La Paz, 27 Sep. (ANF).- La Dirección Nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen,(FELCC) no tiene estadísticas sobre el número de pandillas que existen en el país y sus principales autoridades guardan silencio sobre esta problemática, mientras expertos alertan sobre un incremento y la presencia de niños que significa un riesgo para la sociedad.
Estos grupos de niños de 10 años y adolescentes de 16 se agrupan entre 200 a 40 aproximadamente con interés, objetivos comunes, por ejemplo, para dedicarse a “micro robo” de mochilas entre otros objetos de valor con armas blancas o a fuerza de golpes, explican a la ANF las expertas licenciadas Carla Barrera y Nancy Choque, pertenecientes al servicio Departamental de Gestión Social.
Son diferentes en cada departamento, por la idiosincrasia de la gente e incluso de la topografía y su desarrollo, económico y social, explican las profesionales.
En Bolivia, 29.952 adolescentes y jóvenes forman parte de alguna de las 1.067 pandillas existentes, conformadas por hombres y mujeres. De ellas, el 99% forma parte de activa en peleas, robos, asaltos, y atracos, según un informe de 2006 de la FELCC.
De 2007 y 2008 la ANF solicitó a la FELCC un reporte oficial, pero se informó que no se cuentas con estas estadísticas y su tabulación, procesamiento demoraría un buen tiempo.
En dos oportunidades se requirió una entrevista con el director nacional de la FELCC, coronel Pablo Caballero y el director de la FELCC-La Paz, coronel, Gonzalo Macagua, pero “guardaron silencio” con el argumento que “estaban ocupados”.
INCREMENTO DE CASOS
La jefe de la Unidad de Asuntos Sociales del servicio Departamental de Gestión Social, Nancy Choque, exterioriza su preocupación.
“Cada vez se incrementan estos grupos —comenta—; antes tal vez eran con otras características, porque los chicos, se agrupaban y reclamaban algunas cosas con algunas acciones rebeldes”.
“Pero ahora —añade—
los grupos están más organizados. Ellos tiene otros intereses, objetivos, por eso es que preocupa, porque he tenido más de cerca esta situación, por la demanda de los padres que vienen a pedir orientación por la conducta de sus hijos; porque ellos de pronto abandonan el colegio, escuela. Se forman grupos no solo para agredir, sino para quitar las mochilas a los pequeños, su dinero u otras cosas de valor que porten”.
PROVINCIAS
La encargada de Coordinación con las Provincias del servicio Departamental de Gestión Social, Carla Barrera hace notar que el incremento se genero desde el 2001 y este avanza a las provincias donde antes no se había registrado este fenómeno.
Con su experiencia profesional sostiene que realizan diagnósticos permanentes sobre las pandillas por ello asegura de la existencia de un incremento de estos grupos que se ha ido dando en todas las zonas de La Paz.
“Lo más preocupante que hemos podido identificar —exterioriza— que en las pandillas no solo se pueden ver adolescentes, sino niños de entre 10-15 años al interior de estas pandillas”.
Aclara que si bien el servicio Departamental de Gestión Social no trabaja directamente sobre la problemática, esta en condiciones de asegurar que para las pandillas no existen clases sociales baja, media, media alta y clase alta.
“En las mismas zonas tanto en El Alto y La Paz y la misma
—residencial— zona Sur cuentan con pandillas, comenta.
PANDILLAS EN COLEGIOS Y ESCUELAS
Choque, revela a la ANF que en su trabajo de más de 15 años en la ciudad de El Alto, cuando los padres llegaron a solicitar orientación descubrieron una especie de red subterránea de pandillas al interior de colegios y escuelas que atemorizan a estudiantes y hasta padres de familia.
Existía una presión para que niños y adolescente se alineen al alguna pandilla, porque un miembro de su entorno familiar o amigos eran parte de estas organizaciones.
Esto deriva en el temor de asistir a sus establecimientos, por eso muchos de ellos dejan los estudios ante la impotencia de sus padres que temen represalias si denuncian estos hechos, porque los integrantes de las pandillas viven en el mismo barrio.
“Pero cuando hay otras situaciones —explica— solicitamos acudir a instancias competentes de la Policía y formalizar la denuncia, por la seguridad misma de los chicos victimas como de la misma familia. Por eso
le decía que en la FELCC se registra este tipo de información”.
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