EVELYN CALLAPINO GUARACHI
Potosino soy de la rica tierra, potosino soy de la tierra buena, donde el indio toca su quena, así inicia el segundo himno de Potosí que un 9 de noviembre de 1938 se interpreta por primera vez en la Villa Imperial. Esta composición nos continúa acompañando en la construcción de nuestra historia de lucha llena de rebeldía.
Esta melodía se consagra como un canto emblemático, que expresa la bondad de esta tierra que ha dado desde sus entrañas de comer a Bolivia y al mundo a través del saqueo de la plata por más de 500 años y la explotación de nuestra gente. Tierra rica que como toda madre sin importar más nada se sacrifica a sí misma por amor a los bolivianos.
La explotación de nuestra riqueza continúa significando las desigualdades sociales, beneficio de unos cuantos, sacrificio de muchos. La minería tiene rostro de una burguesía que a costa del trabajo en condiciones rudimentarias, sacrificio de familias enteras que metidas en un círculo de precariedad y vulneración de derechos no logran salir dado que este abuso es fomentado por una rosca minera.
Cantamos esta canción a esta noble cuna, siguiendo el eco de libertad anunciada por Alonso de Ibañez quien en compañía de mujeres y hombres disidentes enmarcados en el bando de los vicuñas nos heredaron esta sangre llena de rebeldía, característica de la potosinidad. La libertad de un pueblo no se la adquiere, se la conquista a través de luchas con gente guerrera, confrontando a los opresores. Este 10 de noviembre cumplimos 209 años de gesta libertaria y continuamos en la búsqueda de libertad plena y nuestro desarrollo para que rompamos las cadenas de opresión.
Tierra nuestra y generosa, que continúa compartiendo su riqueza a Bolivia y al mundo. Suelo olvidado por quienes más la aprovechan. Tierra olvidada por propios y extraños quienes la abandonaron después de recibir tanto. Gobiernos quienes obstaculizaron su desarrollo simplemente saqueando los recursos y negando lo que merece. Tierra que con tanta riqueza enseña el verdadero significado de fortaleza así como de injusticia.
Hace 81 años Humberto Iporre Salinas, artista potosino compone esta canción, seguramente sintiendo lo mismo que sentimos ahora los potosinos, marcada de tristeza por ver tanta injusticia para nuestra tierra. “Potosino soy” conmueve el corazón, remueve sentimientos, trae nostalgias e impotencia de ver a un pueblo que dio tanto y recibió tan poco siendo olvidado. Desde que empezó a interpretarse continúa en las manifestaciones y demandas para que esta tierra bendita tenga lo que merece. Continúa impregnando civismo en la gente contagiando el sentimiento revolucionario del pueblo.
Potosinos y potosinas cantemos tan fuerte esta canción para que Bolivia y el mundo nos escuchen. Hermanos y hermanas de sangre rebelde sigamos con la lucha teniendo la rojo y blanco de dignidad y rebeldía como únicas armas para defender a esta tierra noble que nos vio nacer y nos dio tanto. Oprimidos pero jamás vencidos, unidos con la cabeza y la bandera en alto conquistaremos lo que merecemos con libertad y tomaremos el control de nuestra tierra porque ya estamos cansados de ser saqueados.
Nos quitaron todo, pero jamás la dignidad, la rebeldía ni la libertad.
¡Viva Potosí!
Evelyn Callapino Guarachi es politóloga, docente universitaria y coordinadora de Mujer de Plata