Ir al contenido principal
 

Opinión

Sumas que restan

22 de Marzo, 2025
Compartir en:

Ahora que los “cantidatos” del 1% están desesperados correteando de una tienda política a otra para ver quién les 0frece un lugarcito en la lista de diputados o les promete impunidad en el próximo gobierno, el panorama se aclara. 

Hay sumas que suman y hay sumas que restan. Por ejemplo, cualquiera que anuncie una alianza con el alcalde de La Paz, Negro Arias, estará perdiendo votos en lugar de ganarlos. Hay que ser burro para dispararse en el pie. Individuos como Santos Quispe, gobernador de La Paz, o Félix Patzi, que ocupó el mismo cargo con igual incapacidad, no le aportan nada a nadie. Sería como tener de novia a Lydia Patty. 

Desde que publiqué el 1 de marzo el artículo sobre los “cantidatos” del 1%, han saltado al ruedo más espontáneos (favorecidos por el órgano electoral que regala siglas como pasankalla), en busca de correr detrás del toro. En estas breves tres semanas ya se han ubicado los que habían anunciado sus “cantidaturas” presidenciales con bombo y platillo, y han acabado filtrándose de la manera más ladina en alguna alianza con mejores posibilidades. Otros simplemente desaparecieron del radar en vuelo subsónico. 

Como observador externo, la coreografía de oportunistas que deambulan tocando puertas para que les den abrigo en algún burladero antes de que suene la campana, me permite adivinar el lugar que ocupan las alianzas en el abanico electoral que se parece mucho al ruedo circular de la plaza de toros. 

Por ejemplo, las incorporaciones de Branko Marinkovic y Rubén Costas a la precandidatura de Tuto Quiroga empujan hacia el extremo derecho del espectro político al expresidente banzerista, que antes había hecho esfuerzos para virar cerca del centro político que representa el bloque de oposición, del que se desmarcará en cualquier momento si las encuestas no lo favorecen.  

En cambio, el apoyo de Vicente Cuellar, la adhesión de Toribia Lero, de Sol Bo y de Juan del Granado (Sin Miedo) a la tienda de Samuel, así como la de valiosas y valientes parlamentarias de Comunidad Ciudadana, como Andrea Barrientos, le permite a Doria Medina adueñarse del centro progresista, más próximo a la propuesta de Comunidad Ciudadana que al populismo autoritario simpatizante de Trump, Milei o Bukele. El hecho de que Luis Revilla, jefe de Sol Bo, sea un perseguido político del MAS, también favorece a esa suma de voluntades políticas. Para darnos una idea del absurdo de la persecución a Revilla: la “justicia” lo requiere por 2 millones de Bs. mientras que Reyes Villa, que anda suelto sin problemas, poseía durante su “exilio” en Miami, propiedades por valor de 27,4 millones de US$ (seguramente gracias a su pensión de capitán en retiro). 

Tuto Quiroga pretende asegurarse los votos de los sectores más conservadores al sumar a los pollitos de Milei. La probable incorporación de Jaime Dunn y de Antonio Saravia no haría más que profundizar ese desplazamiento hacia el extremo derecho del espectro donde inició su vida política el candidato de ADN. En realidad, Tuto perderá más votos de los que ganará, pues el país se ha movido desde hace muchos años hacia el centro y no veo ninguna perspectiva de que se reconstituya una fuerza de ultra derecha populista como la de Argentina, donde se están dando cuenta de que no bastaba ganar las elecciones para gobernar. 

Los pasos de Doria Medina en la última semana de marzo y la primera semana de abril, serán cruciales para posicionarse como la única opción racional en un país que no necesita motosierras sino políticas austeras pero con contenido social, al mismo tiempo severas para salir del agujero en que nos ha metido el MAS, pero suficientemente pragmáticas como para evitar caer nuevamente en el prebendalismo y en la corrupción de los mal llamados “movimientos sociales”, que deberían de una vez desaparecer para recuperar la dignidad de las organizaciones sindicales del siglo pasado. Por ello mismo, no ayuda a Doria Medina la demagogia barata de “100 días, carajo” (copia triste de Milei, no de Abaroa), los bailes en TikTok o la búsqueda de basura sobre sus oponentes para denigrarlos. Lo que le ayudaría son palabras basadas en la cruda realidad y la construcción de una imagen de estadista responsable, una imagen que no ha logrado consolidar en todos estos años porque se comporta como el tren de Arica a La Paz (un paso p'atrás p'atrás p'atrás…). 

La gran incógnita es el MAS, que hasta la fecha parece destinado a la extinción, como los dinosaurios bajo los asteroides del descontento popular. ¿Dónde se ubica el MAS en el espectro electoral? Ciertamente no se ubica en la izquierda, pues representa todo lo contrario (depredadores de la naturaleza, represores de indígenas, corruptos hasta la médula). El MAS es un populismo autoritario antidemocrático que está más cerca del conservadurismo que del progresismo. En el ruedo imaginario, llegas al mismo lugar si corres hacia la izquierda o hacia la derecha. 

