“Don Eduardo ya están viniendo sus compatriotas otra vez a recogerlo para dar su paseo anual”. “¡Ay otra vez me tengo que vestir y arreglar para que me saquen a pasear por las calles y no pueda descansar!”
“¿Qué les voy a decir a mis compatriotas? Tanto tiempo ha pasado y todavía no entienden que las guerras de hoy ya no se ganan con balas, sino con estrategia.
Les voy a contar con ejemplos. Miren Paraguay. A menos de 100 años de la guerra del Chaco ha conquistado a Bolivia de una forma espectacular: media Santa cruz abrió su empresa en Asunción, debido al favorable clima de negocios y la política impositiva del 10-10-10.
Muchos bolivianos han llevado su marca a un país que les ofrece seguridad, estabilidad, y un clima propicio para que puedan florecer sus emprendimientos.
Paraguay de a poquito está drenando la inteligencia comercial de Bolivia.
Vemos otro ejemplo: Argentina y Brasil durante los ‘90 fueron nuestros grandes compradores de gas. Gracias a sus compras, los azules se dieron la gran vida, gastándola en elefantes azules.
Construimos un gasoducto para llevar nuestro producto a Brasil y a Argentina, pero hoy estos dos países no sólo ya no nos compran, sólo nos dan la posibilidad de alquilar nuestro gasoducto para que pase el gas argentino a Brasil.
Todo en menos de 20 años. Dos países con los que perdimos territorio y hoy perdemos grandes negocios por nuestra ineptitud en la gestión de los hidrocarburos.
Otro ejemplito: Perú sigue siendo el país con el que tenemos conflictos sobre el origen de nuestro folclor y tenemos listas 100 declaratorias de personas non gratas para ellos, pero Perú nos ha ganado en dos lugares que nadie se podría imaginar: En cualquier mercado pregúntate de dónde viene la fruta que estás comprando. Son de Perú. Las caseras no tienen ningún empacho en decirte llévate ésta, porque es mejor.
Y nos ha ganado en turismo. Los turistas quieren venir a Sudamérica y Perú los atrae porque no tiene bloqueos, nadie prende fuego a sus proyectos turísticos, tienen carreteras expeditas y tienen una facilidad increíble para atraer al turismo cosa que nos hace mucha falta.
Finalmente hablemos de Chile país donde me vi inmerso en una guerra. Di mi riqueza al ejército boliviano, y muchas cosas para que siguiera en pie de guerra.
Perdimos el mar. No tenemos relaciones diplomáticas con Chile, pero este país que tiene el mayor crecimiento y el mayor desarrollo económico en la región, atrae a nuestros compatriotas y allí buscan nuevas oportunidades de vida.
Hoy los vecinos atraen a lo mejor que tenemos: Nuestro talento humano.
Es impresionante la fuga de cerebros y de capital de emprendedores que se van porque seguimos creyendo que la única manera de celebrar a los héroes es sacando sus huesos por las calles para que vean filas de gasolina, gente enojada con los gobernantes de turno, y dedicándose a cantar himnos y a poner ofrendas florales, cuando lo importante es hacer que tu país crezca, desarrolle y estimule el progreso dándoles condiciones a los ciudadanos.
Otro año que salgo a las calles y otro año que sigo diciendo carajo.
Dejen descansar a mis huesos, déjenme donde pertenezco, en el pasado, y busquen a los héroes de hoy, dejen de inventarse héroes como Juancito Pinto. Hay gente en 2025 que hace cosas tan o más heroicas como la que yo hice.
Yo di un carajazo, defendiendo a Bolivia, y me mataron.
Pero hoy hay gente que se levanta todos los días y sigue creyendo en este país y se sigue quedando. Eso es heroico de verdad.
Me pregunto ¿qué habrán hecho con tantos Km de tela azul cuando confeccionaron la bandera del mar? ¿Poleras del partido?
Parece que el único mar que logramos es un mar de lágrimas, por la clase de gobernantes que tenemos”.
La autora es periodista
