La Paz, 10 de octubre (ANF).- El expresidente y vocero de la causa marítima, Carlos Mesa, a 35 años de la reconquista de la democracia ha manifestado que Bolivia vive un momento particularmente crítico, porque los gobernantes pretenden quedarse \"en el poder para siempre\" con la ley o en contra de la ley. Le ha pedido al presidente, Evo Morales, que entienda que no puede ser candidato el 2019.
Mesa y el secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), el sacerdote José Fuentes participaron este lunes como expositores en un conversatorio sobre “35 años de la democracia”, organizado por la Universidad Católica Bolivia (UCB).
El exmandatario afirmó en su intervención que el país está en un momento “particularmente crítico” y “complejo”, porque el Gobierno avanza en el camino de romper el vínculo con la democracia y el estado de derecho, al pretender que el Tribunal Constitucional Plurinacional declare “inaplicables” cuatro artículos de la Constitución Política del Estado.
Las disposiciones se refieren a los límites que pone la Carta Magna a la reelección de las autoridades electas, “aquí lo que nos están diciendo es que el estado de derecho y la Constitución están en cuestión y que siete ciudadanos pueden modificar la voluntad popular arbitrariamente”, sostuvo.
Mesa plantea que si hipotéticamente “porque hay que darle el beneficio de la duda al Tribunal Constitucional”, declara la inaplicabilidad las disposiciones de la Carta Magna “habrá roto el vínculo del gobierno con el sistema democrático, habrá roto el vínculo del gobierno con el estado de derecho”, sentenció.
Por tanto, demandó al presidente Morales cumplir la Constitución -de la que dijo es la carta de navegación, la rosa de los vientos, la certeza de que hay algo predecible que se llama Ley- que promulgó el 2009, el que obtuvo un 62% de respaldo en el referéndum ratificatorio y que ahora se pretende desconocer.
“La idea es que el presidente (Evo) Morales tiene que entender que el artículo 168 le impide ser candidato a la presidencia del Estado de Bolivia, tan simple como eso. Y no puede haber un Tribunal Constitucional que cometa una aberración de declarar inaplicable e inconstitucionales cuatro artículos de la Constitución”.
“Estamos extremadamente preocupados (al) constatar que los poderosos nos dicen: ‘saben señores, hemos venido aquí para tomar el poder, lo hemos tomado legítimamente con el voto de ustedes (… ) y les comunicamos oficialmente quedarnos en el poder para siempre y lo vamos a hacer sea con la ley o sea contra la ley\'. Y eso es absolutamente inaceptable”, sostuvo.
En su presentación destacó en particular la extraordinaria vocación democrática del expresidente Hernán Siles Suazo que optó por acortar su mandato por preservar la democracia en medio de una hecatombe económica nunca antes vista en el país.
Analizó las dos etapas desde 1982-2006 y 2006-2017. Observó que la primera etapa de construcción democrática ha sido sistemáticamente torpedeada por el Gobierno en su intento por crear una nueva narrativa histórica que supone que todo lo que es antes de la asunción de Morales es sinónimo de “neoliberalismo, vendepatria, antinacional, corrupto” y de sometimiento a Estados Unidos.
Lamentó que el Gobierno utilice el denominativo de “neoliberales” para descalificar, cuando esta es una opción económica y política, tan valiosa, válida, debatible, positiva o negativa como la marxista, la estatista, la intercultural o la del socialismo del siglo XXI. “Ojo un momentito, en ningún momento estaría para aceptar el concepto de neoliberal como un insulto o como una palabra negativa”.
¡Qué gobiernos neoliberales! ¿Siles Suazo era neoliberal; la participación popular, era neoliberal; la construcción de una Corte Nacional Electoral independiente, era neoliberal; la reforma educativa, era neoliberal; el Bono Sol, era neoliberal; la construcción de instituciones democráticas, era neoliberal (como el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo o el Consejo de la Judicatura, era neoliberal); la constitución de los diputados uninominales, era neoliberal?, cuestionó Mesa.
Asimismo reivindicó la democracia de los pactos, las negociaciones, para la gobernabilidad como un imperativo democrático, aunque dijo que no se puede dejar de criticar el reparto del poder, una estructura elitaria que no dio espacios a otros sectores o que se produjeran elementos de corrupción, porque en esencia existieron luces y sombras en todo proceso.
Reflexionó que la República como organización del Estado parte de los principios de la separación de poderes, independientes y de coordinación entre sí, lo que tenía una razón de ser “limitar el poder”.
Añadió que en esencia los seres humanos tienden a concentrar, querer, ganar, permanecer y ampliar el poder, como esa es la naturaleza se construyen mecanismos institucionales sensatos que defiendan el interés común y que impidan que una persona, un partido, una estructura concentre todo el poder y tome todas las decisiones y sea a la vez el que gobierna, el que legisla y el que administra justicia”, precisó.
En la segunda etapa desde 2006 hasta la actualidad dijo que existen aspectos muy significativos, porque es innegable que fue un refresco en nuestra democracia la llegada de un indígena al poder a través del voto popular. Que Morales simboliza el cambio y la presencia indígena.
Precisó que si bien hay un periodo de transformación histórica la diferencia es que entre 192 y 2006 había una permanente entrega del poder a uno y otro partido, mientras que ahora el “objetivo es la construcción de una hegemonía político partidaria. Tenemos un segundo objetivo el control de los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y eventualmente del poder Electoral”.
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