Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius.
Raúl Peñaranda U., enviado especial
París, 12 de diciembre (ANF).- Francia logró una resonante victoria diplomática este sábado y se colocó como un país “articulador” de primer lugar a nivel internacional, tras lograr lo que no se había conseguido durante años: que todos los países del mundo acepten un acuerdo universal contra el cambio climático.
Que se haya hubiera poner en la misma bolsa a países tan distintos como China y Malawi, Arabia Saudita y Noruega o EEUU y Bolivia demuestra el trabajo de relojería puesto en marcha por las autoridades francesas.
La aprobación del acuerdo es también una victoria personal y política para el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, que durante un año trabajo incansablemente visitando países, uniendo criterios y generando sistemas de comunicación entre gobiernos. Finalmente es un triunfo para el gobierno del presidente francés François Hollande.
El acuerdo alcanzado contiene aspectos mínimos exigidos por los distintos países, como que sea “jurídicamente vinculante”, algo que EEUU no aceptaba originalmente, que se hagan esfuerzos para que la emisión de gases de efecto invernadero no aumenten la temperatura del mundo a más de 1,5ºC hasta finales de siglo, con lo que se contentó a las naciones más vulnerables, especialmente insulares. También las naciones industrializadas se comprometieron a aportar 100 mil millones de dólares anuales a los países pobres.
Tras fracasos en cumbres anteriores, que concluyeron sucesivamente sin acuerdos sobre reducción de emisión de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global, durante la Cumbre que se efectuó en Francia, la diplomacia francesa puso en marcha una estrategia que combinó presiones abiertas, acercamientos sutiles y hasta el dramatismo, como haber mencionado a los ataques terroristas que sacudieron el país hace un mes en los discursos previos a la plenaria final.
El éxito se debió también al cambio que se dio en el mecanismo de aprobación: en vez de que los países votaran a favor del texto de acuerdo entregado el sábado, lo que la gestión de Fabius decidió fue más bien preguntar en la plenaria final qué gobierno estaba en contra del mismo. Con la presión generada en las últimas horas y los dramáticos discursos leídos un par de horas antes, ninguno quiso jugar ese papel de villano. Al no haber habido veto, el acuerdo se dio por aprobado.
“Fue una decisión brillante, que cambió la lógica de aprobación de las cumbres anteriores”, dijo Fabrice Fournier, un observador que ha asistido a varios de estos eventos en el pasado.
También fue acertado haber invertido el orden de trabajo de las autoridades. En el pasado, los presidentes hacían el trabajo final de negociación, cosa que resultaba cada vez infructuosa. La presidencia francesa de la Cumbre resolvió este año que los jefes de Estado actuaran al principio del evento, lo que hizo que 150 de ellos se comprometieran a un acuerdo, para dejar después a los delegados y concluir con los ministros.
Otro de los aciertos de la diplomacia francesa fue el haber nombrado a 14 “facilitadores” del diálogo, entre los que estuvo el ministro boliviano de Planificación para el Desarrollo, René Orellana. Esos delegados daban parte a Fabius al finalizar cada día de negociaciones, y a veces varias veces por día.
Los 14 estaban abocados a los siete temas considerados más complicados de obtener, entre ellos el financiamiento a los países pobres, lograr un crecimiento de temperatura de menos de 2ºC, los sistemas de supervisión posteriores y las “responsabilidades diferenciadas”, entre naciones ricas y pobres.
La Cumbre del Clima logró un acuerdo global para que los países reduzcan la emisión de los gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global.
Esos gases son los que emiten fábricas, vehículos, barcos, aviones y los sistemas de producción de energía eléctrica que utilizan petróleo o carbón. Los científicos dicen que un aumento de 2ºC hasta el final del siglo sería nefasto para la vida humana y por ello hay que mantenerla por debajo de ese nivel.
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