
En varias oportunidades habíamos enfatizado que, en la pugna al interior del Movimiento al Socialismo (MAS) por la candidatura para las elecciones generales del 2025, dos ámbitos cobran fundamental importancia: la querella por la sigla y el control de las organizaciones sociales “genuinas”.
Fuera del legislativo -lugar donde todavía Morales tiene fuerza y presencia-, los juegos de poder son intensos, entre las dos facciones en pugna. En el ámbito de la querella por la sigla, la facción “arcista”, ante la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), de no reconocer el Congreso de Lauca Ñ; lanzo, a través del Pacto de Unidad, una nueva convocatoria para el X Congreso del MAS-ISP a realizarse en El Alto, entre el 3 al 5 de mayo, para definir la composición de la directiva y la nueva estructura de poder.
El ala “arcista”, entonces, en alianza con las organizaciones del Pacto de Unidad, en dicho Congreso, intentará apartar definitivamente a Morales -enfermo del poder- del camino de la reelección. Si ese es el desenlace, la división es irreversible. Correrá la misma suerte del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) que también se fragmento, no tanto por diferencias de orden ideológico. Las diferencias tuvieron lugar en la ambición e intereses de sus caudillos. Algo parecido sucede en el MAS.
Ahora, en ese campo de intensos juegos de poder, debemos tomar en cuenta la secuencia de las “movidas” políticas. En ese sentido, se debe considerar el Cabildo realizado en El Alto, en octubre pasado. Arce Catacora, que fue proclamado como candidato, se arropo con las organizaciones sociales matrices y la participación de cerca de un millón de personas, entre militantes y funcionarios públicos. Para dicho Cabildo se movió todo el aparato del Estado, como lo hizo, un sin fin de veces, y sin el menor rubor, el ahora ex presidente Morales.
En repuesta, el ala “evista” organizo reuniones y ampliados. El último, fue desarrollado el pasado sábado en Santa Cruz, en la población de Cuatro Cañadas. Conclave en el que Morales es ratificado como candidato único. Se invoco, también, la legalidad del Congreso de Lauca Ñ. Claro, sin el aparato del estado, la concentración reunió a un reducido grupo de de personas. De cualquier forma, en ese ampliado, adoptaron otras decisiones políticas, frente a una inhabilitación definitiva de Morales. Están organizando la resistencia en las calles. El bloqueo y la convulsión social, serían los únicos caminos para recuperar la sigla y habilitar a su candidato. Las futuras movilizaciones y bloqueos, tal vez, ya no tengan el pretexto de los magistrados prorrogados. Si se ahonda la escases de gasolina y se agudiza la ausencia de dólares, habrán otros pretextos, quizá más peligrosos.
Ahora bien, una “movida” política esencial, en estos juegos de poder, se manifiesta en la última recomposición del gabinete. Cinco, de diecisiete ministros, fueron reemplazados. ¿Como se podría interpretar esto? Si observamos detenidamente, el Pacto de Unidad y sus organizaciones, amplían su presencia, con más poder y espacios en el aparato del estado; en esa dinámica perversa de la lógica corporativa.
Todas esas organizaciones fundadoras del instrumento, con alianza sellada en la recomposición del gabinete, poseen una formidable musculatura política. En conflictos, bloqueos, desbloqueos, marchas y concentraciones; sus bases, sindicalmente movilizadas, actúan de inmediato. Ese grado de fuerza política, les permite, en estabilidad y gobernabilidad, ser los actores centrales. Cualquier régimen que pretenda estabilidad para mantenerse en el poder, primero debe pactar con ellos. A través de la conexión de sus redes, en la constelación de sindicatos que tienen en el país, sus afiliados alcanzan a cerca del 55% del padrón electoral.
Pues bien, con esa jugada política, el gabinete cuenta ahora con mayor presencia de los dirigentes de las organizaciones matrices, como la Confederación Sindical Unidad de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), los Interculturales y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa. En consecuencia, el ala “arcista” obtiene gran musculatura y se fortalece.
Con esas incorporaciones, no solo estaría asegurando el control y la dirección del nuevo Congreso, se estaría asegurando, así mismo, apoyo en movilizaciones y desbloqueos, en caso de que el “evismo” asuma, en última instancia, los bloqueos y violencia en las calles.
Viendo, las últimas modificaciones y cambios en el gabinete, el ala “arcista” se apresta a derrotar al enemigo, arrebatándole también la sigla.
El autor es profesor de la Carrera de Ciencia Política de la UMSS