, el impase tiene que ver con una bobada que hizo el presidente saliente al pedirle al rey de España que pida disculpas por la conquista, una sugerencia que aparte de tonta, es demagógica, y no sirve para nada, en parte porque la conquista y la creación de México no tienen nada que ver con la España actual, más allá de que el rey sea un directo descendiente de Carlos V. 

Reitero, México puede vivir sin España, pero México no puede existir sin su pasado español, de hecho, el México actual es más un resultado del México virreinal que el de los Mexicas, y para peor, un partido como Morena, tendría menos opciones de sobrevivir en el mundo prehispánico que en el llamado mundo colonial.  Morena es tributario de Las Casas antes que de Moctezuma, y aunque nadie lo quiera creer, los indígenas, pese a los abusos, tuvieron una mejor vida después de la conquista que antes.  La conquista española implicó una modernidad que ahora nos parece arcaica, pero que en su momento favoreció a casi todos, y digo a casi, porque favoreció inclusive a las noblezas de imperios como el Azteca y el Incaico. Quienes quedaron en el limbo, fueron los sacerdotes, una casta tremendamente poderosa, y literalmente sanguinaria, que realmente conformaba un modo del uso del poder muy arcaico y al que nadie en su sano juicio quisiera volver. ¿tiene Felipe VI que pedir perdón a la memoria de esos sacerdotes?

El pasado fue brutal, el prehispánico, y también el hispánico, (aunque no tanto), las injusticias contra los pobres fueron abrumadoras hasta bien entrado el siglo XX, y lo siguen siendo en buena parte del mundo, la independencia de la América española, no mejoró la vida de los indígenas pobres, de hecho esta empeoró con la república.

Los Hispanoamericanos nos tenemos que abuenar con nuestro pasado, este tiene páginas maravillosas antes y después de la llegada de Colón, y tiene páginas muy oscuras, en ambos períodos, pero estas son parte de un todo.

El pedido de presidente López Obrador, aparte de infantil es demagógico, y no le hace ningún favor a sociedades como la mexicana o la boliviana, es una pena que la señora Sheinbaum inaugure su periodo gubernamental siguiendo esa línea. La demagogia daña mucho a los países, México tal vez lo verá más profundamente en su próxima elección de jueces, lo podemos decir desde Bolivia, con conocimiento de causa. 

El autor es operador de turismo