Frontis de Telesur. Foto: Telesur
La Paz, 28 de diciembre (ANF).- En un paso más en lo que llama “tarea de desarticulación del sistema mediático estatal” creado por las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, el gobierno del presidente Mauricio Macri anunció que revisará la participación de ese país en el financiamiento del canal Telesur.
“Vamos a revisar nuestra participación en Telesur”, dijo el ministro de Medios y Contenidos Públicos de Argentina, Hernán Lombardi, en una entrevista concedida al diario La Nación, y añadió que otras entidades del denominado “aparato de la propaganda” también serán intervenidas, transformadas o cerradas.
Telesur, creado por el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, era financiado hasta ahora por los gobiernos de Ecuador, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Argentina. Hasta antes de la llegada de Macri al poder, todos esos países tenían gobiernos de tendencia progresista o estatista. Ese canal busca destacar los logros de los gobiernos izquierdistas de la región.
Lombardi dijo que las entidades culturales y mediáticas que creó el gobierno de los Kirchner tienen “más de 5.000 empleados”, y agregó que trabajan en instituciones sin transparencia que muchas veces no tienen siquiera organigramas y financiamiento claro. Entre esas instituciones están diversos canales y radios estatales, además de entidades culturales como el Centro Cultural Kirchner (CCK).
El funcionario anunció que se realizarán auditorías en cada una de las instituciones gubernamentales de “este entramado de la propaganda”.
Junto con la decisión sobre Telesur, el gobierno suspendió de manera indefinida el canal Senado TV, que se caracterizaba por entrevistar a legisladores proclives al gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner y que incluso tenía un programa de cocina.
En el plan de “desactivación” del aparato propagandístico del kirchnerismo, el 24 de diciembre, la Policía argentina allanó la sede de la Auditoría Fiscal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) en cumplimiento de un decreto presidencial. AFSCA era acusada por periodistas críticos y dirigentes opositores de ser una entidad orientada a amedrentar a los medios independientes y favorecer a los oficialistas del régimen anterior.
La Policía tuvo que intervenir debido a que el director posesionado por el gobierno de Kirchner, Martín Sabbatella, se negó a renunciar aduciendo que su cargo había sido creado por una ley y que su mandato concluía recién dentro de dos años.
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