Las puertas de algunos departamentos están abiertas, cúmulos de parquet de madera yacen levantados del piso y esparcidos en la sala, mientras baldes de plástico y ropa de trabajo están en un rincón de la cocina. El silencio es absoluto. Así, el Bloque Blanco del condominio Wiphala, en El Alto, entregado en 2016, se asemeja a un edificio fantasma, sin nadie que habite esos departamentos. Aunque el informe dice que “está en mantenimiento”.

La situación del Bloque Blanco no es el único caso, ya que 1.489 (66,2%) de un total de 2.249 (100%) viviendas del proyecto Comunidades Urbanas construidas por el Gobierno del expresidente Evo Morales aún no fueron vendidas.

Comunidades Urbanas es uno de los cinco programas de la Agencia Estatal de Vivienda (AEVivienda), la principal característica es la venta de departamentos a personas que no tienen ningún bien a su nombre. “De un total de 2.249 viviendas para la venta, 760 fueron vendidas, 479 disponibles para entrega inmediata (algunas en proceso de transferencia) y 1.010 se encuentran en etapa de mantenimiento”, responde la Agencia Estatal de Vivienda (AEVivienda) a un cuestionario enviado por la ANF.

El anhelo de muchas personas es contar con una vivienda propia, ya sea un departamento o una casa, pequeña o grande. La misión de la Agencia Estatal de Vivienda es precisamente promover la reducción de déficit habitacional en Bolivia, favoreciendo a la población de bajos niveles de ingreso y altamente vulnerables.

Desde su creación, esta instancia estatal ha construido “más de 161.000 viviendas en todo el país”, informó la AEVivienda. Al mismo tiempo señala que ha ejecutado más de 4.000 proyectos de viviendas, a través de cinco programas: Programa de Vivienda Nueva, Programa de Vivienda Cualitativa, Programa de Atención Extraordinaria, Programa de Atención de Emergencias y Programa de Comunidades Urbanas.

El Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) ejecuta programas de vivienda de interés social desde 2011 a través de esta institución pública descentralizada que está bajo tuición del Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda y fue creada por Decreto Supremo N°986.

“AEVivienda invirtió más de 10 mil millones de bolivianos para la ejecución de los proyectos mencionados”, dice esa entidad.

“Son proyectos que están destinados para la venta o transferencia. Hay proyectos (viviendas y/o condominios) que no se han llegado a consumar. La modalidad de este proyecto es como llave en mano; es decir, la empresa que se adjudicó el proyecto entrega no solo la construcción, también la parte legal, saneamiento, folios individualizados, etc. Sin embargo, cuando asumimos funciones, a final de 2021, corroboramos que muchos de estos no habían estado al 100% efectivizados, por el cual no se dio curso a erogar pago alguno (por parte de AEVivienda) y se ha hecho la resolución de contrato”, indica Christian Calizaya, director financiero administrativo de AEVivienda

Datos brindados por esta institución dan cuenta de que solo el condominio Jiwasa, en La Paz con 132 viviendas, es un proyecto dado de baja. Torres Yanapay para 56 familias y Alaxpacha Punku para 18 presentan resolución de contrato.

En Santa Cruz existen proyectos a los que también se puso fin, así está Zaragoza para 136 viviendas; Salom para 204; y Estrella del Este con 64. Por otro parte, en Cochabamba, Pirwa para 96 familias y Tamborada para 672 están en gestión de habilitación.

Bartolina 1 y 2 para 160 familias y Mabel Nates para 48, también en Cochabamba, son viviendas que fueron vendidos en su totalidad. (Ver cuadro).

El Comité de Hábitat, Vivienda y Servicios Básicos del cual el diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Aldo Terrazas es titular, indagó este año que, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, las viviendas desocupadas alcanzan a las 2.920 de un total de 3.591, es decir, el 82%.

Los datos que menciona esta comisión reflejan además los proyectos, que de acuerdo con AEVivienda fueron dados de baja o presentan resolución de contrato. (Ver infografías).

“El Gobierno ha tenido la buena voluntad, pero los mandos medios o directores han hecho una mala construcción, han construido en lugares indebidos e inalcanzables. El Gobierno no debería disponer ni gastar la plata como le gusta. Tiene que haber algún responsable”, señaló el diputado a este medio de comunicación.

