La Paz, 28 de abril (ANF).- La pandemia ya ha causado la muerte de cerca de 214 mil personas en todo el mundo y más de 3 millones de infectados. Frente a las caídas en las economías, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que el hambre y la pobreza se incrementarán en Latinoamérica, por lo que recomienda que los diferentes gobiernos prioricen la alimentación y agricultura.
“Es clave que los gobiernos declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, con apoyo de todos los órganos del Estado y de la población. Es esencial mantener vivo el sistema alimentario, para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria”, explicó Julio Berdegue, Representante Regional de la FAO.
La pandemia ha causado emergencia en todos los niveles de los Estados. El informe de la FAO, elaborado a solicitud de la Presidencia Pro Témpore de México ante la CELAC, establece que un tercio de la población de América Latina y el Caribe, previamente al Covid-19 ya se encontraba en “inseguridad alimentaria”.
“México, en sus esfuerzos para renovar a la CELAC, como único mecanismo de concertación que integra exclusivamente a los países de América Latina y el Caribe, buscó generar esta importante alianza con la FAO para dar herramientas a los Estados miembro con el objetivo de que reduzcan los efectos de la pandemia en la alimentación.”, dijo Efraín Guadarrama Pérez, Coordinador Nacional de México ante la CELAC.
Es así que se recomienda reactivar el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Plan SAN-CELAC), y fortalecer acuerdos políticos para impulsar el comercio de alimentos entre los países de la región.
Dentro de todos los países afectados por la enfermedad, existen sectores y actividades más vulnerables, entre ellos los pueblos indígenas y campesinos, que en gran medida se encargan de generar los recursos a través de la agricultura. Pero ninguna economía por más fuerte que sea ha quedado al margen de las afectaciones.
Por ello, la FAO establece que los problemas que aquejan a la región y, en particular, esta emergencia sanitaria, desconocen fronteras y por tanto, deben afrontarse en conjunto,
Impacto en la seguridad alimentaria
Según la FAO, América Latina y el Caribe, y los mercados internacionales, tienen reservas suficientes para alimentar de forma adecuada a sus habitantes en los próximos meses.
El informe señala que el principal desafío en el corto plazo es garantizar el acceso a los alimentos de la población que está cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria, especialmente para quienes han perdido su fuente de ingresos.
La región ha empeorado en su seguridad alimentaria en los últimos años y la pandemia podrá́ impactar de forma especialmente severa a aquellos países que ya venían presentando una condición de inseguridad alimentaria.
En esa línea se sugieren medidas como enfrentar la reducción de la capacidad adquisitiva para acceder a los alimentos; la FAO recomienda reforzar los programas de apoyo nutricional para madres en edad fértil y niños menores de cinco años de edad, asegurar la alimentación escolar, expandir los programas de protección social y promover hábitos de consumo saludable.
Es necesario facilitar el transporte y acceso económico a insumos productivos (semillas, fertilizantes, piensos, etc.) y a maquinaria e infraestructura. Para mantener la disponibilidad de alimentos básicos, es clave mantener el funcionamiento de las explotaciones agropecuarias, con especial atención a la agricultura familiar campesina, pero sin excluir las de mayor tamaño.
En Bolivia, sectores indígenas y campesinos han solicitado a las autoridades un mayor apoyo en lo que respecta a la producción agrícola familiar y al comercio de sus productos, para garantizar la alimentación en esta etapa de emergencia y en la posterior.
//ANF