La Paz, 16 de julio (ANF).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló, en su proyección de crecimiento actualizada al 30 de junio, que Bolivia tendrá el mayor crecimiento de Suramérica con 4,5%, en un contexto de contracción de la región hasta un -0,8%, y será el tercero a nivel de Latinoamérica.
Según el informe de Cepal, se prevé que en 2016 seis países muestren una contracción económica: Venezuela (-8,0%), Suriname (-4,0%), Brasil (-3,5%), Trinidad y Tabago (-2,5%), Ecuador (-2,5%) y Argentina (-1,5%).
Por otro lado, el crecimiento regional estará encabezado por República Dominicana (6,0%), Panamá (5,9%), Nicaragua y Bolivia (4,5%), y Costa Rica (4,3%).
En 2016, se espera en América del Sur una contracción de -2,1%, afectada principalmente por un deterioro en los términos de intercambio, una menor demanda externa y una importante desaceleración de la demanda interna, que refleja una significativa caída en la inversión doméstica.
En cambio, para Centroamérica se espera un crecimiento de 3,8% gracias al impulso derivado de una mejora en sus términos de intercambio, producto de un menor precio de los hidrocarburos, la recuperación de su demanda externa e interna y un aumento de los ingresos por remesas.
El Caribe, en tanto, sufrirá una contracción de -0,3% en su producto interno bruto (PIB).
En general, los países de América Latina y el Caribe mostrarán una contracción en su tasa de crecimiento de -0,8% en 2016, caída mayor a la observada en 2015 (-0,5%), con un comportamiento muy heterogéneo entre países y subregiones, según el nuevo informe de la Cepal.
Empleo e inflación
La desaceleración económica tendrá un impacto en la tasa de desempleo urbano, que en 2015 anotó 7,4% y se espera aumente hasta el 8,1% en 2016. La inflación, en tanto, mantendría un comportamiento similar al del año pasado, observándose mayores presiones en las economías del sur.
Cepal urge a retomar la senda del crecimiento y movilizar los flujos financieros para el financiamiento del desarrollo. Para ello se requiere cambiar las estructuras tributarias de los países para mejorar la recaudación y la progresividad, fortalecer el impuesto sobre la renta, tanto de personas como de empresas, y combatir la evasión y elusión fiscal, que alcanzó 6,7 puntos del PIB regional en 2015, con un monto total estimado de 340.000 millones de dólares.
Asimismo, señala que es necesario promover coaliciones renovadas público-privadas y políticas que creen incentivos adecuados para canalizar el financiamiento hacia los objetivos de desarrollo. Además, se debe potenciar la inclusión financiera como una política de inserción productiva mediante la creación de mercados y nuevos instrumentos innovadores.
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