Vista panorámica del penal de San Pedro. Foto: ANF
Con 25 muertes al año, la cárcel de San Pedro registra el mayor número de muertos por enfermedad en el país. En 2013 el Comité contra la Tortura instó al Estado a reforzar la atención en salud, pero el pago por servicios como traslados al hospital y la falta de médico y medicamentos, matan.
La Paz, 12 de agosto (ANF).- La cárcel de San Pedro es la que registra la mayor cantidad de presos muertos por problemas de salud en Bolivia. En 2016 fueron 25, la mitad de los fallecidos por enfermedad en todas las cáceles del país y el doble de la cárcel con más presos: la de Palmasola, que la duplica en reos, donde los muertos por enfermedad ese año fueron 13.
Mientras en América Latina los presos mueren sobre todo por enfrentamientos, agresiones y motines, en San Pedro, una mole de cemento empinada en la ciudad de La Paz, mueren por falta de atención médica.
Las cifras oficiales del sistema penitenciario, y varios recorridos por su interior, dan una pista de los motivos: reciben pocos medicamentos, el presupuesto para salud apenas alcanza para una ampolla para el dolor para cada preso, las condiciones son insalubres y tiene la relación más desigual médico-reclusos del país. No hay examen médico de ingreso, por lo que nadie conoce qué enfermedades y cuántos enfermos hay. Sólo se sabe por qué mueren: infecciones severas, problemas cardíacos y pulmonares, enfermedades crónicas y hasta por desnutrición. Cuadros, en su mayoría, controlables.
La situación en este penal es tan grave que los presos con condiciones psiquiátricas y problemas de adicciones conviven con los demás, y varios internos ya fueron víctimas de ataques con cuchillo. En una ocasión, un enfermo atacó a mordiscos a varios presos. No contaba con el medicamento para suministro.
En 2013, el Comité contra la Tortura pidió al Estado “velar por que los reclusos pertenecientes a categorías diversas sean alojados en diferentes establecimientos o en diferentes secciones dentro de esos centros”. También llamó la atención por el hacinamiento y urgió a "reforzar de forma urgente los recursos destinados para la alimentación y atención médica y sanitaria de los reclusos" . Además, cuatro leyes nacionales y al menos cinco pactos internacionales obligan a Bolivia a garantizar la salud en los penales. Pero cinco años después de que el Comité le pidiera crear un mecanismo nacional para la prevención de la tortura, en San Pedro el hacinamiento y la calidad de los alimentos enferman de muerte. Otra forma posible de tortura.