La Paz, 24 de septiembre (ANF).- Valores, familia, historia personal, tradiciones, miedos, contexto económico, oportunidades, necesidades, influencias del entorno, todo eso y más se junta en la Casa del Adolescente, un espacio abierto para quienes están dispuestos a cambiar el mundo que les rodea. La condición es tener entre 13 y 19 años.
A una cuadra y media de la avenida troncal de la ciudad de La Paz, funciona este proyecto que Elizabeth Machicado describió como “un espacio alternativo donde, en un proceso de aprendizaje, avanzamos y retrocedemos para generar un modelo que ayude a las familias que tienen que tienen un adolescente en casa”.
Aseguró que en tres meses de funcionamiento el equipo de la Casa que está conformado por pedagogos, psicólogos, terapeutas, artistas y creadores culturales ha constatado que “los adolescentes tienen capacidad para transformar sus vidas y voluntad para hacer del mundo un lugar mejor”.
Para esta pedagoga trabajar con adolescentes no es como dar un paseo por el parque “quienes llegan a la Casa lo hacen porque se sienten solos, la soledad es el signo de la época, y muchos deben curar hechos traumáticos, sanar heridas emocionales” dijo a ANF.
Por ello, todas las actividades que promueven se inscriben en una dinámica lúdica a través de talleres donde los adolescentes “pueden encontrar herramientas para promover nuevas capacidades expresivas y procesos transformadores”.
En esta primera etapa la Casa ha habilitado talleres de batucada, teatro, defensa personal, arterapia, canto y baile “y estamos en proceso de renovación permanente, en función de las expectativas de los adolescentes”.
La Casa también brinda apoyo pedagógico a adolescentes que lo requieran y ha habilitado espacios para que puedan hacer sus tareas escolares y participar en talleres de reforzamiento de materias que suelen ser las más complejas como matemáticas, física, química o cualquier otro tópico donde tengan baches o debilidades.
Según Machicado a la par que los adolescentes aprenden sus materias participan de espacios de intercambio y reflexión para que adquieran herramientas de convivencia social.
En base a un diagnóstico previo de sus expectativas la pedagoga aseguró que su mayor problema es la soledad “están creciendo solos y la ausencia de los adultos, de sus padres, está marcando sus vidas de manera muy negativa”.
A la soledad se suma la violencia “que aprenden en sus casas, en su entorno escolar y social y reproducen con sus pares y con sus parejas”, lo que obliga a una intervención integral que incluye a los padres “porque el periodo de la adolescencia refleja una dinámica de extremos, los adolescentes son difíciles pero también lo son los padres, no sé que es peor un adolescente en crisis o unos adultos sin capacidad para ejercer la paternidad o la maternidad” dijo.
La propuesta de la Casa del Adolescente incluye un espacio semanal de “Diálogos Personales” con mujeres que sufren violencia y con hombres que están dominados por los celos y atrapados en una dinámica de violencia machista.
Además extiende sus actividades hacia otros espacios, fundamentalmente colegios y universidades, para trabajar el tema del acoso escolar o académico, la prevención del embarazo adolescente y del consumo de alcohol. Todas las actividades cuentan con el apoyo de la Fundación Samuel Doria Medina pero tienen un costo mínimo de Bs. 15 mensual por taller y Bs. 5 por cada sesión en la que participan adultos.
Lo que hacemos, explicó Machicado, es “acompañar a los adolescentes en su transición al mundo adultos potenciando su capacidad para la reflexión y el autoconocimiento y para que tomen elecciones autónomas y auténticas, en plena libertad y sin adoctrinamiento y sin orientarlos a ninguna opción política”.
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