La Paz, 27 de agosto (ANF).- El ministro de la Presidencia, René Martínez, afirmó que en el conflicto de Achacachi hay una intención “conspirativa” contra el Gobierno, responsabilizó al exdirigente campesino Felipe Quispe, aseguró que existen intereses de la embajada norteamericana y que también hay los políticos de “derecha” para generar inestabilidad.
Para la autoridad los actores visibles son el exdirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Felipe Quispe el Mallku, algunos dirigentes troskistas, dirigentes del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, entre otros.
El Mallku fue elegido por las bases de Achacachi para que lidere el comité de bloqueo, que tiene como principal agenda la liberación de un dirigente vecinal y de dos profesores, la renuncia del alcalde Édgar Ramos y que la justicia desista del proceso penal contra decenas de pobladores.
Pero también ubicó con intereses en este lío al encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos, Peter Brennan y a sus funcionarios; asimismo señala al líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina; a los alcaldes Luis Revilla (La Paz) y Soledad Chapetón (El Alto).
“Hay otros actores también. Peter Brennan; el alcalde Luis Revilla; actores políticos como Samuel Doria Medina; la alcadesa Soledad Chapetón en su vinculación política”, declaró en los medios gubernamentales.
Para sostener su afirmación mostró fotografías pasadas, donde -por ejemplo- se ve a Chapetón junto a Doria Medina y el encargado de Negocios de EEUU; en otra al alcalde de Ancoraimes, Zenón Ramos a quien se lo ve junto al diplomático a quien reconocieron con un poncho rojo.
“Es una finalidad política. En mayo, que no puede pasar por alto, mucho más cuando personeros de la embajada (de EEUU) estuvieron presentes allá (Omasuyos), apadrinó proyectos y promociones de colegio. Una oposición política de derecha que también está presente. Se dice que hay un concejal vinculado a Sol.bo”, sostuvo Martínez.
La embajada estadounidense visitó Ancoraimes en el marco de un programa “Estados Unidos y Bolivia, unidos por la lectura”; mientras que en El Alto apoya programas referidos al desarrollo profesional y académico de la juventud de ese municipio.
Pero para Martínez este tipo de cooperación está vinculada a acciones como la de Achacachi, por eso afirmó que existe “una finalidad conspirativa y oportunista”, generando una “articulación artificial y ficticia” del conflicto en ese municipio.
“Hay dos escenarios. Un escenario real y otro ficticio de forzar políticamente un conflicto que puede intentar articular residuos de problemas que individualmente no se resolvieron y que son monitoreados contradictoriamente por una masa amorfa”, sostuvo Martínez.
Asimismo, dijo que es de conocimiento que el estilo de Felipe Quispe el Mallku es generar inestabilidad y violencia.
“Esta intencionalidad de planes muy al estilo del Mallku, hacer conciencia que no va a permitir la opinión pública ser sorprendida y creo que hay que respaldar a autoridades locales como en el caso de circunscripción y jurisdicciones vecinas que han rechazado la participación de estos actores, porque hay un estilo de buscar violencia y de buscar el hecho de tener la supresión de vidas humanas para el crecimiento del conflicto, esto es inadmisible”, afirmó.
Reiteró que los procedimientos institucionales establecen la ruta respecto a autoridades que no cumplen su mandato, refiriéndose a que uno de esos mecanismos democráticos es el revocatorio de mandato.
/NVG