Sabemos que no hay dos candidaturas del MAS pues Evo Morales está descalificado por “doping” (fraude) y trata y tráfico. Podrían caerle con muchos juicios más por los atropellos que ha cometido contra el Estado. El “plan B” que le atribuyen a Andrónico equivale a un suicidio. Sería realmente tonto el ahijado de Evo Morales si quisiera ocupar el lugar tan deshonroso y desprestigiado del jefazo. Es innegable que Andrónico tiene futuro político propio, pero sólo en la medida en que se aleje de Morales y de Arce Catacora (y de las bandas de delincuentes que rodean a ambos). Lo mejor que puede hacer en las elecciones de 2025 es quedarse calladito, no hacerse notar. 

Entonces, ¿con qué caballo va a correr la familia del MAS? No tiene caballo, sería un acto de autoinmolación para cualquiera, ni Choquehuanca sería tan tonto de pisar ese palito. Hace meses yo afirmaba que Arce podría cosechar los votos de medio millón de empleados de la administración pública (y sus familias) que no quieren perder sus ingresos, pero las cosas han cambiado rápidamente y ahora los propios funcionarios del Estado saben que no hay milagro capaz de mantener en el poder al incapaz de Arce Catacora y su pandilla de corruptos. Los escándalos no sólo se multiplican a su alrededor, sino en su propia familia, con el tráfico de combustibles desde Paraguay en momentos en que el país está tocando fondo. 

Choquehuanca, que ha desaparecido de las fotos y está más callado que el monolito Bennett, no es una opción pues está salpicado de bosta por su impostura y su oportunismo a lo largo de varios gobiernos del MAS en los que ha demostrado con claridad meridiana que es un ser humano despreciable, igual que García Linera, el pontificador, que ya no puede abrir la boca en Bolivia y por eso lo hace en Argentina o en México. Nadie da un centavo por estos personajes tan torcidos y faltos de ética. 

El pelo en la sopa es Manfred Reyes Villa, aunque todavía no está claro en qué consiste su pacto subliminal con Evo Morales y Arce Catacora a quienes les debe el favor de haberle eximido de juicios por las bribonerías que cometió cuando era alcalde de Cochabamba la primera vez. Es posible que en retribución haga lo propio: si llegara a la presidencia con el apoyo discreto del masismo se las arreglaría para que Morales, Arce Catacora y los cuarenta ladrones (son muchos más en realidad), evadan sus culpas. A cambio, algo de paz social mientras gobierna, algo cada día más improbable ya que su alianza con Chi Hyung Chung (Amar) le restará votos. 

Eso de que Manfred y el precandidato coreano tienen “coincidencias programáticas” es un chiste burdo. Sorprende que crean que la gente es tan bruta (o quizás tienen razón). Por ejemplo, ¿Manfred está de acuerdo con la propuesta de Chi de que el cambio del dólar sea diferenciado en cada departamento del país? Chi ha hecho propuestas tan torpes y machistas, que sólo la fe ciega de sus seguidores más fanáticos podría garantizarle -de nuevo- su anterior caudal de votos (1,55%). Chi no tiene segura ni siquiera una sigla por no haber obtenido en 2020 el 3% requerido, por eso optó por ofrecer su voto duro evangélico al alcalde de Cochabamba (que sigue recibiendo su sueldo, aunque está en campaña hace meses). ¿Será que los votantes católicos de Reyes Villa se van a sentir amenazados por la probable inclusión de Chi en la boleta? Además, Chi tiene varios procesos abiertos, de modo que no se hacen un favor uniéndose. ¿Y en que quedan las prematuras “alianzas” de Chi con el excapitán de Policía Edmand Lara y con Jaime Soliz de la agrupación Únete? Toda esa juntucha se parece más a una resta que a una suma.

Quedan todavía algunas piezas sueltas. La política populista boliviana es como un tablero de ajedrez donde se han mezclado caballos, torres y alfiles con algunos asnos, insectos y reptiles (con perdón de las alimañas). Se han roto todas las normas, pero el juego sigue porque el país aguanta todo y el desencanto ha sustituido a la esperanza.  

¿Dónde irán a parar Iván Arias o Félix Patzi? ¿Con qué novedad nos madrugará en los próximos días Eva Copa (alcaldesa de El Alto), aliada a Damián Condori (gobernador de Chuquisaca), y el gobernador de La Paz, Santos Quispe, que han conseguido con sospechosa facilidad la personería jurídica de sus partidos?

La acelerada dinámica política supera todos los cálculos. Lo que es válido esta semana puede ser todo lo contrario la próxima. Quienes publicamos nuestras opiniones negro sobre blanco corremos un riesgo mayor que aquellos que especulan en las chismografías de café y acomodan su discurso a medida que cambia la dirección del viento. 

El autor es escritor y cineasta 

@AlfonsoGumucio