Sombras del Covid-19 en Bolivia

Observan que el Estado no asuma corresponsabilidad en el trabajo no remunerado de mujeres

29 JUL
Foto ilustrativa: porexperiencia.com
29 de Julio, 2021

Jacqueline Garrido de la organización Ciudadanía manifestó que la modalidad de teletrabajo “agudizó” la sobrecarga en el trabajo de cuidados para las mujeres.


La Paz, 29 de julio (ANF).- La modalidad del teletrabajo en la vida de las mujeres ha sobrecargado mucho más la tareas de cuidado en el espacio doméstico, sin que el Estado promueva políticas que disminuyan las brechas de desigualdad que se generan en el espacio familiar, y, entre hombres y mujeres.

La coordinadora del Área de Diálogo y Acción Pública de Ciudadanía, Jacqueline Garrido, manifestó que el teletrabajo durante la pandemia ha duplicado o triplicado el trabajo de las mujeres, no solo el asalariado, sino el de cuidados.

“Con la pandemia esto se recrudece. Lo que pasa es que el trabajo ingresa a la casa y no solo el trabajo asalariado, sino que el trabajo se duplica, se triplica, porque las mujeres tenemos que hacer las veces de maestras, enfermeras” y el resto de tareas que tradicionalmente están asignadas a las mujeres.

Desde que se ha declarado la pandemia a nivel mundial y en Bolivia, se ha introducido con mayor fuerza la modalidad de teletrabajo, “lo que ha agudizado la sobrecarga que antes ya tenían las mujeres en el trabajo de cuidados”.

La Agencia de Noticias Fides publicó en pasados días el reportaje: “El teletrabajo, mayor sobrecarga profesional y doméstica no remunerada para las mujeres”, que en base a testimonios visibiliza el día a día de las mujeres cuyas tareas se han multiplicado, entre sus actividades remuneradas y su trabajo doméstico. 

Las féminas no solo se ocupan de sus actividades laborales, sino, y paralelamente, deben atender las tareas de cuidado de los hijos o hijas, estar pendientes de sus tareas, atender la cocina, la limpieza, el lavado, entre otras actividades.

Garrido sostiene que las mujeres hacen muchas más horas de cuidado que los hombres, lo que ahonda las brechas de desigualdad. “Lavar, cocinar, planchar, limpiar, sostener la vida es una tarea noble, pero está mal distribuida”, comenta en una entrevista a la ANF.

Esta situación coloca a las mujeres en desventaja y las consecuencias son “severas”, por sus recargadas actividades muchas deben dejar sus estudios, de participar en la vida pública o declinan su participación en procesos de participación política.

Un estudio de Oxfam de 2018, antes de la pandemia del coronavirus (Covid-19) estableció que “las mujeres bolivianas dedican cerca de siete horas diarias a trabajos de cuidado, casi el doble que los hombres, con consecuencias en su derecho al trabajo y la educación”.

Según la Organización Internacional del Trabajo en 2018 a nivel mundial las mujeres realizaron el 76% del trabajo de cuidado no remunerado, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres. 647 millones de personas en el mundo dejaron de trabajar para atender sus responsabilidades familiares. 9 de cada 10 eran mujeres.

Garrido considera que no es un asunto de las mujeres o de la familia, sino son cuestiones “públicas”, por el impacto que tiene en la vida de las mujeres y en sus entornos, por esa razón el Estado debiera tener un rol más preponderante en promover políticas de corresponsabilidad.

Actualmente, el Estado está totalmente “ausente”, porque la “responsabilidad en el cuidado debiera ser social y pública, es decir, el Estado a través de sus diferentes servicios debiera atender estas demandas (…). Entonces, el Estado debe hacerse corresponsable con el trabajo de cuidado”.

La ausencia del Estado es a pesar de que el artículo 338 de la Constitución Política del Estado dice que: “El Estado reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarse en las cuentas públicas”. Pero “nada de eso acontece”, lamenta.

Ocurre en otros países, Uruguay tiene una ley del Sistema Nacional de Cuidados, para dotar a la población de diferentes servicios como centros de cuidado para la niñez, los adultos mayores, personas con discapacidad, entre otros.

Dijo que durante todo el tiempo de pandemia los centros de cuidado, por ejemplo- de niños cerraron, por lo tanto, las mujeres que tenían que salir a trabajar dejaron a sus hijos generalmente con las abuelas, pero son las mujeres las que tienen la mayor responsabilidad de resolver todas las dificultades del día a día.

En el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba cuenta con una ley de Corresponsabilidad en el trabajo de cuidado para la igualdad de oportunidades, aunque es significativo el avance la normativa todavía adolece problemas en su implementación.

Aunque insistió que en el país es necesario una política integral del Estado sobre los cuidados, que además establezca inversiones para la implementación de proyectos que avancen en achicar las diferencias de género.

Aboga por una “cultura de la igualdad”, lo que significa que el trabajo de cuidado sea distribuido equitativamente en la familia, donde hombres y mujeres inviertan un tiempo y esfuerzo similar.

Esto implica un cambio de mentalidad de todas las personas, no solo a nivel de la sociedad en general sino de los hombres que deben asumir la corresponsabilidad en sus vidas.

//NVG//

   


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