Los claroscuros del primer año del gobierno de Arce

"El Gobierno se aplazó en la vacunación", afirman médicos a un año del gobierno de Arce

6 NOV
Una persona recibe la dosis contra el COVID-19. Foto: ANF
6 de Noviembre, 2021

Los galenos consideran que no hay una estrategia para encarar el proceso de vacunación y alertan que el riesgo de pérdida de dosis pondrá en aprietos al país a nivel internacional.


La Paz, 7 noviembre (ANF).- “Le pedimos al presidente Luis Arce que no juegue con la salud del pueblo”, expresó el presidente del Colegio Médico de Bolivia, Luis Larrea, quien asegura que el Gobierno se aplazó con la vacunación contra el coronavirus (Covid-19) en Bolivia que inició en marzo de esta gestión. Los galenos consideran que a un año del gobierno de Arce, el sistema de salud continúa abandonado.

De acuerdo a Larrea, a nueves meses del inicio de la inoculación en territorio nacional, las promesas del gobierno no se cumplieron porque tenían la meta de inmunizar a más de siete millones de habitantes hasta septiembre.

“El Gobierno se ha aplazado porque lastimosamente en los nueve meses desde que comenzó el proceso de vacunación no se ha cumplido el objetivo que se ha puesto desde marzo. Nosotros, como Colegio Médico de Bolivia alertamos que no podría cumplirse la meta ni siquiera hasta fin de año porque no hay los recursos necesarios, como infraestructura, personal y la mala planificación desde el Ministerio de Salud que complican la vacunación”, asevera en entrevista con la ANF. 

Detalla que el Gobierno no tiene una estrategia real y menos políticas para llevar adelante un proceso de vacunación exitoso en territorio nacional. Asegura que las medidas que se tomaron con respecto a la aplicación de la tercera dosis son “desesperadas” y nada serias. El galeno considera que esa decisión fue una “metida de pata” de Arce.

“De 12 millones de habitantes, la meta era vacunar a unos 7 millones y el resto que son 5 millones ¿dónde quedan?, ¿cómo los protegemos? Esas carencias nos muestran que el Gobierno no tiene ni hizo una estrategia para proteger a la población del Covid-19, no tienen la capacidad suficiente para cumplir la meta (…). Ahora, con las terceras dosis el presidente Arce ha metido la pata porqué ni siquiera sabe porqué y a quiénes se van aplicar los refuerzos”, cuestiona.

El profesional lamenta que el Gobierno no coordine con su sector sobre las estrategias para afrontar la pandemia del coronavirus y la vacunación.

“La pandemia y la vacunación han sido afrontadas por los profesionales médicos de Bolivia, pero no hemos recibido el apoyo del Gobierno, lastimosamente no hubo un plan nacional para encarar la pandemia. No hemos podido coordinar con los profesionales y es algo que no es concebible que un tema tan delicado de salud no se trabaje con los médicos”, critica.

Decisiones desacertadas

El titular del Colegio Médico de Bolivia considera que desde el Ministerio de Salud se tomaron decisiones desacertadas durante la vacunación, como aplicar segundas dosis como primeras dosis ante la falta de los inoculantes y hasta criticó que se haya recurrido a “triquiñuelas” al anunciar la ampliación del plazo para la aplicación de los refuerzos de la vacuna rusa, cuando estas dosis escaseaban en el país.

“La vacunación hubiera ido muy bien si las autoridades hubiesen realizado un plan estratégico, a medida que llegaban las vacunashubo decisiones desacertadas, se fueron utilizando las segundas dosis como primeras para otro grupo de gente, con esto se dejan en vilo a los que necesitan los refuerzo y hasta eso de inventarse el rango de aplicación y hacer triquiñuelas al decirle a la gente que podía ponerse los refuerzos entre 21 días, 60, 90 y más días ha sido una improvisación total”, agrega.

Sobre las terceras dosis, el dirigente afirma que es una medida improvisada para no perder las dosis que donaron  al país.

“Hoy cuando llegan las dosis donadas, el gobierno anuncia una tercera dosis para no perder las vacunas, pero ni siquiera sabe quiénes deben recibir, le dicen a la población que puede ponerse la tercera dosis a partir de los dos meses, realmente es una improvisación. La formación de anticuerpo tiene un tiempo y efecto, hay que ir pensando en aplicar los refuerzos a aquellas personas que están vacunados por los seis meses que son los que deben recibir al tercera dosis”, añade.

El galeno considera que el ministro de Salud, Jeyson Auza, se aplazó al encarar la pandemia y el proceso de vacunación. Sugirió su cambio.

“Esta vez el presidente se ha equivocado al nombrar como autoridad de Salud porque no ha sabido llevar la pandemia ni la vacunación, esperemos que haya otra autoridad que trabaje de forma eficaz”, señala.

