Bombardeos en Siria. Foto: Noticias360º
La Paz, 21 de noviembre (ANF).- Al menos siete menores de edad han muerto por proyectiles opositores en una escuela de Alepo el domingo 20 de noviembre, Día mundial de la infancia. Un ataque aéreo gubernamental mató a dos personas en una escuela de Nashabiya, a las afueras de Damasco. Un video de la destrucción causada por un bombardeo sobre un hospital pediátrico de la zona rebelde trascendió en el mismo día. Estos sucesos evidencian un recrudecimiento de la guerra de Siria. En esta vorágine los niños, en escuelas u hospitales, están entre los principales blancos.
Las imágenes de pequeños sirios en charcos de sangre o incluso despiezados son habituales. Circulan a diario por Internet. A duras penas unas pocas, como la del cadáver de Aylan Kurdi bocabajo en una orilla turca, o la del rostro ensangrentado del alepino Omran Daqnish captan brevemente la atención occidental. En la grabación que emite Al Jazeera se ve a enfermeras evacuar a bebés en incubadoras, sollozando angustiadas en medio del caos posterior a un bombardeo.
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el viernes 16 de noviembre un ataque que afectó al único hospital pediátrico que queda en la zona alzada. El sábado se alertó de que los principales hospitales del Alepo rebelde están inservibles.
“El personal del centro logró trasladar a los niños, incluidos bebés prematuros, desde las cunas e incubadoras hasta el sótano del edificio para ponerlos a salvo y refugio del bombardeo”, reza el comunicado de MSF. Se estima que hay cien mil niños en el Alepo oriental, que deben asistir a escuelas improvisadas en sótanos o primeras plantas para reducir el peligro de muerte. Del mismo modo, los centros de atención médica deben organizarse en casas particulares o pequeños edificios, ya que los mayores están destruidos o son objetivos más fáciles para los leales al gobierno sirio.
Al menos 164 muertos en seis días
Al menos 164 personas, entre ellas al menos ocho menores, han muerto en los últimos seis días en zonas alzadas de la provincia norteña de Alepo, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Esta organización informa por otro lado de la muerte de siete niños por proyectiles lanzados por los rebeldes contra los barrios oficialistas de al Furqan, Tishrin, Shehan y Mogambo este domingo.
Desde el 18 de noviembre, añade, 13 personas, nueve de ellas niños, han muerto en ataques similares.
La agencia oficial siria SANA detalló que, además de los siete infantes muertos, 32 personas, entre ellas 20 escolares, habían resultado heridas por los ataques opositores, que tuvieron por objetivo instalaciones educativas y sanitarias. Uno de los centros golpeados fue la escuela de primaria de al Furqan. Por otra parte, las Fuerzas de Defensa Civil publicaron un vídeo de un ataque, esta vez de aviones rusos, contra un colegio de Nashabiya, en el área rural de Damasco, la capital de Siria.
No hay una cifra exacta, pero se calcula que alrededor de 50.000 niños han muerto por culpa de la guerra que azota Siria desde hace más de cinco años. Los organismos estadísticos culpan a las fuerzas leales al presidente Bashar Asad de la mayoría de las 400.000 muertes habidas durante el conflicto. Cuatro de cada diez menores se han tenido que desplazar por la guerra y ocho de cada diez niños necesitan atención urgente, según la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios.
Una coalición de milicias alzadas, entre las que hay fuerzas yihadistas y seculares con el objetivo común de derrocar el gobierno sirio, trata de romper el cerco infligido sobre Alepo. Sus dos últimos intentos, infructuosos, se han traducido en ataques en zonas gubernamentales del oeste alepino. Mientras tanto, la aviación rusa castiga infraestructuras civiles del este de Alepo para aumentar la presión sobre los combatientes y forzar su rendición.
El enviado de la ONU para Siria, el italosueco Staffan de Mistura, había propuesto al régimen sirio garantizar una administración autonómica para los distritos opositores de Alepo a cambio de detener los combates. Tras citarse el domingo con el ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem, el político damasceno ha declarado que rechaza la medida. Ha matizado que extender su gobierno a todo Alepo es una cuestión de “soberanía nacional”. “Estamos de acuerdo en la necesidad de que los terroristas salgan del este de Alepo para acabar con el sufrimiento de los civiles en la ciudad”, ha declarado el ministro cuyo gobierno está bombardeando diariamente a población de esa localidad. (El Mundo)
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