La Paz, 5 de abril (ANF).- El dolor y la emergencia del municipio colombiano de
Mocoa ha despertado la solidaridad del pueblo, instituciones y del propio
gobierno de aquel país que se ha comprometido a dotar de alimentos y agua a los
sobrevivientes de la avalancha de lodo y piedras que el pasado 1 de abril segó
la vida a 290 personas. Ante ello la Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) no se quedaron atrás y enviaron dos toneladas de alimentos y
enseres de primera necesidad.
Las duras imágenes que medios locales e internacionales mostraban el horror y desconsuelo de los habitantes de la capital del Putumayo que, anegados por el lodo y las piedras, intentaban recuperar lo poco que dejó la avalancha o, en el peor de los casos, reconocer el cuerpo de sus seres queridos.
Para la guerrilla colombiana, que está próxima a desmovilizarse, la magnitud del siniestro ha generado gran reflexión porque, fuera que muchos de los fallecidos y desaparecidos son familiares de miembros de las FARC, la necesidad de sus compatriotas hizo que en primera instancia se ofrecieran a reconstruir la comunidad y hasta ayudar con las labores de rescate.
“Solidaridad es compartir lo que se tiene, no lo que sobra”, afirmó Rodrigo Londoño (Timoleón Jiménez), el líder de un grupo de la FARC que se aloja en la zona veredal de Agua Bonita, ubicada en el municipio de Montañita – Caquetá.
Según el guerrillero, las dos toneladas de alimentos corresponden a siete días de alimentación para su tropa, envío consistente en 130 mercados completos, 30 carpas, 200 frazadas, 50 kits de aseo y 50 juegos de vajillas y cubiertos. Todo esto para la gente de Mocoa que, en casi todos los casos, se quedó solo con la ropa puesta.
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