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147 jefes de Estado se dan cita en París con el difícil desafío de “enfriar el planeta”

Varios presidentes y líderes mundiales, entre ellos el anfitrión, François Hollande, Barack Obama, de EEUU, Angela Merkel, de Alemania, y Xi Jinping, de China, hicieron llamados a que se logre un acuerdo, ya que se considera que esta es la “última oportunidad”. También estuvo presente el presidente Evo Morales.
30 de Noviembre, 2015
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François Hollande, presidente de Francia. Foto: COP21
François Hollande, presidente de Francia. Foto: COP21
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Raúl Peñaranda, enviado especial
París, 30 de noviembre (ANF).-
Con la presencia de 147 jefes de Estado y de Gobierno, este lunes empezó en París la COP21 con el gran desafío de lograr acuerdos relativos a la reducción de gases de efecto invernadero, que logren “enfriar el planeta”.

“No podemos conformarnos con un acuerdo de mínimos, apenas hay 11 días para lograrlo”, comentó Laurent Fabius, canciller francés, al dar inicio al evento.

Varios presidentes y líderes mundiales, entre ellos el anfitrión, François Hollande, Barack Obama, de EEUU, Angela Merkel, de Alemania, y Xi Jinping, de China, hicieron llamados a que se logre un acuerdo, ya que se considera que esta es la “última oportunidad”. También estuvo presente el presidente Evo Morales.

La Conferencia de las Partes (COP21) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático analizará los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero que cada país presentó el último año de manera voluntaria. Y luego, con ello, intentará establecer unos sistemas de supervisión, control y homogeneización para asegurar que las naciones cumplan con sus promesas.

Tras el fracaso de la Cumbre de Copenhague,  que concluyó sin acuerdo alguno sobre cuotas de regulación “impuestas”, los países intentaron otro enfoque, el de cupos “voluntarios”, un modelo que se discutió en la cita de Cancún, pero que no logró consenso: Bolivia, con Pablo Solón como negociador principal, fue el único que rechazó el pacto, considerando que era una manera de traicionar de los objetivos de la COP, que debían “forzar” a los países a lograr reducciones.

Aún con el rechazo de Bolivia, la idea de “cupos voluntarios” avanzó y para esta cumbre cada país presentó compromisos voluntarios (INDC, por sus siglas en inglés, Intended Nationally Determined Contributions) con vistas a la reducción de emisiones de gases hacia 2030.

Los gases de efecto invernadero causan el calentamiento global y lo que los países desean es evitar que la temperatura mundial aumente dos grados centígrados con respecto a 1900, una “meta mínima”. Más de dos grados de aumento, dicen los especialistas, sería fatal para la vida humana ya que habrán inundaciones, derretimiento de glaciares, cambios en la salinidad del mar, sequías, etc. Por eso “enfriar el planeta” es crucial.
Incluso existen estudios que señalan que un aumento superior a 1,5 grados hasta el final del siglo será nefasto para la vida humana.

Para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, es crucial que el mundo cambie su modelo de desarrollo y que se sustituyan los combustibles fósiles (petróleo y sus derivados). Entre una de las propuestas es que los países productores de hidrocarburos dejen bajo tierra el 80% de sus reservas, algo que por supuesto rechazan, entre otros Bolivia.

Hasta octubre, 147 países habían enviado a la secretaría general de la COP sus “promesas” de reducción de gases. Cada gobierno lo hizo con diferentes formatos y estilos, por lo que es muy difícil calcular el resultado.

Pero estudios ordenados por la secretaría general de la COP han llegado a la conclusión que esas “promesas” son insuficientes y podrían generar un aumento de la temperatura de 2,7 grados. Por eso se debe seguir negociando. Incluso países como Bolivia, que creen que su aporte a la emisión de gases es irrelevante, tienen una responsabilidad: los datos per cápita por emisión de gases señalan que nuestro país contamina más que los países de Europa debido a los masivos chaqueos.

En caso de que se aplicaran por completo esas promesas (INDC), hasta 2030 seguirá aumentando el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero en 20% respecto de los niveles de 2005 y en más de un 40% respecto de 1990, aunque se mantendrán 7% por debajo de las previsiones si no existieran dichos INDC. Por eso, la temperatura subiría más de dos grados, la “barrera crucial”. Eso es lo que los países intentarán revertir durante los 11 días de reuniones.

/RPU/


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