De todos los políticos que conforman la constelación boliviana, quien ha dicho clara y contundentemente que quiere candidatear y ser presidente es el inefable ex presidente Evo Morales. Un monstruo de la política en nuestro medio, y lo digo, en el mal sentido de la palabra.
Es muy posible que su popularidad sea todavía muy alta, en parte por los recuerdos de la época de bonanza que le tocó gobernar, en parte por la mala racha que vivió el país, apenas el salió del poder, me refiero por supuesto ante todo a la pandemia, y también a la muy grave situación económica actual, cuya responsabilidad recae con justicia en el actual presidente, pero no solo por sus acciones actuales, sino paradójicamente, ante todo, por su protagonismo como ministro de economía de E. Morales.
La gente, sobre todo la clientela política de Evo, más emotiva que reflexiva, le sigue teniendo un cierto cariño al hombre con quien se puede identificar fácilmente, y es difícil hacer que asuman que el malestar que estamos viviendo es producto de una política y unos manejos de la cosa pública errados durante todo el gobierno del MAS.
La falta de inversiones en exploración, la incapacidad de consolidar la explotación del Mutún y del Litio, las normas durísimas para contratar personal que asustan a cualquier emprendedor no aventurero, nos han llevado a la situación actual, muy parecida en algunos aspectos a los preámbulos a la UDP.
El mal manejo de la economía del país en tiempos de vacas gordas, está íntimamente ligado a lo que una parte de la izquierda, y eso a nivel global, hizo de Evo Morales, vale decir endiosarlo. A ese joven modesto, nacido en el altiplano y que usó ropa interior por primera vez en la adolescencia, no se le ocurrió en primera instancia comprar un avión de casi 40 millones de dólares para su uso, construir un horrible edificio de 26 pisos y luego hacerse de un helicóptero para ir de la casa presidencial a la plaza Murillo. Pero todo se volvió muy poco para él, incluido el ridículo museo de Orinoca, hoy cerrado, Curiosamente esos gastos eran insignificantes y por eso le parecían a Evo, y a su entorno, seguramente irrelevantes, comparando con los verdaderos gastos que hacia el gobierno, empezando con la subvención a los hidrocarburos, el pago del bono dignidad a partir de los sesenta años y el engorde de la planilla gubernamental.
El gobierno y la popularidad de Morales se fundaron en el despilfarro en una situación de bonanza, cuyos fundamentos eran las políticas estatales previas a su gobierno, y de las que él y los suyos renegaron, y la coyuntura económica favorable del momento.
Morales ha demostrado un profundo desprecio por las reglas del juego, no solo en la cancha de fútbol, sino ante todo en la política. Ha violado la constitución de manera flagrante y no merece ser candidato presidencial. Me sorprende que no pueda ser inhabilitado luego de haber desobedecido un referéndum y por tanto haber ilegitimado una elección nacional con su sola participación, y me imagino que ganas no les falta a muchos de iniciar un proceso para lograr ese objetivo. Ahora que hay tanta inquina en el MAS, podría darse la oportunidad de iniciarle un juicio de responsabilidades.
Y sin embargo, tal vez esa sería una victoria pírrica para quienes creen en la democracia; Morales se seguirá victimizando, y sus seguidores, que tienen algo de “creyentes”, se mantendrán a su lado. Por el otro lado, si candidatea y gana las elecciones, tendrá que enfrentarse a sus propios errores, y posiblemente acabe con su aura. Claro que el riesgo es que antes de reconocer sus errores e irse a casa, termine siguiendo los pasos de Ortega.
Evo Morales, que prometía para muchos un cambio positivo, se ha convertido en un personaje nefasto, es sin lugar a dudas quien más daño está haciendo a su propio partido, y aunque eso podría verse irónicamente como un servicio a la patria, en realidad solo esta ejerciendo su espíritu egolátrico y narcisista, no es positivo ni para el país, ni para una izquierda razonable.
García Linera, en forma pseudo poética y con la lengua muy trajinada decía que Orinoca debía tener algo muy especial para que allí naciera Evo, un tipo de persona que solo aparece en la historia cada 200 años, esperemos que tenga la razón en esto último y que cuando Evo salga de escena, tengamos un alivio así de largo.