Los bolivianos deben reforzar sus instituciones para alcanzar mejores niveles de competitividad. Foto: Arch.
Redacción Central, 23 Abr. (ANF).- Para que Bolivia alcance el puesto Nº 105 en el ranking de competitividad, mostró dos importantes fortalezas, la primera relacionada con la estabilidad macroeconómica que es solventada por una deuda pública controlada, niveles de inflación bajos, superávit fiscal y comercial. Y la otra fortaleza es la cobertura en educación primaria, tanto en el área urbana como rural, aunque con algunos limitantes en la calidad educativa.
La argumentación corresponde al Centro Boliviano de Economía de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), que recuerda que en 2006 Bolivia estaba en el puesto 95, por lo que se debe profundizar un mayor nivel de institucionalidad e infraestructura, pilares importantes que se contemplan en este informe mundial del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés).
La escalada de cinco puestos en el informe del World Economic Forum (WEF) 2012, da cuenta que Bolivia mejora en competitividad impulsada por el ambiente macroeconómico, pero debe pisar el acelerador tomando en cuenta que el país sólo subió del puesto 108 al 103 en el ranking mundial, donde a menor posición corresponde una mayor capacidad competitiva.
Entre los retos que tiene el país, CAINCO cita: mejorar la institucionalidad y la infraestructura. Con respecto al primer tema es importante que se avance en la seguridad jurídica y la protección a l propiedad privada, tanto física como intelectual. Al interior de este pilar también se evalúa la confiabilidad que tiene la población a ciertos servicios públicos que otorga el estado. De igual manera, la falta de eficiencia y transparencia de un marco jurídico en la solución de controversias es otro aspecto que daña el ambiente institucional del país.
En lo que se refiere a la calidad de la infraestructura, la entidad considera que el país mejoró en los últimos años, sin embargo, todavía tiene una brecha importante con los países de la región que lo deja en una desventaja relativa. Es importante que se trabaje en la competencia en el sector aeronáutico y se mejoren la infraestructura aeroportuaria, se tiene que mejorar la calidad en la oferta de electricidad, y la penetración de telecomunicaciones, especialmente Internet en las ciudades intermedias.
El ranking de competitividad del Informe de Competitividad Global, se basa en el Índice Global de Competitividad (GCI, por sus siglas en inglés), desarrollado para el World Economic Forum por Sala-i-Martin y presentado anualmente desde el año 2004. El GCI comprende 12 categorías –los pilares de la competitividad– que, de manera conjunta, ofrecen un panorama integral de las perspectivas de competitividad de un país.
Los pilares incluyen: las instituciones, la infraestructura, el entorno macroeconómico, la educación primaria y salud, la capacitación y la educación superior, la eficacia de los mercados de bienes y laboral, el desarrollo del mercado financiero, la disponibilidad tecnológica, el tamaño del mercado, la sofisticación empresarial y la innovación.
El índice de competitividad mide la habilidad de los países de proveer altos niveles de prosperidad a sus ciudadanos. A su vez, esta habilidad depende de cuán productivamente un país utiliza sus recursos disponibles. En consecuencia, el índice mide un conjunto de instituciones, políticas y factores que definen los niveles de prosperidad económica sostenible hoy y a medio plazo.
Bolivia en el 2012 mostró una mejora con respecto al año pasado, dado que mejoró del puesto 108 al puesto 103, lo que es calificado como “una importante noticia, pero debe ser analizada con cautela y promover un desafío interesante para el país puesto que si se analiza los indicadores pasados se observa que Bolivia en el año 2006 alcanzó el puesto 95 y se debería buscar mejorar esos indicadores tanto en el corto plazo como en la sostenibilidad de la mejora en el mediano plazo”.
Para el Centro Boliviano de Economía de CAINCO, Bolivia se encuentra en la fase inicial de desarrollo, donde la prosperidad está impulsada por sus factores de producción, es decir, los países compiten en base a su dotación de factores, principalmente, mano de obra no calificada y recursos naturales. “Para ser más competitivos en esta etapa se requerirá, en orden de importancia y de manera primordial, el buen desempeño en los pilares de los requisitos básicos, luego la implementación de los requisitos de eficiencia y finalmente establecer las bases para que la economía pueda ser impulsada por los factores de innovación y sofisticación”, apunta la entidad cruceña.
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