Luis Espinal murió en 1980.
La Paz, 13 de enero (ANF).- El médico forense Rolando Costa Arduz expresó en las últimas horas que él fue el profesional que hizo todo el protocolo de autopsia al cuerpo del sacerdote Luis Espinal hace 37 años y consideró como un abuso la pretensión del Ministerio Público, que busca hacer una exhumación de su cadáver para saber inicialmente si se trata del jesuita y partir de ello establecer la causa precisa de la muerte.
Costa, en una entrevista concedida a Página Siete, contó que encontró a Espinal en la morgue judicial del Hospital de Clínicas de La Paz, después de que le avisaron que debía realizar una autopsia al cuerpo.
Sin embargo, “hubo una falla de inicio en el procedimiento médico legal porque el estudio comienza con el levantamiento del cadáver, su posición y la vestimenta. Pero (en el caso de este) cadáver estaba desnudo y lavado, cubierto por una sábana blanca con manchas de sangre. Entonces lo primero que hice fue avisar que el cuerpo había sido manipulado”, recordó.
Detalló que en el lugar había mucha gente, que tuvo que ser desocupada, y entre los que sí presenciaron el procedimiento son el doctor Jorge Dorado de la Barra, delegado de la Confederación Médica Sindical de Bolivia; doctor Fernando Paz Pacheco, del Colegio Médico Departamental; doctor Pastor Sangüeza, patólogo que estaba como perito de parte de Espinal; el doctor Félix Romano, otro forense; y Luis Palacios, como delegado de la Compañía de Jesús.
“De éstos murieron Romano, Dorado, De la Barra, Sangüeza y Palacios. Los únicos vivos somos yo y aparentemente Paz”, sostuvo el médico forense.
Asimismo, cuando fue consultado si considera que es necesaria la exhumación, tal como presente la Fiscalía, el entrevistado aseveró que le parecía “un abuso al cadáver del padre, ¿para qué? si tenemos el resultado de la autopsia”.
Entre tanto, el Ministerio Público, para justificar la acción que impulsa, dice que en el certificado de la autopsia sólo establece como causa de la muerte de Espinal una hemorragia interna.
Aunque Costa Arduz aseguró que durante la autopsia encontró “que Espinal tenía 17 orificios de bala en la región ventral y dorsal”. Además “de estas (balas) obtuve sólo tres proyectiles que entregué en custodia a las autoridades para el estudio criminalístico”, remarcó.
En el examen externo –según el profesional– aparte de los orificios, había muchas equimosis por golpes contusos y la más notable era en el pecho.
“Al abrirlo encontré que el esternón estaba fracturado, había una hemorragia retroesternal. El pulmón estaba perforado en dos pares por proyectil, lo que provocó hemorragia interna. El hígado estalló, igual el riñón derecho, había orificios de bala en el estómago, intestinos, diafragma. Un compromiso de la octava, novena y décima vértebra, una fractura del fémur derecho”, afirmó Costa, en base a las hojas del protocolo de la autopsia que consiguió recientemente.
Por otro lado, reconoció que cuando fue citado a declarar ante la Fiscalía, dijo que no recordaba todo después de 37 años del hecho y que el detalle de la autopsia se podía encontrar en la oficina de médicos forenses donde se archiva el material.
Luego “no me han vuelto a llamar. Pero yo, preocupado fui al IDIF a buscar el protocolo, pero nadie sabía nada. Entonces, preguntando entre amigos alguien me dio el dato de una publicación en Perú y de ese modo conseguí una copia (y porque eso es que ahora ya tengo todos los datos en mano) y si me (vuelven a llamar a la Fiscalía) por supuesto que iré”, apuntó.
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