La Paz, 28 marzo (ANF).- Ante los cuestionamientos medioambientales al proyecto hidrocarburífero dentro de la Reserva de Flora y Fauna Tariquía en el departamento de Tarija, el ministro de Hidrocarburos redujo a sólo el 0,014% de la superficie los posibles impactos.
Durante su exposición ante el pleno de la Cámara de Diputados, el titular de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, defendió el proyecto de explotación del campo San Telmo, bajo el argumento de que generará rentas importantes para el país.
“¿Qué se afecta? (…) La superficie afectada son 114 hectáreas, que de 247 mil hectáreas en total representa el 0,014%. Prácticamente no hemos afectado nada”, dijo a los asambleístas.
La Pastoral de Tierra, Ecología y Medio Ambiente de la Iglesia Católica de Tarija y la Subcentral de Tariquía rechazan esas cifras y advierten que el Gobierno comprometerá el 55% de la superficie de la reserva natural.
Ambas entidades denunciaron la intención del Gobierno es abrir las puertas de esta área protegida a las actividades de exploración y explotación hidrocarburífera y que el Gobierno actúa sin llevar adelante primero consultas previas, ordenadas por la CPE y acuerdos internacionales suscritos por Bolivia. Tariquía es una de las áreas protegidas más biodiversas del país.
Sánchez aseguró que la superficie adicional afectada por la técnica “magnetotelúrica” en categoría cuatro –de mínimo impacto– se estima que será de 421 hectáreas, “una superficie mínima”.
El método “magnetotelúrico” es una técnica de exploración geofísica que permite obtener información de las propiedades geoeléctricas del subsuelo. Sirve para detectar gas, petróleo y otros elementos.
“Una cosa es que tenga como todo este un (salón) para la actividad hidrocarburífera, pero solo (afectaré) la maceta para hacer la sísmica y manejo ‘magnetotelúrico’”, ejemplificó el ministro a ANF.
Según el titular de Hidrocarburos, los “grupos que se resisten” a las actividades gasíferas en Tariquía no dijeron nada por la superficie deforestada para la producción de soya y otros cultivos, así como por la tala de árboles. Aseguró además contar con el respaldo de “algunas comunidades” para continuar con los proyectos de exploración.
“He andado haciendo exploración y hemos hecho un sobrevuelo, Tariquía sin que haya actividad hidrocarburífera, tiene una deforestación de cerca de 20 mil hectáreas, han abierto un camino hasta el núcleo, hay deforestación por cultivos y tala de árboles, y nadie ha dicho nada, y esa deforestación no ha generado una renta”, cuestionó.
En cuanto a la consulta previa que debe cumplir de manera obligatoria el Estado, dijo que en tanto no se cuente con información precisa sobre la afectación no se llevará adelante ninguna consulta porque no se conoce a “priori” si será una comunidad campesina, una Tierra Comunitaria de Origen(TCO) o un predio privado el afectado.
Sin embargo, aseguró que se dará cumplimiento a las normas ambientales nacionales e internacionales que marcan los parámetros para las petroleras.
Las declaraciones de Sánchez fueron realizadas ante el pleno de la Cámara de Diputados en el marco de la aprobación de tres contratos de servicios petroleros para la exploración y explotación en las áreas reservadas en favor de YPFB correspondientes a los campos San Telmo Norte, Astillero e Iñiguazu, ubicados también en el departamento de Tarija.
Dijo que los recursos potenciales del campo San Telmo Norte, se calculan en 1.06 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas, con una inversión de 193,4 millones de dólares.
La Pastoral de Tarija denunció también que el Gobierno y empresas petroleras se dieron a la tarea de dividir a las organizaciones de base de la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía con el propósito de cumplir tareas hidrocarburíferas.
Cristian Buitrago, miembro de la Pastoral, señaló que de acuerdo a las denuncias recogidas entre los pobladores, el Gobierno actuó de mala fe en Tariquía, donde autorizó sin consulta previa, libre e informada, las tareas de magnetotelúrica y perforación de pozos sin el consentimiento de las comunidades.
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