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Opinión

Participación y programa: el tejido y nudo de la unidad

23 de Abril, 2024
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RONALD MACLEAN ABAROA

La siguiente es la segunda parte de mi propuesta referida a la candidatura única de oposición basada en un programa de gobierno acorde a lo que necesita el país para ganarle al MAS en 2025.

La candidatura única se basa en una propuesta programática a la que se adhieren aspirantes a la presidencia y a la Asamblea Legislativa que desean llevar adelante un programa electoral de consenso. El proceso tendría que ser de adhesión obligatoria para aquellos que pretenden obtener el mandato popular para gobernar Bolivia a partir de 2025.

Es una candidatura construida al revés, pues no parte del candidato ofreciendo un programa y una lista de acompañantes al Legislativo, sino todo lo contrario. Partiría de una propuesta técnica de consenso, a la que denomino “Propuesta participativa y programática” (PPP), misma que sería armonizada por profesionales de alto nivel y pondría a competir al mejor talento político disponible y aspirante para su implementación.

El ánimo de esta modalidad de candidatura, metodológicamente contraintuitiva, es abrir un espacio político para el surgimiento de nuevos liderazgos, que compitan con los tradicionales, en busca de innovación y frescura en la oferta electoral. 

El elemento central de unidad, entonces, se constituiría en torno al programa de Gobierno PPP y no exclusivamente alrededor del candidato, cuya elección debe ser necesariamente competitiva y democrática a través de una “Primaria abierta de oposición” (PAO), que tendrá que ser extralegal, es decir, aparte de las primarias establecidas por ley. 

El programa de Gobierno PPP se trata de una propuesta electoral que debería ser claramente alternativa, viable, realista y opuesta al modelo económico y político del MAS y que esté basada en la libertad, la equidad y la fraternidad entre bolivianos.

Esta fórmula electoral estaría abierta también a la competencia de aspirantes a la Asamblea, en sus dos cámaras; entonces, toda persona que aspire a esos cargos electivos, con sujeción a su adhesión obligatoria e incondicional al programa PPP, podría hacerlo. 

Inscritos los aspirantes al Congreso, se someterían a un periodo de campaña de alrededor de cuatro meses, al cabo del cual se habrán realizado encuestas continuas para determinar en cada circunscripción cuáles son los tres candidatos favoritos; ellos serían incluidos en la papeleta electoral de elecciones primarias para el Senado y Cámara de Diputados de la candidatura única de oposición. 

Los candidatos a la presidencia se inscribirían por separado y podrían incluir su selección de candidatos a la Asamblea. Ellos entrarían en campaña a partir de su inscripción y competirían durante toda la duración de la misma. 

El candidato presidencial electo por mayoría simple en las PAO iría acompañado por la lista de candidatos parlamentarios que se eligieron paralelamente a través del voto cruzado. 

Es en esta instancia donde se concreta la unión de la candidatura única a la presidencia con la lista de parlamentarios elegidos para la Asamblea Legislativa en base a un programa de Gobierno consensuado. Es decir, todas las hebras del tejido, constituidos por los parlamentarios elegidos, se anudan con el programa Propuesta participativa y programática para lograr la ansiada unidad de la oposición. 

El cargo de vicepresidente queda abierto a la elección discrecional y libre por parte del candidato electo a la presidencia. 

La fórmula de la “candidatura única de oposición” será inscrita ante el Tribunal Supremo Electoral con el auspicio de una o más siglas políticas, como requiere la ley, y tendrá acceso al “fondo único” de aportes individuales y voluntarios de financiamiento de la campaña presidencial oficial.

La finalidad de este fondo es evitar la dispersión prematura de los aportes individuales a diferentes candidaturas, y concentrar los mismos hasta la elección de la candidatura única y el inicio de la campaña oficial. 

Además, pretende “blindar” el financiamiento de aportes de origen dudoso, a la vez que evita el vínculo directo de aportantes y candidatos que pudieran dar origen a compromisos electorales más allá del programa de gobierno PPP.

El autor es catedrático, exalcalde de La Paz y exministro de Estado. 

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