La Paz, 12 de febrero (ANF).- El ministro de Desarrollo Rural de Tierras, César Cocarico, afirmó este domingo que ante la magnitud de la plaga de langostas, que actualmente afecta al departamento de Santa Cruz, la provisión de insecticida para la fumigación terrestre no podrá ser proporcionada a todos los agricultores.
“No vamos a poder proveer a todos los agricultores, hemos empezado a ayudar a los agricultores y hemos entregado Fitronil en el municipio de Cabezas para determinados agricultores, pero lo que entregamos solo sirve para cinco hectáreas”, manifestó Cocarico en una entrevista con medios estatales.
La autoridad explicó que si bien se desarrolla la fumigación aérea en los espacios donde se encuentran los insectos, también es necesario realizar la fumigación terrestre como otra medida de contingencia.
Para ello procedieron a la entrega de los insecticidas (Cipermetrina Fitronil y Fitronil), sin embargo, ante la gran cantidad de hectáreas de cultivos, no podrán proveer dichos químicos a todos los afectados.
“Hay agricultores que tienen dos o tres hectáreas, pero hay otros que tienen 10, 20 ó 50 hectáreas, y hay agricultores que tienen hasta 200 hectáreas ¿Cómo podemos proveer? Estamos complicados. Necesariamente ellos tienen que proveerse de estos químicos y comenzar a trabajar con la fumigación terrestre”, indicó.
Al momento, se cumplen 17 días desde que la plaga de langostas voladoras, comúnmente conocidas como “tucura”, ingresó a territorio boliviano desde Argentina llegando a afectar más de 1.000 hectáreas, principalmente en los municipios de Cabezas, El Torno y La Guardia.
Ante esa situación, el Gobierno declaró emergencia fitosanitaria y ordenó por decreto que se destinen más de 5 millones de bolivianos para la ejecución de diversas tareas de lucha contra la plaga. Dentro de las medidas de contingencia está la creación de los denominados anillos de contención para no dejar que la plaga avance a otras regiones del país.
Además, se prevé la creación de un programa especial de control y monitoreo encabezado por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), así como la convocatoria de expertos argentinos que puedan orientar en algunos temas de contingencia. A criterio de otros expertos y del propio Cocarico, el problema sólo podrá ser controlado, pero muy difícilmente eliminado.
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