El 20 de octubre me parece una fecha más adecuada para celebrar a La Paz. El 16 de Julio tiene algo que hoy podemos identificar casi como masista, me explico, la fecha de Julio rememora el triunfo de unos sobre otros, mientras que el 20 de octubre, tiene que ver con un genuino acto fundacional, más allá de que la ciudad no se fundó ese día.
Como ustedes amigos lectores saben, mi ocupación alimenticia es el turismo, y he trabajado en ese rubro desde hace más de cuarenta años, y esta vez, se me antoja escribir sobre La Paz, mi ciudad natal, y el turismo. Y no crean ustedes que voy a subirme al ridículo carro de la ciudad Maravilla, que La Paz no lo es, pero la verdad es que si creo que nuestra querida ciudad sí está pasando por un buen momento y es importante hacer algo para consolidarla como un destino turístico especial.
La extraordinaria topografía de La Paz, empezando por la cercanía al Illimani, el Teleférico, que fue construido por razones oscuras, y que no es un gran aporte al transporte masivo, pero que es un genuino atractivo turístico, y la diversidad de lo que podríamos llamar sus pisos ecológicos, la hacen digna de ser visitada, y no solo para pernoctar.
¿Qué se debe hacer para consolidar este “destino turístico”?, pues nada especial, o mejor dicho nada específico para el turismo, sino mejorar dentro de lo que se puede la calidad de vida de los paceños, empezando por los teleféricos, reabriendo los baños por ejemplo, se tienen que desarrollar políticas de castigo severo para quienes ensucian con basura y peor con escombros, las caminos aledaños desde donde hay bellas vistas, se debe mejorar carreteras e ingresos a los paisajes atractivos de los alrededores de La Paz, en los municipios aledaños, Las Animas, Ayma, Hampaturi, se debe tener clara una política de respeto al ciudadano en sus horas libres, y no hacerle perder el tiempo en controles innecesarios, o en puestos de peajes ineficientes, se deben tener políticas de tránsito, para evitar las trancaderas sin demonizar a los minibuses, que cumplen con un servicio muy importante, pero ordenándolos, no es aceptable que a la salida del aeropuerto haya una trancadera que veinte minutos para avanzar medio kilómetro.
Se debe tener conciencia de que los espacios históricos deben ser respetados, mantenidos limpios, la grasa en la acera frente a San Francisco, puede producir vómitos, los letreros como el de la casa de la cultura, bien intencionado, pero que tapa toda una fachada, o el letrero electrónico del antiguo palacio de telecomunicaciones, deben ser retirados.
A lo que me voy, es que en realidad de lo que se trata es no de hacer algo para fomentar el turismo, sino de hacer mucho por que la calidad de vida de los paceños mejore, y por preservar las bellas vistas que esta ciudad tiene, y por acabar con el desconsiderado comportamiento de construir una casa de varios pisos pegada a la del vecino y no ponerle un mínimo revoque. (creo que la gente tiene derecho de poner o no una fachada a su casa), pero no tiene derecho de hacer que su vecino tenga una pared no terminada pegada a su propiedad.
Hacer que La Paz sea una ciudad amable para sus habitantes, la convertirá en una ciudad digna de ser visitada y disfrutada, eso incluye la posibilidad de salir de la ciudad por carreteras y caminos en buen estado y expeditos, para visitar los atractivos aledaños.
Vuelvo, es posible que el turismo como rubro necesite de algunas políticas específicas para apoyar la parte operativa, pero en realidad, y para lograr convencerá los visitantes de esta parte del mundo de venir y quedares unos días en La Paz, y dejar sus dolarcitos, solo basta con hacer bien las cosas para el habitante de la ciudad, respeto a los espacios verdes, implementación de los mismos, respeto al acervo arquitectónico que queda, (no puedo dejar de maldecir a los masistas, Arce y Evo juntos y revueltos, que desfiguraron el casco viejo). Y mayor diciplina en el tránsito.
La Paz no es una ciudad maravillosa, pero es una ciudad muy fuera de lo común, podría decirse que es única, y sus características se pueden capitalizar.
El autor es operador de turismo