El año 2022 ha comenzado con todo, aumento de los casos de COVID, presiones de varios sectores sociales para no exigir el carnet de vacuna, crisis en diversos lugares del mundo, todo lo habitual del mundo, sin embargo, en Bolivia se esa evidenciando una situación a nivel político que es común en América Latina, donde un líder por diversas circunstancias deja la presidencia pero elige a su sucesor, prestándole los votos para llegar al poder ejecutivo; sucedió en Colombia con Uribe y Duque, en Ecuador Corre y Moreno, en Argentina con Cristina Fernandez y Alberto Fernandez, en nuestra nación con Morales y Arce; vale resaltar que en estas situaciones tanto lideres de derecha e izquierda, hacen de todo para preservar el poder así sea de manera indirecta.
Partiendo de lo anterior, puede iluminar las razones de las recientes situaciones sobre el actual gobierno boliviano, que esta siendo presionado por su propio partido para cambiar ministros con la excusa que no han sido eficientes, sin embargo, todos saben aunque nadie lo diga directamente, que sencillamente Morales le está recordando al poder ejecutivo que los más de 52 % de votos obtenidos por Luis Arce, son en parte gracias a los sectores sociales que son liderados por Evo Morales, que no se traduce que los domina en su totalidad, pero si es un hecho que toma las decisiones que pueden presionar a cualquier gobierno sea afín al MAS o no. Es una situación compleja, porque le resta autoridad al presidente Arce en caso de ceder; sino no cede el actual mandatario a las presiones de Morales los conflictos sociales se agudizarán, generando una ingobernabilidad propiciada por el propio partido de gobierno; recuerden en la política partidista las acciones van muy bien intencionadas para afianzar liderazgos o destruirlos.
Ahora tocara ver cuál líder se afianza y quién se debilita o DESTRUYE.
Ronald Valera es filósofo