La crisis del oxígeno 2020

El rostro campesino en los 12 días de bloqueo de caminos en Oruro

20 NOV
Ilustración: Sofi Cadena
20 de Noviembre, 2020

Así como en Oruro y parte de Potosí, las organizaciones campesinas del altiplano de La Paz y de Chuquisaca tuvieron participación activa en los bloqueos para exigir una fecha de elecciones.


La Paz, 20 de noviembre (ANF).- Al menos 1.800 campesinos fueron movilizados la madrugada del 3 de agosto en el Cruce Machacamarquita, sector clave hacia los departamentos del sur de Bolivia y las provincias orureñas y potosinas, para acatar el paro indefinido por la fecha de las elecciones. En ese sector del país, el rostro del conflicto, que duró 12 días, fue campesino, y se encargó de paralizar el transporte público y privado.

Rodrigo Maraza, dirigente de los campesinos de Oruro (FESUTCO), asegura que la suspensión de las elecciones generales, fue una de las grandes molestias del sector, y tras la multitudinaria marcha y posterior cabildo del 28 de julio en El Alto – La Paz, se resolvió ir a un paro indefinido con bloqueo de caminos.

Los campesinos de la Central Sindical de Trabajadores Campesinos de Dalence iniciaron la acción bloqueando el paso de vehículos en Cruce Machacamarquita y Cruce Ventilla, a 208 Km de Oruro y 111 Km de Potosí. El lugar concentró a más de 3.000 campesinos orureños y del Norte de Potosí, que paralizaron el tránsito hacia la urbe potosina.

“El pueblo boliviano no es tonto”, dijo Víctor Cabrera, dirigente de la Central de Trabajadores Campesinos Dalence de Oruro. Cuestionó la “integridad moral” de la presidenta Jeanine Añez, por prorrogar las elecciones generales en tres ocasiones: 3 de mayo, 2 de agosto y 6 de septiembre.

“Nosotros hemos esperado ansiosos, pacíficamente, para que pueda convocar a elecciones este gobierno transitorio, su único objetivo era convocar en tres meses a elecciones generales, pero lo ha estado prorrogando”, añade, y dice que los habitantes de los siete ayllus, autoridades originarias, la organización de mujeres Bartolinas y jóvenes profesionales, de Dalence, forzaron a los líderes a organizar la protesta.

Cuenta que lo más difícil de la movilización fue contener algunas reacciones como llevar el conflicto directamente a La Paz. La gran protesta campesina permanecía en el bloqueo por voluntad propia, pasando los días con agua y coca para que se respeten sus derechos constitucionales y ciudadanos.

Las mujeres mineras y campesinas también fueron protagonistas de los 12 días de bloqueo. La ejecutiva de la organización de mujeres Bartolinas, Gladys Paredes, dice que participaron por cariño a sus hijos y por el futuro de Bolivia que está en una crisis total por causa de la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19).

El sector productivo de Potosí y Oruro paró por dos meses para evitar la propagación del Covid-19 que hasta la fecha cobró más de 8 mil vidas en el país.
Paredes lamentó la medida del bloqueo que terminó afectando a un amplio sector de la población que vive por cuenta propia y dedicada al comercio y al trabajo informal, aunque reconoció: “si hay bloqueos, nos escuchan”.
Algunas mujeres participaron de los bloqueos junto a sus hijos, al no tener con quien dejarlos, por lo que Paredes dice: “todos están involucrados” en las protestas.
“Si el gobierno quiere iniciar un proceso, tiene que procesar a todo Huanuni, a todo el agro, a los siete ayllus y a las 39 comunidades”, advierte.
 En 12 días de bloqueo empezaron a escasear alimentos y medicamentos y esa realidad fue analizada por la dirigencia de la COB y el Pacto de Unidad, en busca de un cuarto intermedio, según la dirigencia campesina.

“Hemos tomado esa acción, nosotros somos orgánicos”, dice Marza y reconoce el esfuerzo de sus bases agrarias, mineras, productores y de profesionales que “han aguantado a plan de coca y agua para legitimar el derecho a una ley que garantice elecciones transparentes”.

Así como en Oruro y parte de Potosí, las organizaciones campesinas del altiplano de La Paz y de Chuquisaca tuvieron participación activa en los bloqueos para exigir una fecha de elecciones.

Fijada la fecha definitiva para el 18 de octubre, tras las negociaciones entre el Tribunal Supremo Electoral y la bancada del MAS en el Legislativo Plurinacional, los bloqueos se fueron desactivando paulatinamente, ante los rostros incrédulos de algunos dirigentes y campesinos de base que pretendían continuar con la medida.

Finalmente, Maraza advirtió: “Nos vamos a volver a levantar si hay alguna situación que esté fuera de las leyes y de las normativas; como pueblos originarios lo que siempre hemos querido ha sido tener unas elecciones, donde nosotros podamos decidir a nuestro gobierno”.

/ANF/

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