Ir al contenido principal
 

Opinión

¿Estamos ante una inminente guerra comercial?

12 de Marzo, 2025
Compartir en:

Un verdadero revuelo internacional causó la orden ejecutiva emitida el 1 de febrero de 2025 por el Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, para imponer aranceles del 25% a los productos importados de México y Canadá, así como un gravamen del 10% a los bienes originarios de China, a lo que se sumó el anuncio de que tal determinación podría extenderse a Europa, apuntando todo ello a una imprevisible guerra comercial que, de una u otra manera afectará, negativa o positivamente, de forma directa o indirectamente, a todos los países que hacen parte del sistema multilateral de comercio, a unos más que a otros, según estén más o menos preparados para enfrentar dicha contingencia, reactiva o proactivamente.

Las justificaciones esgrimidas por Trump tienen que ver con la inmigración ilegal, el grave problema que supone el narcotráfico y el creciente consumo del fentanilo en su país, además del interés subsidiario de proteger su gigantesco mercado para inducir un mayor consumo de bienes estadounidenses y generar con esto más crecimiento y fuentes de empleo.

En efecto, la Administración Trump dispuso la aplicación de aranceles del 10% a la importación de productos chinos y del 25% a los de México y Canadá. Si bien hubo una primera moratoria de 30 días para estos dos últimos hasta inicios de marzo -gracias a los acuerdos logrados en materia migratoria y de narcotráfico- y, luego de dos días de su aplicación en marzo, un nuevo aplazamiento hasta abril para no afectar a los productos cobijados por el Tratado de Libre Comercio Estados Unidos-México-Canadá (ex NAFTA), no ocurrió lo mismo con la China, quien anticipó una represalia con aranceles del 10% y 15% a partir del 10 de febrero contra los productos estadounidenses, en el rubro de alimentos, principalmente, además de anticipar una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Si a ello se suma la posibilidad de una aplicación futura de aranceles a Europa, todo apunta a una inminente guerra comercial en la que habría muchos afectados, desde el comercio internacional hasta el mercado de valores, por las repercusiones sobre la economía mundial, dado el contexto globalizado en que vivimos.

Por la gracia de Dios, tuve el privilegio de que CNN en Español me entrevistara para abordar el tema enfocándome en México y Bolivia, habiendo expresado que la posibilidad de una mayor tensión comercial entre Estados Unidos con varios países -México, principalmente- no deja de ser una preocupación al estar hablando de la primera potencia económica mundial, y, además, de aliados comerciales y vecinos que, en el caso de México implica tener a Estados Unidos como su primer socio comercial y, recíprocamente, de igual forma, ya que México llegó a desplazar a la China, logró un gran superávit comercial con los Estados Unidos y es su segundo mayor comprador, además de ser quien más exporta a ese gran mercado.

El peso que tienen las ventas a tan importante plaza para el PIB mexicano me llevó a recomendar hacer bien las cosas utilizando la diplomacia para un acercamiento y una mejor relación con su principal socio comercial. Me animé a dar tal consejo, considerando su enorme dependencia del mercado estadounidense, ya que en 2023 por lo menos el 80% de las exportaciones mexicanas fueron a los Estados Unidos, superando los 465.000 millones de dólares y más del 60% de ello con un altísimo valor agregado, expresado principalmente por la mano de obra, llegando a significar casi la cuarta parte de su PIB.

En lo que hace a Bolivia, informé que Estados Unidos es su octavo socio comercial, ocupando el decimotercer lugar como país destinatario para las exportaciones nacionales y la quinta plaza como proveedor internacional del país. 

Reflexioné, también, sobre la alta necesidad de mercados externos para los países en desarrollo y sugerí mejorar la productividad, la competitividad, la diversificación de mercados y la negociación de nuevos acuerdos comerciales, como una estrategia para intentar bajar la dependencia de un mercado al que todos aspiran, empezando por la China que aprovechando del mismo, hizo tantos cambios e innovaciones, progresando comercial y económicamente.

Para concluir ¿podrían las medidas asumidas por Estados Unidos beneficiar a Bolivia? Claro, siempre que tenga la capacidad de exportar sin restricciones los bienes afectados con aranceles a un gran mercado que de la noche a la mañana podría pasar, de la libre importación derivada del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, a una sobreprotección del 25% generando una ventaja que se podría aprovechar, sin descartar, eso sí, la posibilidad de un desvío de comercio a favor de países que -como Chile, Perú, Colombia y otros- pueden exportar sin pagar tan altas tarifas arancelarias gracias a los acuerdos de libre comercio suscritos. Como Bolivia no negoció un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, no goza de tal prerrogativa para poder ingresar allí con “arancel cero”, lamentablemente…

El autor es economista y Magíster en Comercio Internacional