La Paz, 29 de abril (ANF).- En el actual contexto de emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus (Covid-19) y la determinación de una cuarentena total en el país, circularon varias denuncias en las redes sociales, relacionadas con el daño al patrimonio arqueológico, histórico y natural del país, informó el presidente de la Sociedad de Arqueología de La Paz (SALP), Javier Méncias.
Explicó que, específicamente respecto del patrimonio arqueológico, existen dos casos recientes: uno sobre la denuncia de destrucción de un tramo del camino prehispánico de Yunga Cruz por parte de un emprendimiento minero local, y otro sobre el peligro, debido a las creencias de la población, de que se destruya una pieza lítica y objetos cerámicos hallados en el municipio de Ayata.
En torno al patrimonio natural, se denunciaron avasallamientos de Áreas de Protección Natural y de riesgo de la ciudad de La Paz, tanto en el Bosquecillo de Pura Pura, como en el de Bolognia, dijo el arqueólogo que preside la SALP.
Según la posición de la institución, paralelamente “se denuncia la continuación de los chaqueos en regiones forestales y de Protección Natural en Santa Cruz y Beni que afectan de manera directa a diversas áreas protegidas y territorios indígenas de la región”.
“En este caso en particular, la Sociedad de Arqueología de La Paz continúa con su política de denuncia y exigencia de la abrogación de los funestos decretos ecocidas que el 2019, posibilitaron la destrucción y pérdida del bosque seco Chiquitano, único en el mundo”, enfatizó Méncias.
Indicó que, otras denuncias que se han venido encausando, tienen que ver “con los funestos hechos que derivaron en la quema masiva de más de cinco millones de hectáreas en la Chiquitanía y el Chaco boliviano, producto de un conjunto de leyes y normas que promovieron la destrucción de nuestro patrimonio a favor de los terratenientes cruceños y benianos”.
Según la SALP, “en alianza con el gobierno (anterior) aprobaron una serie de normas que aún siguen vigentes y que promoverán una mayor destrucción de nuestro patrimonio natural, arqueológico y cultural. Incluso afectando los derechos y la vida de poblaciones étnicas que viven en esos lugares y que actualmente lo han perdido todo”.
Camino y monolito
Respecto de la denuncia del camino prehispánico de Yunga Cruz, el arqueólogo manifestó que, la carta de la denuncia formal fue publicada a través de la web de su institución, acción que provocó también la alerta de un grupo de ambientalistas.
“En el caso particular, el sector dañado se encuentra en el tramo que sale de Chuñavi. Su deterioro es grave, dado que constituye una parte importante del camino y que es patrimonio arqueológico boliviano”, agregó.
La afectación a este patrimonio fue alertada y detenida por la SALP el 2006, cuando la Gobernación Departamental de La Paz pretendía emplear la plataforma de la ruta prehispánica, para implementar un tramo carretero que conecte Chuñavi con Chulumani.
“Lamentablemente desde esa fecha hasta ahora, las autoridades locales y nacionales no hicieron nada por proteger el área, hecho que redundó en su actual destrucción”, aseveró Méncias.
En relación al monolito, la pieza lítica hallada en el municipio de Ayata junto con objetos cerámicos, advirtió que existe la probabilidad que sea dañado, ya que están grupos evangélicos en la región que odian a estos objetos por considerarlos “ídolos”.
“De la misma manera la SALP viene alineada con la lucha en contra de los transgénicos y la aprobación de nuevos eventos de soya transgénica que amenazan nuestras especies nativas y aquellas que forman nuestro patrimonio genético cultural”.
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