Una paciente busca atención en la unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas. Foto: ANF
Las pacientes con cáncer piden al Gobierno que los tratamientos sean oportunos y gratuitos. Sugieren que se cree una institución que acoja a los huérfanos de mamás que fallecen por cáncer.
La Paz, 3 de
junio (ANF).- Cada
año en Bolivia se diagnostican 7.276 mujeres con algún tipo de cáncer, de ese
total el 24% padece cáncer de cuello uterino, el 17% de mama y en menor número
se presentan casos de cáncer en vesícula, ovario, pulmón y linfomas.
El
cáncer de cuello uterino sigue siendo el que más vida arrebata a las mujeres. Según
estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día entre
cuatro a cinco bolivianas mueren por esa patología, y muchas de ellas dejan a
sus hijos en la orfandad.
A
eso es lo que más le teme Luisa de 39 años, que es padre y madre para sus hijos
de 17 y 10 años. Desde que se enteró que tiene cáncer de cuello uterino, en
diciembre de 2017, lo que más le duele y le “rompe el corazón” es no saber cuál
será el futuro de sus retoños.
“¿Dónde
los voy a dejar si me voy? Esa es mi preocupación. Los dejaría a mi mamá pero
falleció el año pasado, tengo algunas hermanas que viven en otros
departamentos, pero no creo que se hagan cargo”, dice con lágrimas y visiblemente
afectada.
Luisa
indica que hay muchas madres en su misma condición que fueron “desahuciadas”
por los médicos al no recibir el tratamiento de manera oportuna. Ellas, a diario,
lloran por el futuro incierto para sus hijos.
“Están
llorando porque tenían que hacer su braquiterapia, pero no se ha podido por los
últimos problemas. En otras compañeras ha vuelto el cáncer porque se han
quedado más de dos meses sin tratamiento. Nos dejan a nuestra suerte y nuestros
hijos se van a quedar sin mamás”, lamenta.
El
caso de Luisa es uno de muchos que se reportan en la unidad de Radioterapia del
Hospital de Clínicas de La Paz, donde hay madres solteras y otras abandonadas
por sus esposos y familiares. Ellas a diario buscan “una esperanza de vida” en
ese nosocomio. La lucha de estas mujeres tiene como motivación principal seguir
viviendo por sus hijos que en gran número comprenden edades entre tres meses a cinco
años.
En
los últimos meses, esa lucha se complicó para Luisa por varios factores: en la
unidad de Radioterapia la atención es irregular; hay fallas en los equipos y ausencia
de especialistas. El reciente caso de corrupción y tráfico de pacientes terminó
por suspender los tratamientos en esa unidad.
Por
este hecho, los pacientes están más de dos semanas sin tratamiento, y les
afecta física y emocionalmente, les causa impotencia y desesperación. Esos
problemas se convierten en otra “batalla” para las mujeres con cáncer que a
diario deben lidiar con los intensos dolores y con la indiferencia de los
médicos y autoridades.
¡Ayuda!
Las
mujeres con cáncer, que a diario se reúnen en Radioterapia, piden “piedad” a
las autoridades de Gobierno y esperan que les brinden ayuda a sus hijos, sobre
todo a aquellos que no tienen a nadie más que a sus mamás.
“Es
desesperante saber que te puedes morir y que tus hijos se queden solos. Ahora,
no hay confianza ni en la familia y eso es lo que más me duele, mis wawas”,
dice Nancy de 34 años. Ella tiene cáncer de mama y pese a que le extirparon una
de las glándulas mamarias, la enfermedad continúa.
Las
madres aseguran que el Gobierno no les da ningún tipo de ayuda y piden que
impulse políticas públicas que protejan a sus hijos para cuando ellas ya no
estén, sugieren que se cree una organización que acoja a los huérfanos del
cáncer y así éstos puedan tener todo el apoyo para continuar con su vida y
estudios cuando les falten sus madres.
“Sería
lindo que haya una institución del Gobierno que cuide a nuestros hijos, ojalá
que en vez de invertir en canchas, invierta en albergue para las wawas que se
quedan solos, eso sería muy bueno”, dice Fabiola de 42 años, una de las
pacientes de Radioterapia.
Otras
solicitan que los tratamientos de quimioterapia, que van de 1.000 a 3.000
bolivianos por sesión, sean gratuitos y oportunos.
Rosario
Calle, representante de la Asociación de Personas y Familiares con Cáncer,
confirma que el Gobierno no da ningún tipo de ayuda a las víctimas de este mal.
Remarca que una de las necesidades más básicas en la unidad de Radioterapia es
la implementación de un psicooncólogo, para dar apoyo psicológico a la familia,
sobre todo para que los niños comprendan la enfermedad.
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