La crisis del oxígeno 2020

La histórica contradicción indios y q'aras se reactiva en los bloqueos de caminos

21 NOV
Ilustración: Sofi Cadena
21 de Noviembre, 2020

“Ustedes muéranse, porque a nosotros no nos han dado nada desde que se ha ido el gobierno" del MAS, recuerda el galeno que les reclamaban los comunarios. Blas dice que intentó explicarles en quechua la finalidad de la actividad que realizaban como médicos, cuando salió al paso una mujer para insistir que los vuelen en pedazos con dinamita.


La Paz, 22 de noviembre (ANF).- "Traigan tiro (dinamita), los vamos a volar, ¡tiro!, ¡tiro! traigan para estos q'aras, los vamos a volar", amenazaba una mujer en un punto de bloqueo cerca a Pampas de Lequezama, en Potosí, a miembros de la brigada médica encargada de transportar insumos y medicamentos a la ciudad, durante los bloqueos de agosto.

Teófilo Blas, miembro de la brigada y gerente de la Caja Nacional de Potosí, recuerda con claridad aquel día. Los bloqueadores estaban exaltados. Los cientos de años de deuda histórica de los gobiernos con los pobladores del área rural estaban de manifiesto, entremezclados con la demanda por elecciones generales.

“Ustedes muéranse, porque a nosotros no nos han dado nada desde que se ha ido el gobierno" del MAS, recuerda el galeno que les reclamaban los comunarios. Blas dice que intentó explicarles en quechua la finalidad de la actividad que realizaban como médicos, cuando salió al paso una mujer para insistir que los vuelen en pedazos con dinamita.

El galeno recuerda que se quedó frío ante la posibilidad de sufrir una agresión que podría ser mortal, y cuestionó: “¿Qué está pasando?, no podemos confrontarnos así entre bolivianos".

El bloqueo de carreteras convocado por la Central Obrera Boliviana (COB) y organizaciones afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) terminó en consecuencias mortales para pacientes de Covid-19. Según la denuncia presentada ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por el jefe de la Dirección Nacional de Epidemiología, Virgilio Prieto, la interrupción del suministro de oxígeno a los hospitales y medicamentos provocó más de 30 decesos en pacientes Covid-19, principalmente.

La protesta, que duró 12 días, fue calificada de inhumana por parte de la sociedad al haberse convocado y realizado en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, que hasta esa fecha había cobrado más de siete mil vidas en el país.

Pampas de Lequezana, Sijllani, Betanzos y Chaqui, de la provincia Cornelio Saavedra, en Potosí, adquirieron importancia nacional cuando se supo que el convoy con oxígeno, que iba en auxilio de hospitales de La Paz y Oruro, pasaría por el lugar. Finalmente el convoy evitó esa ruta.

Blas dice que ese fue el tramo más duro y conflictivo del bloqueo que los mantuvo a ellos en ascuas pese a ser parte de los hospitales del lugar. “Perjudicó el transporte de insumos, medicamentos y enfermos a los únicos hospitales de tercer nivel del departamento de Potosí: Daniel Bracamonte y Obrero N°5”, además de alimento para la población.

Refiere que por la falta de insumos médicos escuchó uno de esos días, por la noche, clamar a las licenciadas de enfermería por manómetros para oxígeno. La situación era insostenible, pero por su responsabilidad como médico ante los pacientes, el 14 de agosto tuvo que regresar a la ciudad de Sucre para recoger reactivos de laboratorios, y el bloqueo persistía. “No nos importaba esa situación porque necesitábamos recoger los reactivos”, dice el médico.

“El tema de fondo para nosotros es una lucha de clase social, nosotros somos de una cultura quechua indígena y entonces nuestros gobiernos han estado durante mucho tiempo al exterminio o a la imposición de una cultura muy ajena; antes de la Revolución del 52' estábamos como pongos de los patrones en las haciendas, pero después de la Revolución del 52’ nos han convertido como pongos políticos, para nosotros no ha cambiado nada, entonces de esa forma la lucha de clases es muy fuerte”, dice Juan Canaza, dirigente campesino de Challajchi.

Para Janneth, pobladora de Betanzos, las amenazas desde el gobierno central fueron negligentes y no coadyuvaron a resolver el conflicto, más bien, enardecieron a los movilizados y generó miedo en los pobladores del lugar. 

“Creo que frente a las amenazas nunca va a haber una respuesta positiva, pienso que no es la forma de solucionar un problema”, dice.

La movilización en rechazo a la postergación de las elecciones generales llevó consigo elementos subjetivos de la pugna histórica y latente de una sociedad polarizada entre lo rural y urbano, lo campesino y lo citadino, lo indio y lo q’ara.

/ANF/

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