La crisis humanitaria que se está viviendo en cercano oriente es de dimensiones mayores, y cada muerte no pude dejar de conmover. La gente toma partido de acuerdo a su visión de mundo y de acuerdo a sus fobias, algo que es natural, y que es parte del problema, pero esta forma de tomar partido, es producto de lo que se lee, o de lo que no se lee. Y cuando se lo hace, de seguro que se despiertan más dudas que certezas. Sin embargo, hay algunas aseveraciones, que se viralizan ya sea por ignorancia o por mala fe, y que son ciertamente erróneas, una de ellas es comparar a los israelitas de hoy con los nazis de los años treinta y cuarenta. O comparar la franja de Gaza con el gueto de Varsovia, (lo hace hasta gente muy leída).
Vayamos por partes, la barbaridad perpetrada contra los judíos en la Alemania Nazi y los territorios ocupados por estos, fue una persecución estructurada para su aniquilamiento que no puede ser comparada con lo que sucede ahora bajo ninguna circunstancia, salvo si se quiere, con el accionar de Hamas hacia las familias judías el pasado 7 de octubre, (este hecho fue aún más brutal que una incursión nazi en algún edificio berlinés, o de cualquier parte de la Europa bajo control nazi).
Comparar Gaza con el gueto de Varsovia es no tener idea de geografía y de dimensiones, ni del destino que tuvieron la mayoría de los habitantes del gueto, ni de la infraestructura que este tuvo, es en realidad una enorme estupidez, basta comparar las dimensiones, el gueto tenía una superficie que equivalía a un 1 % de la franja y tenía aproximadamente una quinta parte de la población de la franja. Aclaremos que Singapur, tiene solo el doble de territorio de la Franja pero también el doble de población.
El muro que rodea la franja, ha sido comparado, (no con mucho entusiasmo por la izquierda, que quiere olvidar ese detalle, con el infame muro de Berlín), pero recordemos que este no ha sido construido para no dejar salir a los propios ciudadanos de su territorio, sino para proteger a quienes están al otro lado del muro, de los ataques terroristas de quienes viven y operan en Gaza.
Una columna es demasiado corta para englobar el problema de Israel y Palestina, que tiene seguramente lados oscuros en ambos lados, y por supuesto que no tengo todos los elementos para hacer un análisis profundo, pero lo claro, es que las comparaciones arriba mencionadas, no ayudan a entender la situación sino a confundirla aún más.
Ahora bien, el gobierno de Arce, haciendo caso a los reclamos de Evo, (tan amigo de Gadafi en su tiempo, y de los iranies hasta ahora), ha decidido romper relaciones con Israel, curiosa y errática actitud de nuestra cancillería, que aplaude la invasión de Ucrania, que calla ante la aberración cometida por el gobierno de Gaza (Hamas gobierna Gaza, no se olvide), y que reacciona ante una reacción Israelita.
El estado Plurinacional, tiene aliados impresentables, (“se junta con gente más miserable para sentirse menos miserable”, podría decir algún personaje canino de ficción), con la ruptura de relaciones da un espaldarazo a Hamas, (aunque parece una melgarejeada, como ir a luchar contra Francia por el deshecho), y con eso dice que no cree en el derecho a existir del estado de Israel, porque ese es el fin último de esa organización.
¿Puede el mundo occidental permitirse la desaparición de Israel? Creo que no, por varios factores históricos y morales. ¿Fue la creación del estado de Israel un error? Tal vez sí, eso da para debate. Pero debería poder haber una solución, Gaza podría ser un estado exitoso, son solo 2,5 millones de habitantes, y tienen una ubicación privilegiada. (Tienen el mar por el que tanto lloramos los bolis). Israel, Europa, y el mundo podrían lograrlo.
El autor es operador de turismo