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Paz, perdón y fortaleza para la mujer: los mensajes que deja Francisco en Colombia

Francisco fue el tercer Papa que visitó Colombia, un país que busca terminar definitivamente con la guerra y que tuvo en los cinco días de visita del Sumo Pontífice una esperanza para alcanzar aquella meta.
10 de Septiembre, 2017
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El Papa Francisco da la bendición antes de ingresar al avión que lo llevará a Roma.  Foto: @elpapacol

La Paz, 10 de septiembre (ANF).- El Papa Francisco culminó este domingo su visita a Colombia. Fueron cinco días de intensa actividad para el Sumo Pontífice que no se cansó de saludar, escuchar y hablarle a los millares de colombianos que fueron a recibirlo y que encontraron en sus palabras el aliento para consolidar la paz, dignificar el papel de la mujer en la sociedad y emprender caminos de reconciliación.

Desde el aeropuerto internacional Rafael Núñez de Cartagena, Francisco abordó un avión de la empresa Avianca rumbo a Roma no sin antes recibir los honores correspondientes que fueron ofrecidos por el presidente Juan Manuel Santos y algunas delegaciones. 

El líder de la Iglesia Católica abandonó territorio colombiano luego de haber recorrido las vías de las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena de las Indias. En cada urbe dejó su mensaje de alegría para los jóvenes y esperanza para los hombres y mujeres que luchan por acabar definitivamente con la guerra.

“Queridos colombianos: No tengan temor a pedir y a ofrecer el perdón”

Un emotivo discurso fue el que emitió el Papa Francisco en el tercer día de visita pastoral en Villavicencio. Allí dirigió el denominado Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional.

Pidió a todos los colombianos no temerle a pedir perdón y ofrecerlo por los años de enfrentamiento armado que vivieron en aquel país y “no dejar que el odio, la venganza o el dolor se apoderen de nuestro corazón”.

Es hora de sanar heridas,de tender puentes, de limar diferencias.Es la hora para desactivar los odios,renunciar a las venganzas y abrirse a la convivencia basada en la justicia,en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro fraterno”, dijo.

En el evento también se pudieron escuchar los testimonios de algunas víctimas de los horrores de la guerra. Todos fueron muy importantes, pero resaltó la historia de Pastora Mira, una mujer colombiana que contó cómo perdonó al asesino de su padre, a los asesinos de su hijo menor y cómo tuvo que afrontar la desaparición y muerte de su hija Sandra Paola.

“En 2001, los paramilitares desaparecieron a mi hija Sandra Paola; emprendí su búsqueda, pero encontré el cadáver solo después de haberlo llorado por 7 años. Todo este sufrimiento me ha hecho más sensible al dolor ajeno y, a partir de 2004, trabajo con las familias de las víctimas de desaparición forzada y con los desplazados”, dijo.

No sería el único dolor que amargaría el corazón de Pastora, ya que en 2005 también perdió a su hijo menor a manos de un grupo paramilitar que lo torturó antes de asesinarlo. Poco después tuvo la oportunidad de atender a un joven que resultó ser uno de los asesinos de sus hijos.

“Doy gracias a Dios que, con la ayuda de Mamita María, me dio la fuerza de servirle sin causarle daño, a pesar de mi indecible dolor (…) Como signo de esta ofrenda de dolor, depongo a los pies de la cruz de Bojayá la camisa que Sandra Paola, mi hija desaparecida, había regalado a Jorge Aníbal, el hijo que me mataron los paramilitares. La conservamos en familia como auspicio de que todo esto nunca más vaya a ocurrir y la paz triunfe en Colombia”, relató Pastora.

“Sin las mujeres la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer continuamente”

El Obispo de Roma también aprovechó su visita para resaltar el papel de la mujer en la sociedad durante el encuentro con el comité directivo Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) durante la segunda jornada de su estadía en Colombia. 

“No es necesario que me alargue para hablar del rol de la mujer en nuestro continente y en nuestra Iglesia. De sus labios hemos aprendido la fe; casi con la leche de sus senos hemos adquirido los rasgos de nuestra alma mestiza y la inmunidad frente a cualquier desesperación”, dijo.

Asimismo se refirió a las madres indígenas, mujeres “de la ciudad con su triple turno de trabajo” y sin las cuales “la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer continuamente”.

“Son las mujeres que, con meticulosa paciencia, encienden y reencienden la llama de la fe. Es un serio deber comprender, respetar, valorizar, promover la fuerza eclesial y social de cuanto realizan”, consideró.

Finalmente, el Sumo Pontífice aclaró que las mujeres no pueden ser “reducidas a reducidas a siervas de nuestro recalcitrante clericalismo” y que “si se quiere una nueva y vivaz etapa de la fe en este continente, no se obtendrá sin las mujeres”.

“Ellas son protagonistas en la Iglesia latinoamericana; en su salir con Jesús; en su perseverar, aun en el sufrimiento de su Pueblo; en su aferrarse a la esperanza que vence a la muerte; en su alegre modo de anunciar al mundo que Cristo está vivo, y ha resucitado”, aseguró.

Una oración por Venezuela

Durante elrezo del Ángelus esta jornada, la última de su visita a Colombia, el Papa Francisco expresó una oración especial por Venezuela e hizo un llamado para que se rechace todo tipo de violencia en aquel país.

“Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida”, indicó.

El accidente

Durante su traslado por las principales calles de Cartagena, el Papa Francisco sufrió un pequeño accidente que le provocó un golpe en la ceja y el pómulo izquierdo.  

El hecho sucedió cuando el Papa intentó saludar a un niño de los muchos que se pusieron al lado de la caravana. En ese instante el Papamóvil frenó ligeramente lo que hizo que Francisco chocara la cara contra el marco de vidrio de aquel vehículo especial.  

Pese al golpe y a que se produjo un corte y la hinchazón del golpe, el Papa siguió con su camino y continuó sus actividades programadas. Sin duda fue un momento muy difícil para los agentes seguridad del Vaticano que tuvieron que tratar el corte y frenar la leve hemorragia.

Francisco en su visita también beatificó al monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalvey y al párroco Pedro María Ramírez. El 24 de agosto pasado, los cuerpos de los dos religiosos fueron trasladados de sus sepulcros hasta la capital del Meta. El procedimiento de exhumación de monseñor se realizó en la capital de Arauca, mientras que el del párroco se llevó a cabo en el municipio de La Plata, en Huila.


/ANF/ 

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    Papa Francisco en Colombia