Aseguró que, pese a las denuncias que se realizaron al Ministerio de Justicia, así como al Viceministerio de Vivienda y Urbanismo, las peticiones no fueron escuchadas, por eso se recurrió a la Contraloría General del Estado.

“Se van a convertir en elefantes blancos abandonados. Ni el Ministerio de Obras Públicas ni AEVivienda hacen algo por ese mal gasto, porque la plata sea ajena no es construir por construir. Son 152 millones de dólares, es decir 1.060 millones de bolivianos a los cuales se les hubiera dado mejor uso”, prosiguió el diputado. Cree que este dinero hubiera sido mejor invertido en la construcción de nueve hospitales de primer nivel.

Sobre este tema, Calizaya aseguró que hasta que no se venda la totalidad de los condominios, no se construirán otros similares como parte del Programa de Viviendas Urbanas. Por ello, ahora se está priorizando el Programa de Vivienda Nueva en áreas rurales, donde los dueños de un lote piden ayuda a esta instancia para que se pueda erigir su nueva casa. Así también se evitan avasallamientos, como lo sucedido en Papa Francisco.

“Es una mentira, no hay empresa en Bolivia que culmine la construcción o haga más del 50% sin que le pague el Gobierno. El mejor plan es el que la gente pone un poco de mano de obra cuando tiene su lote”, mencionó el diputado.

“Departamentos desde $us 35.000, El Alto, zona Mercedario”, dice el anuncio de venta de estos departamentos que después de siete años –el expresidente Evo Morales entregó en 2016- aún se comercializan a través de la página web de AEVivienda.

ANF visitó esos enormes condominios que se construyeron en la planicie de la urbe alteña. Aún resaltan por sus coloridas pinturas del artista Mamani Mamani. Uno que otro turista llega hasta el lugar para apreciar esos colosos que no terminan de ser habitados.

Wiphala es un condominio que tiene siete bloques: rojo, amarillo, naranja, blanco, azul, verde y dorado. Cada uno tiene 12 pisos y en cada piso cuatro departamentos, es decir 48 por bloque. En los siete bloques existen 336 soluciones habitacionales. Cada edificio también cuenta con ascensor doble.

Conversamos con Daniel Chinche Cazas, presidente del condominio, cuenta que en el Bloque Blanco en particular aún hay parquet retirados del suelo, puertas de los departamentos –incluso la del ingreso al bloque- abiertas sin chapas las que fueron retiradas. La puerta principal que es de vidrio estaba rota.

El dirigente vecinal aseguró (el 16.08) que, de los siete edificios, tres aún tienen sus departamentos deshabitados, estos son el rojo, el naranja y el blanco. “En el Blanco solo hay como cinco familias que viven, tengo entendido que iba a ser para alguna organización social, pero ya no”.

Según el comité, en Wiphala de 336 departamentos construidos 78 no están habitados, pese a los años y a la inversión de 54,6 millones de bolivianos –$us 8 millones-.

“En el caso Wiphala hemos hecho una valoración más minuciosa y a Dios gracias no salió nada grave de manera estructural pero sí requiere un mantenimiento”.

La AEVivienda respondió a la consulta de la ANF sobre la razón del por qué después de tanto tiempo no se termina de vender los departamentos de este condominio, especialmente del Bloque Blanco.

Adriana Medrano aseguró que las personas están interesadas, empero la mayoría es un sector informal y el banco no les otorga muchos créditos, es por ello que se ha ido tropezando, “existe gente interesada y donde hemos tropezado más es en Santa Cruz”.

El presidente del condominio vive en ese sitio hace cinco años. A lo largo de este tiempo identificó las necesidades y dificultades que existen. La inseguridad es un problema, porque en las noches las calles que rodean los edificios son oscuras – las vías aún son de tierra-, se registraron algunos robos. Incluso a él le robaron su bicicleta cuando la dejó por un momento en la puerta de su departamento.

Comenta que tienen todas las comodidades, tres dormitorios, una sala, una cocina, un cuarto de lavado, gas a domicilio, agua y luz, “pero la inseguridad ciudadana es el pan del día. Cada vecino tiene su llave y las puertas lo abre cualquiera”, contó.

Hay problemas en la edificación, hace unos tres meses AEVivienda tuvo que arreglar los problemas en la tubería principal que alimenta al Bloque Naranja, donde él vive, una filtración de agua humedeció las paredes de varios departamentos.

