Trabajadora de pastelería. Foto: ANF
El Gobierno del presidente Evo Morales anunció eliminar el desempleo hasta el 2020. Este año con el “Plan Nacional de Empleo Urgente” se dispuso invertir 146,4 millones de dólares para reducir el desempleo de 4,5% a 2,7%.
Jimena Mercado C.
La Paz, 6 agosto (ANF).- En los 11 años de gobierno del presidente Evo Morales, una década de bonanza económica, el desempleo se redujo del 8% al 4,5%; sin embargo, el empleo informal se disparó a más del 70% junto con la precariedad e inestabilidad del trabajo.
A pesar que el país recibió por la venta de gas en el periodo 2006-2016, más de 40 mil millones de dólares, con un máximo de 6.674 millones en 2014 y un mínimo de 2.060 millones en 2006, el Ejecutivo no pudo generar políticas de generación de empleo de calidad. Este año lanzó el Plan Nacional de Empleo Urgente que pretende reducir el desempleo al 2,7% a través de cinco proyectos, empero el sector empresarial observa que no se resolverán los problemas estructurales.
Para el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, el plan de empleos lanzado por el Gobierno es importante y será respaldado por el sector privado, ya que se pretende generar empleo con seguridad social, no obstante advierte que de ahí a pensar que se estaría solucionando al tema estructural: “ni pensar”.
“En los últimos 11 años se ha acentuado la informalidad y la Bolivia de hace 11 años no tiene nada que ver con la Bolivia de ahora; usted sabe que hemos tenido un ciclo de ingresos como nunca antes se ha visto, una estabilidad social, política y económica muy raras veces vista y creo que una vez que se ve en un tiempo más largo -como el que tuvimos, con sus altibajos- esa situación debería haber cambiado pero no cambió ni un milímetro”, afirma a ANF.
La Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) alertó el 2005, que el 62,4% de la población urbana ocupada era informal, con un empleo de baja productividad y de bajos ingresos, lo que los coloca o acerca a la pobreza.
En análisis del máximo ejecutivo de los empresarios, la realidad del empleo formal en Bolivia no ha mejorado. “Guardando las distancias en cuanto al acceso al trabajo, y (la) población habilitada a desempeñar labores, no ha variado, eso significa que no hemos avanzado. Desde el sector empresarial hemos hecho propuestas y hasta ahora no tenemos resultados y no hemos logrado avances, por eso saludamos el Plan de Empleo del Gobierno”, manifiesta.
Nostas observa como una debilidad del Estado ofrecer datos limitados sobre el estado de situación del empleo en el país y señala que estudios de la CEPB muestran cómo la informalidad laboral ha ido ganando terreno como resultado de varios factores.
Entre los factores que incidieron en el aumento de la informalidad laboral, según el sector privado, están el incremento nominal en casi 400% al salario mínimo nacional (SMN) y en 60% al salario básico entre el 2006 y 2017, en un periodo donde la inflación acumulada llegó al 54%.
“Lo único que han hecho es acrecentar la brecha entre el salario y la productividad, y eso es malo, eso pone en riesgo la estabilidad del empleo, porque obligarnos a garantizar la estabilidad del empleo no es bueno”, menciona.
Ante la actual coyuntura, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) recomienda la generación de una institucionalidad pública y clima de negocios adecuado para impulsar la inversión, producción y empleo productivo y formal a través del diálogo público-privado en temas como: incremento salarial y la política salarial, la lucha contra el contrabando, la excesiva normativa regulatoria sobre el sector formal y la sobrepresión fiscalizadora y normativa del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
CEDLA: se profundizó el modelo capitalista
De acuerdo al Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), la bonanza económica de los últimos diez años, solo sirvió para impulsar un modelo capitalista depredador de los recursos naturales y la fuerza de trabajo, dejando de lado las transformaciones estructurales necesarias para comenzar a resolver la demanda de generación sostenible de empleo, que aseguren verdaderos impactos distributivos.
El CEDLA coincide con los empresarios, que hoy en día siete de cada diez bolivianos en edad de trabajar se ocupa en empleos informales.
“El retroceso en las condiciones para el desempeño de las principales actividades productivas, en medio de una crisis internacional más duradera, comparada con otras experimentadas desde los noventa, amenaza con afectar todavía más la sostenibilidad de la demanda de trabajo y con degradar la calidad de los empleos existentes”, advierte el investigador Bruno Rojas a este medio.
Al momento de analizar los incrementos salariales, el CEDLA señala que entre el 2006 y 2010, el porcentaje acumulado de los incrementos al salario básico apenas superó al aumento de los precios de la canasta familiar, dando lugar a un aumento del 4% en términos reales. “Esta relación fue más favorable entre 2011 y 2015 por la menor inflación del período y dejó como saldo un aumento normativo de 18,4% en el poder de compra del salario básico”, cita.
“En general, los aumentos normativos entre 2006-2015 pudieron mejorar la capacidad adquisitiva del salario básico en 22,4%, una evolución nada extraordinaria por cierto, pues equivale a un reducido 2,6% en promedio cada año”, apunta Rojas.
Gobierno dice que hay más formalidad
En criterio del ministro de Trabajo, Héctor Hinojosa, hubo un crecimiento de las empresas que presentaron sus planillas con los incrementos salariales correspondientes: de 18.273 firmas activas registradas en ese despacho hasta diciembre de 2016 a 19.361 empresas.
“En cuanto al argumento de los empresarios, que de manera reiterativa vienen señalando que cualquier acción que afecte su actividad va afectar el empleo, así también lo dijeron con el incremento salarial; sin embargo al 30 de junio hemos tenido presentación de planillas por encima del porcentaje que teníamos en el Ministerio de Trabajo”, explicó.
En tanto, el Gobierno lleva adelante su Plan Nacional de Empleo Urgente con el cual pretende ocupar a 60.600 personas, en su mayoría jóvenes, uno de los sectores más afectados por la informalidad y el desempleo junto con las mujeres.
Fundempresa en su informe de diciembre de 2016 señala que hubo un crecimiento del 4% en la creación de nuevas empresas, de las cuales sin embargo el 80% son unipersonales.
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