Por: Karen Gil
San Ignacio de Mojos, 28 de noviembre (ANF).- Hace 10 años, los hombres lideraban las principales organizaciones del Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) y del Territorio Indígena Multiétnico (TIM 1), ubicados en Beni. Pero en aquel tiempo ya ocurría, y con más frecuencia al correr de los años, que las mujeres de a poco tomaban espacios dirigenciales en sus comunidades. Gracias a ese trabajo, a veces silencioso, es que ahora las subcentrales de ambos territorios cuentan con presidentas.
Cada una de las organizaciones tuvieron procesos distintos para que haya presencia femenina en las dirigencias y aún es un camino por recorrer. Pero en ambos casos la llegada de las indígenas a estos espacios políticos fue gracias a la perseverancia y trabajo de ellas.
Éstas en sus comunidades ya se animaban a salir del espacio meramente doméstico y empezaron a ocupar cargos en los corregimientos o incluso a crear organizaciones exclusivas de mujeres.
De esa construcción colectiva son resultado Juana Bejarano y Aurora Limpias, presidentas del TIMI y TIM, respectivamiente. Ellas se vieron motivadas a participar primero en las reuniones de su comunidad y, así fueron elegidas, para participar en los encuentros de Corregidores.
Aurora Limpias y su reto de la autonomía del TIM 1
A Aurora Limpias no le preocupa cosechar toronjas en plena lluvia. Aprovecha que de mucho tiempo está en su chaco en San José del Cabitu —su comunidad, a cuatro horas de distancia de San Ignacio de Mojos— y que hay la posibilidad de que el auto que la trajo pueda llevar esos productos a la capital del pueblo. Su idea es que se puedan vender y que el dinero de las ganancias sirva para la autogestión de la Subcentral mixta del TIM 1, que lidera desde el 10 de julio de este año.
Desde que ocupa la presidencia casi todo su día está centrado en las necesidades y fortalezas del territorio, formado por 26 comunidades. Este es habitado por cinco pueblos indígenas: mojeño ignaciano, mojeño trinitario, yuracaré, movima y chimán, y se encuentra en los municipios de San Ignacio de Mojos y Yacuma.
Aurora, de 41 años y de origen mojeño ignaciano, fue elegida tras la renuncia al cargo del presidente electo en el Encuentro de Corregidores del TIM 1. Aceptó el cargo aunque sabía que sería un reto difícil no solo porque se trata de la primera vez que una mujer llega a la presidencia, sino que, por el hecho de ser madre de tres hijos, tendría que combinar su labor con las del hogar y la maternidad.
“Es bien difícil, a veces los esposos e hijos creen que se los abandona, pero yo les digo a ustedes hermanas, que entre mujeres nos apoyemos, más a las que se animan a asumir el cargo”, les pidió a las mujeres de la comunidad del Santa Rosa del Apere, donde se reunió para escuchar sus necesidades.
Aunque considera que las comunidades están mucho más abiertas a la participación de las mujeres que en otros años. Dice que el machismo antes arrinconaba a las indígenas a espacios domésticos, pero de a poco está cambiando.
Comparte esa opinión Bernando Muiba, expresidente del TIM 1 (2016-2021) y actual subalcalde del Distrito TIM 1. Él recuerda que hasta hace unos 10 años, la participación de las mujeres en las comunidades no era equilibrada y que ahora, poco a poco, se animan a ocupar cargos.
Muiba fue uno de los primeros en compartir las carteras de la Subcentral con dirigentas, muchas de ellas ahora son parte de la Subcentral de Mujeres del TIM 1. “Se demostró que la participación de las mujeres era importante”, dice.
Al igual que las otras dirigentas, Limpias inició su participación política en su comunidad. Fue corregidora en 2015 y luego presidenta de la Organización de Mujeres.
Aún la cantidad de corregidoras es limitada en el TIM 1, solo tres de los 26, pero las diferentes autoridades entrevistadas coinciden en que el hecho de que una mujer dirija la Subcentral mixta inspirará y fortalecerá a las indígenas de base.
Desafíos
Las autoridades del TIM 1 iniciaron, en 2010, su proceso hacia la autonomía indígena. Sin embargo, el camino que recorrieron se les hizo más largo de lo esperado y, 11 años después, aún no logran consolidarla del todo, debido a tropiezos con reglas del Estado.
