La Paz, 23 de mayo (ANF).- Juan Carlos Mendoza está sumido en la tristeza y vive un verdadero tormento desde que supo que su hija murió en circunstancias de tortura y posible vejación. Pide que Elena, su expareja, explique por qué no la salvó de los presuntos asesinos.
Nadia Mitzuki tenía un año y nueve meses cuando le arrebataron la vida. Se presume que el autor fue su padrastro Brandon Terán (22) quien la habría sometido a tortura y presumiblemente abuso sexual, en complicidad con su padre, Eulogio Terán (57), ambos detenidos en la cárcel.
ANF conversó con Juan Carlos, conversó de manera pausada y una voz casi ronca, cada vez que se refiere a su “hijita” rompe en llanto y pide justicia. No logra comprender por qué su expareja permitió que una persona violenta tenga contacto con su pequeña hija.
Apela para que Elena explique por qué no “salvó” a su hija, en cambio le confió a una persona violenta como era su novio. “Yo quisiera que esté aquí, me gustaría que haga la demanda. Lo que más me extraña es que ella sabía que esa persona era violenta”, manifestó.
Se enteró que su hija murió el sábado a las 22.30, haciendo postas desde Sucre, Potosí, Oruro hasta llegar a Cochabamba. Cuenta que una amiga de su expareja le informó de la tragedia. “(Ella) me dice que tú como su papá te tienes que enterar, tu hijita ha muerto”.
Hace seis meses había perdido total contacto, la joven había desaparecido con su bebé y pese a los esfuerzos por buscarla no sabía de su paradero. Se enteró que estaba viviendo en Cochabamba al saber del asesinato de la que sería su primogénita.
Acudió a la Fiscalía en Sucre y a la Defensoría de la Niñez pero no pudieron ayudarle, pues le dijeron que si no sabía su paradero no podía plantear la denuncia, ya que para la notificación requerían saber dónde vivía. Le plantearon que denuncie como \"persona desaparecida\".
Pasaron los meses sin saber de su exnovia ni de su niña. Dijo que Elena era una persona amorosa, que siempre se mostró muy cariñosa, por eso le extraña que haya dejado a la pequeña con un sujeto desconocido y violento.
“Pienso que tal vez ella vivía amenazada o atemorizada por esa persona. Y hasta ahora la amenazaron y por eso tal vez no se muestra no aparece. O tal vez no la llegué a conocer en el fondo, pero era cariñosa”, relata Juan Carlos.
Lamenta que no haya aparecido para el velorio y entierro de Nadia. “No aparece hasta ahorita, ni siquiera pregunta por su hija. Ella le quería mucho a mi bebita, yo también. No sé qué le ha pasado. Me acabo de enterar que este tipo con el que estaba era violenta”, afirma.
Según las primeras informaciones, el padrastro de la pequeña estaba en estado de ebriedad cuando martirizó a Nadia. Murió por asfixia y traumatismo encéfalo craneal, aún se esperaban los estudios de laboratorio para determinar si sufrió violencia sexual.
Aunque la violencia habría sido sistemática durante por lo menos un mes. Su padre clama justicia.
/NVG