Sobre el riesgo de perder dosis, Larrea señala que el país quedará mal ante los países donantes. “Se están perdiendo vacunas donadas por países del exterior, pero quedamos mal como país porque se supone que no tenemos la población meta inmunizada y aún así se echa a perder las vacunas y cuando realmente necesitemos más dosis, nos van a dejar al último. Esas consecuencias tienen que estar sobre las espaldas de las autoridades”, indica.

El viernes pasado, el ministro de Salud, Jeyson Auza dijo que solo existían128.440 vacunas AstraZeneca para terceras dosis. Hasta el sábado 30 de octubre, el Ministerio de Salud reportó 472 nuevos casos de coronavirus y se aplicaron 7.803.837 vacunas, de las cuales 320.124 son tercera dosis.

La vacunación ha sido inestable

El analista y consultor político, José Rafael Vilar, considera que el proceso de inoculación fue “muy fluctuante” debido a que el gobierno boliviano no participó ni reservó la compra de las vacunas, otra de las razones que entorpecieron la vacunación fue la falta de coordinación entre los Sedes y la cartera de Salud, además del incumplimiento en la llegada de las vacunas rusas que paralizó la inmunización en el país por la escasez de estos inoculantes.

“Han sido muy fluctuantes, por varias razones: porque, como muchos países no desarrollados, no participó en la reserva previa de compra de vacunas; segundo, por el sesgo ideológico dado a la adquisición de vacunas (atacar al ‘cochino imperialismo que nos mata’ y apostar al ‘amigo ruso’, cuyas vacunas hasta hoy no están aprobadas por la OMS; el grave y dilatado incumplimiento de uno de los proveedores (Rusia) llevó a dilatar la inoculación de las segundas dosis de Sputnik V; también porque las mayores donaciones a través de Covax han sido recientes, a partir de que los donantes tuvieran ya excedentes confirmados; también la coordinación entre el Sedes del Ministerio de Salud que muchas veces ha sido politizada”, remarca.

En su criterio, las falencias de algunos Sedes retrasaron la vacunación porque que no contaban con cadenas de frío o no realizaron suficientes campañas promocionales, o no instalaron puntos de vacunación masivos.

El informe del Ministerio de Salud, hasta el 6 de noviembre, detalla que se logró inmunizar con el esquema completo de vacunación a 3.911.439 personas, lo que representa el 54,47% de la población meta vacunable, establecida por el Gobierno, mayor de 18 años de edad. 

La dosis aplicadas, entre primeras, segundas y unidosis, luego de 283 días de iniciada la vacunación alcanza a 7.583.068, a las que se se suman las dosis de refuerzo o terceras dosis, con lo que se llegó a aplicar un total de 7.940.653 dosis entre las que se incluyen las que se aplican a menores de 16 y 17 años de edad.

De las 15.391.400 dosis que llegaron al país, existiría un saldo disponible de 7.450.747 dosis, aunque entre estas se encuentran las que serán desechadas por vencimiento, cantidad que a la fecha no ha sido informada públicamente por el Ministerio de Salud, por lo cual no se conoce el dato preciso de cuántas son las dosis disponibles restantes. 

La pandemia

El gobierno de Luis Arce encaró la segunda y tercera ola de la pandemia. La segunda ola comenzó la última semana de diciembre de 2020 y duró hasta fines de enero de 2021. El pico de la segunda ola fue reportado el 26 de enero con 2.866 casos nuevos. El pico de fallecidos fue el 2 de febrero con 74 decesos. En ese tiempo se registró un total de 110 mil casos de Covid-19 y 2.896 fallecidos.

La tercera ola comenzó la segunda semana de mayo y se extendió hasta la primera semana de julio. El pico de casos de se registró el 9 de junio con 3.839 casos nuevos. La cantidad máxima de fallecidos fue de 124 decesos el 15 de junio. En esta ola hubo 4.960 decesos.

A pesar de la compra de respiradores, la provisión de mayor infraestructura y un mayor conocimiento en el tratamiento de la enfermedad, la situación actual, en términos de la atención sanitaria, prácticamente no ha cambiado, el sistema de salud sigue colapsado y sin el equipamiento ni profesionales suficientes para afrontar la enfermedad.

Cabe recordar que durante la segunda y tercera ola hubo protestas de la población por falta de segundas dosis de la rusa Sputnik V que se retrasó por la escasez de las mismas. Las carencias afligen no solo a los médicos sino también a la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva que pide al Gobierno equipar las Unidades de Terapia Intensiva (UTI), aseguran que de 500 camas que se instalaron en los hospitales del país alrededor del 30% dejó de funcionar ante la demanda de los pacientes.

Joel Gutiérrez, presidente de la Sociedad de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, explicó que el desuso de los equipos se debe a la falta de mantenimiento correcto y preventivo, además del uso frecuente de las UTI y respiradores se hizo, para atender a los pacientes con Covid-19 que requerían ventilación a fin de salvar sus vidas.

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