Los claroscuros del primer año del gobierno de Arce

Sin proyecto propio, ni carisma, pero buscando más poder: Luis Arce bajo la lupa de analistas

6 NOV
Luis Arce asumió la presidencia de Bolivia en noviembre de 2020. Foto archivo.
6 de Noviembre, 2021

El Gobierno de Arce, quien asumió la presidencia tras ganar los comicios del 2020 con un 55 % de respaldo en las urnas, fue objeto de un análisis de parte del intelectual indianista Pedro Portugal, la socióloga y analista política María Teresa Zegada, junto a los sociólogos Saúl Flores y Claudia Condori en un conversatorio organizado por la Agencia de Noticias Fides (ANF) y moderado por su director, Sergio Montes S.J.


La Paz, 7 de noviembre (ANF).- El presidente de Bolivia, Luis Arce, cumple este lunes su primer año de Gobierno, pero no ha logrado iniciar un nuevo ciclo político porque es visto como si preparara el regreso de Evo Morales al poder, como un líder que “carece” de encanto ante las masas y con una gestión “prematuramente desgastada”, aunque buscando más poder aplicando una línea dura ante la oposición debilitada.

El Gobierno de Arce, quien asumió la presidencia tras ganar los comicios del 2020 con un 55 % de respaldo en las urnas, fue objeto de un análisis de parte del intelectual indianista Pedro Portugal, la socióloga y analista política María Teresa Zegada, junto a los sociólogos Saúl Flores y Claudia Condori en un conversatorio organizado por la Agencia de Noticias Fides (ANF) y moderado por su director, Sergio Montes S.J.

“Arce no se muestra como un iniciador de nuevo ciclo, como alguien que dirige un sistema de gobierno, sino que la gente lo ve como preparando la cama para una venida más o menos inevitable de Evo Morales”, sostuvo Portugal.

Según el analista, por esa razón Arce suele actuar como si estuviera viviendo otra vez los últimos episodios de la crisis política del 2019, alentando el riesgo de que se reproduzcan los conflictos con la oposición, sin aprender las lecciones de ese año.

A su juicio, Arce parece que quiere reeditar esquemas de movilizaciones populares victoriosas como las de Cuba o Venezuela, pero no ha tomado bien el pulso a los sectores sociales ya que el país es “altamente indisciplinado” y no existe “una conciencia política nueva” porque esos grupos priorizan las cuotas de poder, la “repartija” de cargos y la defensa de sus intereses como se ha visto en las recientes protestas contra el proyecto de ley para investigar fortunas sospechosas.

De su parte, Flores subrayó la diferencia entre el “mesías indígena que representaba Evo Morales” y Arce que “tal vez carece de ese encanto político hacia las masas e indígenas” porque tíene una imagen de “tecnócrata” y “profesional”, que no representa a los “humillados”, a “los pobres”, ni “a los indígenas” y por eso, según dijo, su liderazgo “no es suficiente para tener contentas a las masas”.

Agregó que una muestra de la ausencia de una relación entre Arce y diversos sectores sociales fue la conformación de su gabinete hace un año, en medio de reclamos sin éxito de representantes de grupos populares e indígenas, y añadió que actualmente hay la misma presión de muchas organizaciones para que el mandatario modifique su consejo de 17 ministros.

Según Flores, hay que ver cómo esos sectores insistirán en darle un rumbo al Gobierno, “pero definitivamente creo que Luis Arce no es del agrado de las organizaciones sociales”, dijo.

A su juicio, los operadores políticos del Movimiento al Socialismo (MAS), encabezados por el mismo Morales, están garantizando la gobernabilidad de Arce por lo que también cabe esperar que otras figuras de ese partido pidan tener presencia en el gabinete.

Zegada: “Hay un gobierno prematuramente desgastado”

Para la socióloga María Teresa Zegada, el análisis del primer año de gobierno de Arce no puede desvincularse del hecho de que fue el ganador de los comicios del 2020 con un 55 % de respaldo despertando muchas expectativas para solucionar los problemas del COVID-19 e impulsar la reactivación económica, pero esa situación está “venida a menos” ante las dificultades estructurales del país.

En ese contexto, según Zegada, se ve “a un gobierno prematuramente desgastado” en la sociedad porque tanto los sectores afines como otros ciudadanos expresan una “cierta desconfianza” ante las medidas y leyes que les puede afectar como el caso del proyecto de Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas.

“El Gobierno achaca al antiguo gobierno de Añez la causa de los males pese a que pasó hace más de un año” y ve a la oposición “como una amenaza”, cuando esa fuerza es “casi inexistente y está totalmente disminuida en su rol inclusive de representación parlamentaria”, al punto de que tiene “casi una presencia testimonial” en la Asamblea Legislativa.

“¿De qué oposición política amenazante se estaría hablando? No existe”, subrayó Zegada para luego explicar que el Gobierno “está construyendo un enemigo” y estaría pasando de su pérdida de hegemonía “a la de dominación”, lo que es verificable por el énfasis político de las actuaciones de Arce para “el control de la sociedad y la neutralización de las amenazas opositoras” con la judicialización de la política y la “persecución” de opositores.

Según Zegada, el Gobierno tiene abiertos varios frentes de conflicto: la marcha indígena de tierras bajas, los gremialistas, incluidos los ricos aymaras, el sector cocalero de Yungas, y ahora las universidades estatales y los municipios por los problemas que, según dijo, tendrían las autonomías en el marco de la nueva ley del Plan de Desarrollo Económico y Social 2021-2025.

También alertó sobre el “escenario de violencia e inseguridad ciudadana” que supone la aparición de un grupo armado de avasalladores de tierras en la zona de Guarayos, en Santa Cruz, que protagonizó el secuestro por horas de policías, productores y periodistas, y expresó su preocupación de que esas acciones criminales se reproduzcan como en México o Ecuador.

Por su parte, la socióloga Claudia Condori enfatizó que es necesario buscar un equilibrio ante el MAS, pero la oposición “no está a la altura”, fue “nefasta” en la gestión de transición de Jeanine Añez, y mostró que, a su juicio, los opositores no tendrían un proyecto de país.

“Tenemos un MAS que en el imaginario social tiene el poder absoluto y es necesario bajar eso, pero también tenemos que bajar el tema del racismo que se ha agudizado”, sostuvo Condori al señalar que la polarización se está tratando en términos raciales y de etiquetas políticas para la descalificación mutua y “el gran problema es ...si eres pitita o no, o si eres blanco o eres indio”.

Concluyó con que ve “difícil un entendimiento” en ese contexto de discriminación racial, al que se suma la “desconfianza” existente respecto al Estado “porque nunca te ha dado nada”.

//JA//ANF


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