Sufragio para autonomía indígena. Foto: CIPCA
La Paz, 29 de julio (ANF).- Las visiones contrapuestas sobre el alcance de las autonomías indígenas desde el nivel central del Estado y los propios actores termina distorsionándose a una construcción de entidad territorial gobernativa, afirma la investigadora Roxana Liendo, quien además advierte que los límites territoriales de los municipios son inconsistentes con los territorios indígenas ancestrales.
Durante el conversatorio “Desarrollo en la encrucijada: ¿Hay todavía espacio para una vida en armonía, con el bosque, con el entorno y el otro?”, organizado por el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), Liendo puntualizó varias observaciones sobre los procesos autonómicos que se están dando en el país en el nivel indígena en un contexto que desconoce sus territorios y sus visiones.
“No son propuestas subversivas ni alocadas tanto en el artículo 2 de la Constitución Política del Estado donde se reconoce la existencia precolonial de las naciones indígenas y su dominio ancestral sobre sus territorios, pero también que tiene competencia exclusiva para la planificación y la gestión territorial, y de eso se trata”, afirmó.
Sin embargo señaló que hoy en día los pueblos que fueron a votar por sus autonomías indígenas no sólo lo hicieron a través de sus prácticas ancestrales, sino que asumieron un modelo liberal de votación en urnas, lo cual los coloca en una “encrucijada” sobre sus propias visiones y prácticas.
“Hay algunas constataciones como la que dice Gonzalo Vargas de la Secretaría Técnica del Pacto Fiscal: de construir un modelo de Estado que implique la convivencia de proyectos civilizatorios (…) o más bien será un intento de imponer una lógica dominante y hegemónica que es la modernización, el camino por el TIPNIS cueste lo que cueste”, mencionó.
A tiempo de desarrollar las visiones contrapuestas sobre las autonomías indígenas, dijo que mientras estas consideran desde su esencia que el Pacto Fiscal les debe garantizar la asignación de mayores recursos económicos de acuerdo a sus nuevas competencias, tener derechos sobre el excedente de los recursos extractivos (hidrocarburos y minerales), consolidar su territorio ancestral, fortalecer su autogobierno y proyectar estrategias de desarrollo, el enfoque desde el nivel nacional es diferentes.
Desde el Estado dijo que las autonomías deben generar sus propios recursos; que el diálogo del Pacto Fiscal no es redistributivo de ingresos, y que el 75% que concentra el nivel nacional del Estado es para destinar 30% para educación, 11% para salud, 18% para pensiones, 6% Fuerzas Armadas y 3% administración central.
“Pero también plantea que debe darse una construcción paulatina de condiciones institucionales, nacionales y subnacionales que soporten las transformaciones que vayan generándose (…). Estamos viviendo una profunda centralización donde las autonomías empiezan por el bolsillo, si las autonomías van a seguir extendiendo la mano al Gobierno tardarán cien años para concretarse”, indicó.
Sobreposición territorial
Liendo en su análisis de las autonomías indígenas plantea que el concepto de la autonomía ancestral es el ejercicio de la territorialidad, del manejo del territorio y sus recursos naturales, pero la propuesta de autonomía actual es una construcción como entidad territorial gobernativa.
“De las 36 naciones reconocidas en la Constitución, 19 pueblos indígenas han demandado autonomías, los límites territoriales de los municipios son inconsistentes con los territorios indígenas ancestrales, que además sufrieron por siglos el fraccionamiento de su espacio territorial”, manifestó.
Concluyó que en pleno siglo XXI con un Gobierno que se autodenomina indígena se practica un modelo de desarrollo anti-indígena.
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