Evaluación 2024
Respecto a la nota de prensa, elaborada por el ministerio de economía y finanzas públicas, en la cual se hace una evaluación del 2024 y establece las perspectivas para el 2025, al igual que el Presidente de Bolivia, se han concentrado en explicar y responsabilizar de la situación económica actual del país principalmente a los bloqueos generados por Evo Morales que han provocado, según ellos, más de 3.000 millones de dólares en pérdidas económicas, y también se han enfocado en los créditos que no han sido aprobados ni desembolsados por un monto de 1.228 millones de dólares. Sin embargo, no se ha explicado sobre la crisis fiscal, monetaria, cambiarias y comercial en nuestra economía, y, sobre todo, los 12 años consecutivos de déficit público, el cual es el origen de esta crisis multidimensional.
En ese sentido han explicado que la inflación, que es una de las más altas de los últimos 16 años, con 8,82% acumulada a noviembre, se debe principalmente por el contrabando a la inversa, la sequía, fenómenos climatológicos, y obviamente también a los bloqueos, haciendo hincapié muy grande en la afectación originada por los fenómenos naturales del niño y la niña vividos. Pero no se mencionó para nada, que la causa principal de nuestra inflación, es la falta de dólares y su cotización elevada en el mercado paralelo, lo que provocó que importar, producir, comercializar, inclusive productos de contrabando, sea más caro y costoso. Con una consecuencia clara, la devaluación de la moneda y su pérdida de su poder adquisitivo cerca de un 60% este año 2024, con una tendencia de mayor presión social y más pobreza en la población.
Por lo tanto, es más que evidente que no ha habido mucha autocrítica y se ha buscado principalmente buscar responsables fuera del gobierno, inclusive se ha hablado de lo que ha sucedido a nivel internacional con la elevación de las tarifas de transporte marítimo, incremento de las tasas de interés y de los precios de alimentos a nivel mundial, que si bien es cierto que Bolivia no es una isla, pero tampoco es la única economía que ha sido golpeada por esos factores, porque si no todos los países vecinos estarían pasando por un momento de contracción o desaceleración económica y de una inflación elevada como nuestro país. Bolivia es una de las economías con mayor inflación (la tercera de la región en este año) y además una de las que va a tener menor crecimiento económico de acuerdo a las proyecciones de organismos internacionales (FMI, BM, CEPAL), entonces si bien hay un contexto externo desfavorable, la principal causa del desabastecimiento de carburantes, falta de dólares y la misma inflación, es precisamente el tema de una crisis multidimensional de origen fiscal, principalmente por la caída de los ingresos por exportación de gas natural pero también por un gasto público elevado y sostenido, el cual no ha sido subsanado o corregido hasta el momento mediante políticas económicas.
En todo caso, tampoco la respuesta a este problema o la solución a la crisis económica, es la aprobación y desembolso de estos créditos externos por de $us. 1.228,3 millones, ya que solo representa el 3% de nuestro PIB nominal. Mas allá que estos recursos tienen fines para diferentes tipos de obras y proyectos en el país, se de entender que la gran necesidad de ellos, para financiar el gasto corriente estatal. Esto se denota en el flujo neto de la deuda externa por -856 millones dólares a noviembre de 2024, donde el mismo presidente indico su preocupación por que hay pago por los créditos externos que el desembolso por deuda externa. “Ahí están se van nuestros dólares”. ¿Se requiere más créditos externos para pagar otros? ¿Es tan grave nuestro insolvencia e iliquidez para que nuestra economía dependa de préstamos internacionales?
El comercio exterior ha sido duramente golpeado este 2024, a septiembre de este año, si bien hemos tenido un superávit comercial de casi 69 millones de dólares, el saldo comercial acumulado negativo, de enero a septiembre 2024, es 429% mayor que el del mismo periodo 2023. La escasez de dólares y su precio elevado han tenido un efecto nocivo en tanto en las importaciones como exportaciones, reprimiendo a ambos, lo cual más allá del tema inflacionario, han provocado que la economía crezca de manera limitada este 2024, exista menos flujo de divisas y que perdamos competitividad a nivel regional.
Las Reservas Internacionales Netas cerraran este año cerca a los $us. 2.000 millones, pero gracias únicamente a que el precio del oro, en los mercados internacionales, tuvo precios altos históricos este 2024. Sin embargo, las mismas, sobre todo las reservas de oro, funcionaron como una caja chica estatal, las cuales se monetizaron (en dólares) en mas de 30 toneladas este año, solo para financiar el gasto corriente del país, principalmente para importar carburantes y el pago del servicio de la deuda externa, según los mismos informes del BCB.
Perspectivas 2025
Las metas gubernamentales previstas en el PGE 2025 son poco ambiciosas, optimistas, pero si mas realistas, al menos si se las compara con las de los últimos 5 años. Se prevé gastar más (9,2% déficit fiscal/PIB), pero crecer menos (3,51%), algo contradictorio. Se reconoce que este 2024 tendremos una inflación elevada histórica (cerca al 10%), y se estima un 2025 también inflacionario (7,5%). Con una inversión publica menor que este año, solo de $us. 4.024 millones, que estará en función al parecer de la deuda pública, lo que condiciona más nuestro crecimiento económico mesurado, todo lo contrario, al PGE 2025, el cual creció en 280% respecto al 2010.
La recuperación económica de Bolivia, lo que otros llaman crisis, según el gobierno será posible gracias a la inversión publica multisectorial, principalmente en minería, industria e hidrocarburos. Lo llamativo, es que se seguirá apuntando a la creación e implementación de más empresas estatales en el 2025, algunas provocando una competencia “desleal” al sector privado. Donde el gran cuestionamiento, dada la actual crisis financiera y económica del sector público, son los fondos para su puesta en marcha y su sostenibilidad, y aún más, la duda de donde sacaran divisas para importar insumos y materias primas, generando mayor presión fiscal y cambiaria en nuestra economía.
El gobierno, según ellos, apostara a la reducción del déficit fiscal mediante un aumento de ingresos, pero no de gastos, algo “irónico”, ya que los primeros dependen de la coyuntura económica interna y externa, pero lo segundo simplemente de una voluntad política pragmática. Su gran apuesta será la planta siderúrgica del Mutún, sustitución de importaciones de industrias alimenticias y la producción de biodiesel, que recurrirán a un PGE muy endeudado, pero poco sostenible en el 2025.
Conclusión y recomendación
El balance del 2024 fue negativo y nefasto para la economía boliviana, pero podría empeorar el 2025. Esto ante la ausencia de políticas publicas estructurales tanto en económico, político, institucional y normativo, que hagan un viraje de 180 grados hacia un país con mayor libertad económica, estado de derecho y prosperidad social. El 2025, será un año muy politizado por las elecciones nacionales, donde los esfuerzos se concentrarán en ganar o mantener votos, mas que en solucionar los problemas económicos de los que votemos. Sin políticas ni acciones pragmáticas, las cosas pueden empeora, y llevar a mas gente a la pobreza, donde salir de ahí, costará un Potosí.
Lo aconsejable, más allá de cualquier receta económica, es hacer todo lo contrario de lo que se hizo hasta ahora, sin una sinergia entre el sector publico o privado, salir de esta situación de mas de una década, será más compleja y costosa para los bolivianos.
El autor es presidente del Colegio Departamental de Economistas Tarija