En la terraza, todo el piso fue cubierto por una capa protectora para que el agua no ingrese en época de lluvia, por esta razón los vecinos de ese edificio no pueden subir a esa parte de la edificación.

“El agua es compartido, cuatro bloques pagamos de una sola factura, hemos pedido a AEVivienda que podamos tener un solo medidor por edificio pues es muy difícil saber quién gasta más. Otros vecinos son profesores rurales y viajan y no hay cómo cobrarles. Al mes pagamos como 2.500 bolivianos”.

Chinche no puede afirmar si se hizo mal uso de los departamentos, solo recuerda a algunas familias que se quedaron dos o tres meses, y dejaron algunos departamentos usados. En el Bloque Naranja se observó manchas en las paredes, y no tenían chapas.

“Se debe tener en cuenta que en el marco de la Ley N° 850 la AEVivienda realiza la verificación del cumplimiento de la función social, para acreditar que las viviendas entregadas a los beneficiarios legales cumplan la función para la cual han sido construidas”, respondió la institución estatal.

El Condominio Pacha está ubicado en el municipio de Mecapaca, La Paz, en la parada del minibús de transporte público 901. En la zona el clima es cálido y acogedor. Aunque los vecinos señalan que todavía tienen algunos problemas como la electrificación en las calles.

El condominio Pacha cuenta con 170 departamentos. Está dividido en 17 bloques de cinco pisos –cada uno se identifica con una letra del abecedario- tiene dos departamentos por piso. Cada departamento consta de tres dormitorios, dos baños, una cocina, una sala-comedor y una lavandería. Tiene parqueos y áreas comunes como parrilleros que por el polvo parece que no son usados.

“Aquí somos buenos vecinos, son pocos los departamentos deshabitados, y están principalmente en el G. Eso sí, como en la noche las calles son oscuras, entre todos nosotros les colocamos luces alrededor para iluminarlo”, dijo uno de los vecinos que pidió no ser identificado. “Aquí vivimos los que fuimos beneficiados y los del megadeslizamiento de 2019”, mencionó otro vecino.

Justamente, Medrano señaló que esas personas tuvieron un subsidio del 99,9% por ley por la afectación que pasaron –de perder sus casas-. Es un caso extraordinario.

En la parte del parqueo se pudo observar varios juegos de parque infantil, como resbalines y balancines que los vecinos afectados del deslizamiento llevaron para intentar situarlos en el condominio.

Según AEVivienda se tiene dos modalidades de compra: a crédito bancario y al contado.

“La entrega de vivienda es inmediata si el solicitante decide comprarla al contado. Si la compra es a crédito bancario, el solicitante deberá cumplir con los requisitos de la entidad financiera que eligió. Esta es una de las principales razones por las que muchos postulantes no logran concretar la compra, las entidades financieras tienen políticas internas que restringen el acceso a un crédito de vivienda social”.

Calizaya dijo –además- que desde 2018 a la fecha, ahora las viviendas tienen más comodidades como las puertas con tarjetas de apertura, “con eso estamos peleando, pero la parte principal es la parte crediticia”.

Para la arquitecta Tatiana Arzabe, en la urbanización de una ciudad se debe tomar en cuenta la dotación, el acceso a la salud, al transporte, la seguridad ciudadana, entre otros, porque todo forma un solo componente y cuando se compra una vivienda se debe acceder a estos servicios

“Tiene que ser un combo. Tiene que ir (pensarse) antes de que se construya la vivienda en todo ello. Es un fracaso pensar que se puede regalar como regalar camisetas. Cuando construimos viviendas construimos desarrollo urbano y viene atado, amarrado de dotación de empleo, de salud, de trasporte”, dijo la profesional.

Por su parte, el arquitecto Samuel Hilari el acceso a una vivienda social esté limitada a quienes tienen un sueldo fijo y pueden pagar mensualmente sus cuotas, como policías, profesores, militares y otros funcionarios.

“Esa no es la lógica según la cual debería funcionar. Las viviendas sociales son para el sector más pobre de la población. Bolivia tiene 80% que trabaja en el sector informal y hay que adecuar las políticas a esa realidad, no se puede construir para el 20%”, dijo.

El arquitecto considera que el condominio Whipala observa la construcción de edificios con ascensores porque representa un gasto económico que no es muy viable para los habitantes. “Es repetir errores que se cometían en los años 60 del siglo anterior. Arquitectónicamente el Whipala tiene errores, tiene muros que generan inseguridad”.