Bolivia sigue siendo el segundo país con más mortalidad materna en Latinoamérica
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12DIC
Foto referencial: imagenpoblana.com
12 de Diciembre, 2016
El Estado Plurinacional está como Guatemala y Perú en 1990. En Bolivia morían 160 madres por cada cien mil nacidos vivos en 2011, mientras que en Uruguay, el país mejor ubicado, sólo mueren 15 mujeres por cada cien mil nacidos vivos.
Fernando Cantoral/ Edwin Condori
La Paz, 12 de diciembre (ANF).- Pese a los esfuerzos de Bolivia por reducir su tasa de mortalidad materna con programas como el Bono Juana Azurduy, que va de la mano del seguro médico para el control prenatal, y el programa Mi salud, que llega a más de 300 municipios, el país continúa registrando altas tasas de mortalidad materna en comparación a otros países.
Bolivia tiene el peor índice de mortalidad materna en Sudamérica (sin contar Surinam, Guayana Francesa y Guyana); y si además se consideran los datos registrados en las naciones de Centroamérica y El Caribe, el Estado Plurinacional es el segundo país con mayor cantidad de casos, sólo después de Haití.
Según los datos de la OPS, al 2011 Bolivia registró una tasa de 235 madres muertas por cada 100.000 bebés nacidos vivos y el Banco Mundial proyectó para el 2015 sólo una reducción a 206 muertes.
Entre tanto, el Gobierno, en base al Estudio Nacional de Mortalidad Materna 2011 del Ministerio de Salud, señala que la razón de Mortalidad Materna (RMM) en Bolivia para el año 2011 fue de 160 por 100.000 nacidos vivos.
En términos comparativos, Uruguay se erige en la región como el país con la menor tasa de muerte materna porque tiene registros de sólo 15 decesos por cada 100.000 nacidos vivos, a diferencia de Haití, que ocupa el primer lugar con 451 casos, según los mismos datos de la OPS al 2011.
Y de acuerdo a la proyección del Banco Mundial, Bolivia registró en 2015 datos similares a los que tenían Guatemala y Perú en 1990 o cuatro veces más que Brasil, Argentina o El Salvador en el mismo 2015.
Marco Paz, investigador del Observatorio de Mortalidad Materna y Neonatal (OMMN) de Bolivia consideró que estas cifras se constituyen en un indicador por excelencia para conocer cómo se encuentran los países, no solo económicamente, sino también en lo social e institucional.
“Sin embargo, aunque hay todo un mundo detrás de las cifras, el tamaño cuenta. Pues en el caso concreto de Bolivia, somos un país con números mucho más grandes que cualquier otro país de la región y esos números sí cuentan, sin embargo, también coincidimos con las políticas que tratan de poner su parte para disminuir estos números”, sostuvo Paz.
En ese sentido, para el representante de la Organización Mundial y Panamericana de la Salud en Bolivia (OMS/OPS), Luis Fernando Leanes, Bolivia registró avances importantes a través de la aplicación de políticas que tuvieron buenos resultados hasta el momento.
Por tanto, si bien “no se puede medir los efectos concretos de las políticas muy importantes que se han dado en Bolivia en estos últimos años, ni tengo idea de los datos a 2015, yo estoy convencido de que en este país sí se redujo (la cifra) de las muertes maternas significativamente (…), creo que hubo un gran avance tanto con el Bono Juana Azurduy como el Programa Mi Salud”, remarcó.
Leanes expresó que estos programas ayudaron muchísimo para que la comunidad se pueda organizar a fin de asegurar a las madres la atención médica que necesitan cuando se encuentra en gestación, porque una mujer embarazada debe tener al menos cuatro controles de preparto.
En la misma línea, la responsable del área de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud, Mariana Ramírez, calificó como “programas estrella” a Mi Salud y Bono Juana Azurduy, que ayudaron a incrementar las atenciones médicas a las mujeres embarazadas.
“En el caso de Mi Salud, con este programa se está haciendo controles prenatales a domicilio, se atienden partos en domicilio. Con el Bono (Juana Azurduy) igual hemos ayudado en gran medida a que se aumente la cifra de madres que acceden a sus controles prenatales”, remarcó Ramírez.
Además, según la funcionaria, se cuenta con el “Plan de Reducción Acelerada de Muerte Materna”, que se encarga de servicios, y el “Sistema Nacional de Informaciones”, que en este momento está modificando o actualizando toda la información referente a este tema.
Asimismo, indicó que dentro de los programas específicos de salud materna, el país está implementando el “código rojo” en siete hospitales para evitar las muertes maternas.
Entre tanto, Paz afirmó que aunque todos quieren reducir la mortalidad materna “sin importar los colores”, no siempre hay la capacidad, ni las condiciones institucionales o los recursos para enfrentar este problema de una manera apropiada.
“Por eso (en la actualidad) sigue existiendo una elevada mortalidad materna en nuestros propios servicios de salud”, lamentó.
Leanes agregó que son muy altas las cifras de las muertes que se producen en los propios establecimientos de salud de los países de la región y en el caso específico de Bolivia, además, llama mucho la atención los decesos que se registran en el camino a hospitales.
“En Bolivia hay muchas muertes maternas que no han llegado ni a la institución porque las mujeres murieron en el camino al hospital y cuando llegan también hay muertes porque generalmente no pueden controlar las hemorragias, se demora mucho en la atención, no se conocen técnicas muy sencillas para evitar la muerte por hemorragia”, aseveró.
Pero el representante de la OMS/OPS también identificó otras causas muy comunes entre los países con altas tasas de mortalidad materna y las mismas incluso tienen que ver con la geografía de un país.
“Las zonas del altiplano, las selvas, son sitios donde es muy difícil trasladarse a un centro de salud”, acotó Leanes, a tiempo de remarcar que las “barreras culturales” se constituyen en otro factor que influye en este tema.
“Por eso es que se registran casos en los que incluso se opta por mantener escondido el embarazo de una adolescente, porque el embarazo en estos casos es no planificado y todo ese marco termina generando que no se hagan controles prenatales. Por eso considero que es muy importante el hecho de que en Bolivia se hayan implementado planes que permitieron aumentar el número de controles prenatales”, insistió el representante internacional.
El país sigue presentando los índices más altos de América Latina y el Caribe, con una tasa de 160 mujeres muertas por cada cien mil nacidos vivos. El bono Juana Azurduy aumentó los controles, pero las cifras de mortalidad siguen altas. Te invitamos a recorrer este especial sobre uno de los problemas sociales más sensibles de Bolivia.
Todavía existen más sombras que luces en torno a la mortalidad materna adolescente, pero todo muestra que se trata de una tragedia que está cobrando muchas víctimas y cada vez a más temprana edad.
El Ministerio de Salud ha incluido en el Estudio de Mortalidad Materna de 2011 las causas externas por las que mueren las mujeres durante el embarazo, entre ellas, empiezan a aparecer el asesinato y el suicidio.
La mayor cantidad de las muertes maternas ocurren en el área rural. De esas, casi la mitad ocurre en los domicilios, lo que indica que las mujeres aún no pueden llegar a los centros de salud.
El Estado Plurinacional está como Guatemala y Perú en 1990. En Bolivia morían 160 madres por cada cien mil nacidos vivos en 2011, mientras que en Uruguay, el país mejor ubicado, sólo mueren 15 mujeres por cada cien mil nacidos vivos.
Es imposible estimar cuántas mujeres muertas en el proceso del embarazo, el parto y el puerperio no figuran en los registros oficiales porque nunca llegaron a un hospital o, si lo hicieron, se cometieron omisiones en la certificación y codificación de las causas de su defunción.
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