La Paz, 28 de noviembre (ANF-Brújula Digital).- Las cifras son espeluznantes. Expresan que Bolivia es el segundo país de Sudamérica con mayor número per cápita de feminicidios y uno de los más altos del mundo. Pero detrás de las cifras están los rostros, las sonrisas, las vidas. Hanalí Huaycho murió en 2013 de 15 puñaladas. Había denunciado a su pareja, el policía Jorge Clavijo, en numerosas oportunidades. Nadie hizo nada. O María, de Sucre, quien también murió acuchillada, pero recibió 33 cortes y al igual que en el caso de Hanalí, su hijo fue testigo del hecho. O Sofía Flores Mamani, que murió ahorcada por su pareja en 2015. O Estephannie Arias, quien fue hallada en la Autopista en septiembre pasado con las manos y pies atados y una herida en el cuello. La joven murió desangrada. Cuatro casos tomados al azar de los más de 500 ocurridos entre 2013 y 2017.
La situación es tan seria, que el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia, Mauricio Ramírez Villegas, pidió el lunes al Gobierno a activar un estado de “alerta nacional” para intentar controlar la situación.
Se acaba de recordar Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y diversas autoridades nacionales han insistido en que esa lucha debe seguir. Y si bien se han hecho esfuerzos, sobre todo legales, para reducir el problema, éste no cede: hasta el 2 de noviembre habían muerto en Bolivia 92 mujeres en manos de sus parejas u otras personas allegadas y otras 28.000 sufrieron algún tipo de agresión.
Se cree que hasta fin de año la cifra superará, como en las gestiones anteriores, la barrera de los 100 asesinatos a mujeres, lo que implica un promedio de 1,9 por cada 100.000 mujeres, el segundo país en la región según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, impulsado por la CEPAL y NNUU. En Sudamérica, sólo Brasil supera a Bolivia, con unos 2.900 casos anuales y un índice de 2,8 mujeres asesinadas por cada 100.000.
“Estamos en una situación trágica”, dijo la abogada Paola Barriga. La jurista explicó que el país no tiene ni sistemas de prevención contra la violencia contra la mujer, ni de sanción a los culpables: la ley 348 que se refiere al tema no es de fácil aplicación y prácticamente en el 100% de los casos los sospechosos ni siquiera son acusados formalmente, menos aún sancionados.
Barriga lamentó que el Gobierno no ayuda a aplicar la ley 348 ni asume medidas preventivas, como cambiar el pensum de estudio de las escuelas militar y policial, de donde salen muchos de los hombres que terminan maltratando (y matando) a sus parejas. Menos aún se han hecho esfuerzos por incluir estos temas en la currícula escolar.
Bolivia, entre los peores del mundo
En el plano regional, incluso Colombia, que solía ser un país con mucha violencia contra la mujer, ha logrado reducir sus cifras, mientras las de Bolivia, aumentan. Colombia tiene un promedio de 150 feminicidios por año, pero para una población de 48 millones de habitantes.
En 2011, la Reseña Italiana de Criminología publicó el reporte “El feminicidio en una perspectiva global”. Bolivia ocupa en ese estudio la posición número 11 a nivel internacional con mayor cantidad de muerte de mujeres. Ese estudio establece que en el país mueren seis mujeres mayores de 15 años por causas violentas por cada 100.000. La violencia contra la mujer en 12 naciones es calificada como “muy alta” y entre ellos está Bolivia.
Un asunto relacionado con este tema es el de la impunidad. En Bolivia sólo alrededor del 2% de los sospechosos es enjuiciado y sancionado con una sentencia. El resto o no es investigado o sus casos se quedan por años en los vericuetos del sistema judicial.
No solo se trata de muertes, obviamente. Como se mencionó, en lo que va del año, han sido denunciados 28.000 casos de violencia contra mujeres. El INE reportó por su parte que 75 de cada 100 mujeres casadas o en unión libre son víctimas de violencia económica, física o psicológica según datos obtenidos de la “Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres”.
Una ley poco efectiva
La horrorosa muerte de Huaycho, agravada por el hecho de que había denunciado con anticipación a su pareja, movilizó de tal manera a la sociedad que forzó al Legislativo a aprobar una ley que castigue estos hechos. En tiempo récord, el parlamento aprobó la “Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia No 348”, el 10 de marzo de 2013. La norma, sin embargo, no ha reducido la tendencia de asesinatos de mujeres y la cifra se mantiene alrededor de 100 al año, es decir seis por cada 100.000 mujeres mayores de 15 años, un nivel considerado “muy alto” en el ámbito internacional.
“El Órgano Judicial y el Ministerio Público deben actuar para evitar la impunidad del feminicidio, pues éste no es un problema en Bolivia solamente, es a nivel global”, dijo la presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, en declaraciones a periodistas distribuidas por la agencia oficial ABI.
Montaño destacó que Bolivia fue uno de los primeros países en tipificar el feminicidio como delito, con la promulgación de la mencionada Ley.
“Una de las grandes transformaciones en nuestro país es haber tipificado penalmente el feminicidio como delito, lo que permite visibilizar a esas mujeres, adolescentes y niñas asesinadas”, manifestó.
El país número 11 del mundo, segundo en Sudamérica
El informe “El feminicidio en una perspectiva global”, realizado en Italia por la Reseña Italiana de Criminología, estableció que Bolivia ocupa la posición número 11 a nivel internacional con mayor cantidad de muerte de mujeres en relación a la población. Cada año mueren seis mujeres mayores de 15 años por causas violentas por cada 100.000.
En ese estudio Bolivia aparece con muy mala compañía. Centroamérica y el Caribe ocupan los primeros lugares. Así, cinco países de esa zona geográfica están en los primeros siete lugares de asesinato de mujeres: El Salvador, Jamaica, Guatemala, Guyana y Honduras.
“Más de la mitad de los 25 países con tasas muy altas y altas de feminicidios (más de tres feminicidios por 100,000) están en las Américas: cuatro en el Caribe, cuatro en América Central y seis en América del Sur”, asegura el informe.
Una cultura machista, impunidad, falta de oportunidades económicas y escaso refuerzo de los derechos de las mujeres explican esta situación.
En Sudamérica, sólo Brasil está en una peor situación que Bolivia, según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, impulsado por la CEPAL y NNUU. El reporte, que coincide con el de “perspectiva global”, pone al país como uno de los lugares más peligrosos para la mujer. Los países con menores índices son Chile y Uruguay.
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