Precisamente ese es uno de los retos y mandatos que tiene Limpias, presionar al Tribunal Constitucional para que reconozca su estatuto, aprobado, con formas y procedimientos propios, el año pasado.
“Nos tienen mal. Nos preguntamos cuándo va a salir esa autonomía. Seguimos esperando las ganas del Tribunal Constitucional”, afirma Limpias, pero tiene la confianza de que pronto se pueda lograr.
Además de esa tarea, entre sus desafíos está impulsar que todas las comunidades cuenten con los servicios básicos.
También le toca enfrentar algunos problemas en el territorio, como los relacionados con la explotación ilegal de la madera, que hace décadas significó conflictos en el territorio; temas agrarios, principalmente problemas con terceros que reclaman parte del TIM; y los relacionados a los planes de manejo, que los comunarios piensan que no está llegando a beneficiar a todos.
Pero, en este camino Limpias no está sola, pues además del apoyo de los corregidores y de la directiva de la Subcentral, también están, firmes a su lado, las integrantes de la Subcentral de Mujeres del TIM.
Juana Bejarano y su lucha por el territorio
Juana Bejarano, de 52 años de edad, tiene dolores de huesos hace algunos meses, pero eso no le impide continuar con todas sus actividades como presidenta de la Subcentral Mixta del Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI). Ella siempre está dispuesta para ir a visitar a las comunidades y así conocer las necesidades de su gente.
Recibe todo tipo de noticias con carácter amable y sereno, incluso las malas. Al estar ya en su segunda gestión al frente de la máxima organización del TIMI aprendió a asumir todo tipo de contrariedades.
Por supuesto, prefiere las buenas nuevas como las que recibió este 24 de noviembre. Después de 15 años de demanda y lucha ante el Estado, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) les entregó la titulación de San Simón, más de tres mil hectáreas, que se suman a las 53 mil ya tituladas en el TIMI.
El tema agrario es uno de los que más gestiones ameritaron a la Subcentral, en general, y a Bejarano, en particular, pues aún falta la titulación de al menos el 45% de su demanda total, que asciende a 98 mil hectáreas. Por ello, el año pasado se sumó al bloqueo de caminos, iniciado por el TIM, demandando al INRA concluir con el saneamiento de tierras.
10 años en la lucha
La dirigenta nació en Bermejo y allá inició su vida política, en 2010. Aquel año formó parte del Gran Cabildo Indigenal como primera cacica. Se animó llegar a ese cargo porque se dijo “yo puedo hacer algo por las necesidades” que desesperaban a los habitantes. Luego fue primera comisaria y años más tarde llegó a la presidencia de la Organización de Mujeres, antiguo Club de madres.
Recuerda que cuando era joven no había mujeres corregidoras, por lo que comenzaron a solicitar a instituciones privadas y públicas talleres de capacitación, en los que puedan darles algunos consejos para animarse a hablar en las asambleas y cabildos.
“Los hombre se pusieron bravísimos. Decían que las mujeres queríamos mandar ‘¿Cómo? Si nosotros somos los jefe de la casa’. No entendía que ellos también podían ocuparse (de la casa)”, rememora.
Pero la situación cambió, ahora ocho de las 19 comunidades son corregidoras. No solo eso, en la Subalcaldía del Distrito TIMI también está una mujer: Sara Jiménez.
“Hemos logrado que las mujeres en el TIMI tengan la mejor participación. En todo ámbito están las mujeres”, afirma orgullosa Jiménez, quien es la segunda indígena que ocupa el cargo, el cual es elegido por los habitantes del territorio.
Este
proceso no fue fácil. Bejarano cuenta que además, que otros actores
con los que en algún momento tuvieron algún tipo de conflictos las
insultaban por razón de género: “Vieja puta por qué no se va a
cuidar a sus hijos”, es una de las frases que escuchó en
controversias agrarias, principalmente con los ganaderos.
El recorrido de Bejarano fue largo y aún continúa, pese a los inconvenientes. Al poco tiempo de asumir la presidencia en 2019, a Bejarano le tocó afrontar la pandemia del coronavirus.
Fue una de las que se movilizó para que haya trancas en las entradas de las comunidades con el fin de proteger a sus habitantes y también promovió el uso de las medicinas tradicionales, a falta de servicios de salud en su territorio.
Bejarano dice que no se cansa y que su trabajo dirigencial es por sus nueve hijos. Estos están orgullosos de su madre, quien pese a todo continuará con la lucha para consolidar su territorio.
/KG//smr